La joven salmantina que triunfa sobre los escenarios: "El flamenco es mi día a día, mi momento de desconexión"

El sonido del taconeo puede llenar una habitación, pero para Eugenia Mateos Martín, una joven salmantina de 18 años, es mucho más que ruido: es el latido de su vida. Desde que dio sus primeros pasos de baile a los cuatro años en una asociación local, el flamenco ha dejado de ser una simple afición para convertirse en su refugio, su rutina y su lenguaje más íntimo.

"Para mí el flamenco es mi momento de desconexión", confiesa Eugenia, revelando una pasión que la lleva a taconear casi inconscientemente durante el día, hasta el punto de que su madre a veces tiene que pedirle que pare. "Es mi día a día. Yo todos los días me subo en los tacones a bailar", explica con naturalidad quien ha convertido esta danza en parte esencial de su identidad.

Esta dedicación temprana, cultivada en Salamanca, no solo ha marcado su infancia y adolescencia, sino que ahora traza su futuro profesional. Eugenia se está formando actualmente para ser profesora de baile mediante una titulación privada, certificada y homologada por la Junta de Andalucía, otorgada por la Escuela de Flamenco de Andalucía. Una decisión que subraya la profundidad de su compromiso con este arte. No es solo una actividad; es una forma de ser y de sentir. "Lo tengo interiorizado, es un disfrute", explica. El momento de calzarse los tacones es una transición a otro estado: "Es un ahora desconecto y voy a sentir el flamenco, porque el flamenco para bailar hay que sentirlo".

Del sentimiento a la competición: El salto a 'Vive tu Sueño'

El flamenco, para Eugenia, es un espejo del alma. Un vehículo para expresar emociones que van desde la melancolía a la euforia. "¿Que un día estás triste? Pues puedes bailar, por ejemplo, una soledad. ¿Que un día estás muy contenta? Pues bailas unas alegrías", detalla, ilustrando cómo el estado de ánimo dicta el palo flamenco a interpretar. Esta conexión emocional profunda es la que, probablemente, la ha llevado a destacar en el ámbito competitivo.

Animada por su maestra en el Instituto Flamenco Rebeca Garbia, Eugenia decidió dar un paso adelante este año. Superando sus propias dudas y con una mezcla de "valentía y respeto", se presentó por primera vez en solitario al certamen 'Vive tu Sueño'. La fase regional, denominada Campeonato Hispania 2025, se celebró recientemente en Ávila, y el resultado superó sus propias expectativas.

"Yo pensaba que quedaría última", admite con sinceridad. Sin embargo, su actuación convenció al jurado. "Al final el flamenco es transmitir lo que sientes y, pues, se ve que lo hice bien". Quedó primera, un logro que refleja años de dedicación y sentimiento.

Ávila espera: La final nacional en el horizonte

Este triunfo no es un punto final, sino un emocionante punto y seguido. El primer puesto en el Campeonato Hispania le ha otorgado el pase directo a la gran final nacional de 'Vive tu Sueño', que tendrá lugar el próximo 25 de mayo, también en la ciudad de Ávila. La perspectiva de competir con bailarines de toda España podría resultar abrumadora, pero Eugenia mantiene los pies –y los tacones– firmemente anclados a su filosofía.

La presión existe, reconoce, pero su enfoque no está puesto únicamente en el resultado. "Mis expectativas son pues practicar mucho", afirma, pero inmediatamente añade cuál es su verdadera meta: "Lo más importante para mí el día 25 es sentir el baile. Si transmito lo que siento en ese momento, y no nervios, puede ir bien. Transmitir alegría yo creo que está hecho, porque lo importante para mí no es ganar, sino disfrutarlo". Esta madurez y enfoque en la esencia del arte son, quizás, su mayor fortaleza.

Una pasión compartida y el flamenco en Salamanca

La conexión de Eugenia con el flamenco tiene también raíces familiares. Fue su madre, aficionada al baile, quien la introdujo en este mundo siendo niña. Curiosamente, el camino se invirtió con el tiempo: "Luego a raíz de que yo fui creciendo, ella se apuntó también", cuenta Eugenia. Hoy, madre e hija comparten pasión bailando juntas.

A pesar de su profundo arraigo personal y familiar, Eugenia percibe que Salamanca, aunque alberga aficionados, podría hacer más por promover este arte. "Salamanca no es una de las ciudades que más explote el flamenco", opina. Señala la falta de espectáculos y eventos de gran formato que podrían acercar el flamenco a un público más amplio. No obstante, en su entorno más cercano, el interés y el aprecio por el flamenco son palpables.

Con la final nacional a la vuelta de la esquina y una carrera como docente en ciernes, Eugenia representa una nueva generación de artistas flamencos en Salamanca. Una generación que, más allá de la técnica y la competición, busca conectar con la emoción pura del baile. Su viaje, desde los cuatro años hasta el escenario nacional, es un testimonio de cómo la pasión, la constancia y, sobre todo, el sentimiento, pueden llevar a cumplir sueños, paso a paso, taconeo a taconeo.