Se podrá visitar hasta el 11 de mayo con entrada libre
El lienzo se convierte en arena y la pintura en emoción taurina en la nueva exposición de Cristina Clemares Pérez-Tabernero. El Casino de Salamanca, en el Palacio de Figueroa, muy cerca de la Plaza Mayor, acoge desde hoy una muestra que trasciende lo pictórico para adentrarse en la esencia misma de la tauromaquia, un recorrido visual que va "desde la ensoñación del toro" hasta su presencia en la plaza, pasando por el campo como escenario fundamental de esta tradición.
La artista ha presentado "El mundo del toro y del caballo", una colección que estará disponible para el público desde el 17 de abril hasta el 11 de mayo de 2025. La muestra, organizada siguiendo un hilo narrativo que refleja el ciclo completo de la tauromaquia, ha sido concebida como un viaje sensorial a través de diferentes escenarios y momentos.
"Desde el campo, toda la suerte, cómo el toro empieza a formar parte de lo que luego va a ser todo el proceso de la plaza", explicó Clemares durante la inauguración, destacando la estructura narrativa que ha querido imprimir a la exposición. La artista invita a los visitantes a contemplar las obras siguiendo este recorrido conceptual: "La exposición debe verse desde cómo nosotros lo hemos planteado en esta lucha de luz".
El cartel promocional de la muestra ya adelanta la diversidad temática, exhibiendo tres reproducciones representativas: un paisaje campestre que evoca los orígenes, un torero en actitud contemplativa y una vibrante escena taurina que captura la intensidad del ruedo. Esta selección resume perfectamente el arco narrativo que propone la exposición.
Durante la presentación, Clemares Pérez-Tabernero hizo hincapié en la coherencia estilística que mantiene a lo largo de toda la colección, sin renunciar a la individualidad de cada pieza: "Aunque cada uno mantiene una misma temática y en el fondo el estilo en el que está construido es siempre el mismo, es la misma tela de fondo, cada uno tiene sus características especiales".
Esta dualidad entre unidad y diversidad constituye uno de los principales atractivos de la muestra. La artista ha conseguido crear un universo visual cohesionado donde, sin embargo, cada obra conserva su propia voz y personalidad. El resultado es un conjunto armónico pero lleno de matices, donde el espectador puede apreciar tanto el discurso global como los detalles particulares de cada cuadro.
La exposición arranca con lo que la artista denomina "el mundo general de la ensoñación del toro", representado en el primer cuadro. A partir de ahí, el recorrido continúa por el campo, espacio fundamental en la vida del toro, para seguir con las diferentes suertes y culminar con la presencia del animal en la plaza.
Una iniciativa con sello femenino
Un detalle significativo revelado durante la inauguración fue el origen de la idea expositiva. "Esta idea la tuvo María Eugenia", comentó Clemares, reconociendo la aportación conceptual que ha dado forma a la muestra. Este reconocimiento pone de manifiesto la importancia de la colaboración en el proceso creativo y curatorial.
La presencia femenina en un ámbito tradicionalmente asociado a lo masculino como es el mundo taurino añade una capa adicional de interés a la exposición. La mirada de Clemares sobre la tauromaquia ofrece perspectivas que enriquecen la representación artística de esta tradición cultural.
El Casino de Salamanca, con su histórica vinculación a la vida cultural de la ciudad, se convierte así en el escenario perfecto para esta muestra que dialoga con una de las tradiciones más arraigadas en la identidad salmantina y española.
Un recorrido visual por la tradición taurina
La exposición "El mundo del toro y del caballo" no se limita a mostrar escenas taurinas aisladas, sino que construye un relato visual completo sobre la relación entre el hombre, el toro y el caballo. Desde la dehesa hasta el ruedo, pasando por todas las fases intermedias, Clemares ha querido capturar la esencia de una tradición que trasciende lo meramente festivo para convertirse en parte del patrimonio cultural.
Los visitantes podrán disfrutar de esta propuesta artística hasta el 11 de mayo de 2025, teniendo la oportunidad de sumergirse en un universo donde la pintura se convierte en vehículo para transmitir no solo imágenes, sino también emociones, tradiciones y significados culturales profundamente arraigados.
La muestra representa también un homenaje a la figura del toro como animal emblemático, explorando su simbolismo y su presencia en el imaginario colectivo desde múltiples ángulos. La artista ha sabido capturar tanto la fuerza y bravura del animal como los momentos de quietud y belleza que preceden a su presencia en la plaza.
Con esta exposición, Cristina Clemares Pérez-Tabernero consolida su trayectoria artística vinculada a la representación de temas tradicionales desde una sensibilidad contemporánea, estableciendo un puente entre el respeto por la tradición y la expresión artística actual.
En un rincón del emblemático Casino de Salamanca, los trazos vigorosos y las pinceladas audaces de Cristina Clemares Pérez-Tabernero cobran vida, revelando una pasión que ha permanecido latente durante años. La artista, conocida cariñosamente como "Tina" entre sus allegados, inaugura su primera exposición individual titulada "El mundo del toro y del caballo", una colección que estará disponible para el público del 17 de abril al 11 de mayo de 2025.
"Pintar me relaja y me ayuda a tener paciencia, cosa que carezco de ella desde que me cortaron el cordón umbilical", confiesa Clemares con una sonrisa, mientras los asistentes observan con interés las obras que adornan las paredes de la sala de exposiciones del Casino, un espacio que, según palabras de Pedro, representante de la institución, "goza de verdadera salud" por la cantidad de eventos culturales programados.
La exposición, inaugurada en una fecha que la artista califica como "un día muy concreto que no olvidaremos nunca" por coincidir con el fallecimiento del Papa, muestra principalmente escenas taurinas y ecuestres, reflejando lo que María Eugenia Bueno, miembro de la Comisión de Cultura del Ayuntamiento, describe como "el alma dividida entre dos mundos" de la artista.
Una vocación redescubierta
Licenciada en Historia y con un máster universitario en Dirección de Centros Educativos, Clemares ha ejercido la docencia desde 2002 en materias como Historia, Geografía y Religión, llegando a ocupar el cargo de subdirectora del Montessori. Sin embargo, el arte siempre ha estado presente en su vida.
"A mí siempre me ha gustado pintar y dibujar. Me acuerdo perfectamente que una de las firmas en mi libro me ponía mi cuñada Gema: 'a pruebas lo que no estudias y solo haces que pintar y dibujar'... Y leyéndolo hace un tiempo, me acordaba. Digo, pues mira, al final sí que me va a gustar lo de pintar y dibujar", relata la artista, evocando sus primeros pasos en el mundo del arte.
Su primer óleo, según cuenta, fue un embarcadero con una barquita que regaló a su abuelo durante su etapa escolar. "Mi abuela, aunque tenía su casa decorada con muebles así, buenos, tal y cual, puso en un sitio principal mi cuadro, y ahí se mantuvo por muchísimo tiempo", recuerda con emoción.
Un estilo libre y personal
María Eugenia Bueno, quien presentó a la artista, destacó la libertad creativa que caracteriza su obra: "Tiene una paleta libre, usa los colores de una manera natural que a mí y a muchos de los que la han visto ya les sorprende". Además, señaló un detalle curioso: "Hace muchos años, un crítico de arte, en una exposición en Madrid, me comentó que el punto rojo es un punto que todas las obras deberían tener. Ella no lo sabe porque no hemos hablado de esto nunca, pero ella tiene un punto rojo, búsquenlo".
La propia Clemares rehúye de etiquetas técnicas o estilísticas. "Hablar de estilo y de técnica también me parece muy pretencioso, porque creo que no tengo ni un estilo ni una técnica porque voy por libre. Nadie me ha enseñado a pintar, plasmo en el lienzo lo que yo siento en ese momento", afirma con sinceridad.
Su técnica, sin embargo, es distintiva: "Me gusta pintar con mucho óleo, con espatulazos gordos y marcar un poco mi carácter y mi estilo de libertad". Esta aproximación le permite moverse con fluidez "desde el realismo casi al cubismo", como señala Bueno, quien admira la capacidad de la artista para "liberar en un momento determinado el sentimiento para afrontar una obra y la siguiente de una manera totalmente diferente".
Un camino intermitente hacia el arte
El recorrido artístico de Clemares no ha sido lineal. Comenzó a pintar seriamente hace unos 21 años, continuó durante "3 o 4 años o 5" gracias al impulso de una íntima amiga, y luego lo abandonó por motivos laborales. "Hace 3 años o 4 volví otra vez. Por circunstancias de la vida, pues teníamos tiempo para reiniciar", explica.
Fue su hermana Lisa quien la animó hace un par de años a exponer su obra, idea que finalmente se materializó gracias a María Eugenia Bueno, a quien Clemares se refiere cariñosamente como su "mecenas del arte".
"Esta es mi primera exposición, espero no sé si muchas más, pero sí alguna más", comenta la artista, quien ya tiene en mente una nueva colección centrada en la caza, otro de sus mundos junto con el caballo y los toros.
Una mirada al futuro
La exposición, que inicialmente iba a realizarse en septiembre coincidiendo con la Feria de Salamanca, finalmente se inauguró en abril, pero como señala la propia artista: "Toros y caballos, al final siempre pueden".
María Eugenia Bueno se muestra convencida de que esta primera exposición es solo el comienzo: "Estoy convencida que, por supuesto, es el principio de una larga cantidad de exposiciones que hará aquí y fuera de aquí si ella quiere, porque ella es así".
Entre las obras expuestas destacan tres piezas principales: un paisaje campestre, un torero sentado en actitud contemplativa y una vibrante escena taurina, todas ellas reflejando la pasión de la artista por el mundo del toro y del caballo.
La muestra "El mundo del toro y del caballo" permanecerá abierta al público en la sala de exposiciones del Casino de Salamanca hasta el 11 de mayo de 2025, ofreciendo a los salmantinos la oportunidad de descubrir el talento de esta artista que ha encontrado en la pintura una forma de expresar su visión personal de dos mundos que la apasionan.
Su primer óleo, según cuenta, fue un embarcadero con una barquita que regaló a su abuelo durante su etapa escolar. "Mi abuela, aunque tenía su casa decorada con muebles así, buenos, tal y cual, puso en un sitio principal mi cuadro, y ahí se mantuvo por muchísimo tiempo", recuerda con emoción.
Un estilo libre y personal
María Eugenia Bueno, quien presentó a la artista, destacó la libertad creativa que caracteriza su obra: "Tiene una paleta libre, usa los colores de una manera natural que a mí y a muchos de los que la han visto ya les sorprende". Además, señaló un detalle curioso: "Hace muchos años, un crítico de arte, en una exposición en Madrid, me comentó que el punto rojo es un punto que todas las obras deberían tener. Ella no lo sabe porque no hemos hablado de esto nunca, pero ella tiene un punto rojo, búsquenlo".
La propia Clemares rehúye de etiquetas técnicas o estilísticas. "Hablar de estilo y de técnica también me parece muy pretencioso, porque creo que no tengo ni un estilo ni una técnica porque voy por libre. Nadie me ha enseñado a pintar, plasmo en el lienzo lo que yo siento en ese momento", afirma con sinceridad.
Su técnica, sin embargo, es distintiva: "Me gusta pintar con mucho óleo, con espatulazos gordos y marcar un poco mi carácter y mi estilo de libertad". Esta aproximación le permite moverse con fluidez "desde el realismo casi al cubismo", como señala Bueno, quien admira la capacidad de la artista para "liberar en un momento determinado el sentimiento para afrontar una obra y la siguiente de una manera totalmente diferente".
Un camino intermitente hacia el arte
El recorrido artístico de Clemares no ha sido lineal. Comenzó a pintar seriamente hace unos 21 años, continuó durante "3 o 4 años o 5" gracias al impulso de una íntima amiga, y luego lo abandonó por motivos laborales. "Hace 3 años o 4 volví otra vez. Por circunstancias de la vida, pues teníamos tiempo para reiniciar", explica.
Fue su hermana Lisa quien la animó hace un par de años a exponer su obra, idea que finalmente se materializó gracias a María Eugenia Bueno, a quien Clemares se refiere cariñosamente como su "mecenas del arte".
"Esta es mi primera exposición, espero no sé si muchas más, pero sí alguna más", comenta la artista, quien ya tiene en mente una nueva colección centrada en la caza, otro de sus mundos junto con el caballo y los toros.
Una mirada al futuro
La exposición, que inicialmente iba a realizarse en septiembre coincidiendo con la Feria de Salamanca, finalmente se inauguró en abril, pero como señala la propia artista: "Toros y caballos, al final siempre pueden".
María Eugenia Bueno se muestra convencida de que esta primera exposición es solo el comienzo: "Estoy convencida que, por supuesto, es el principio de una larga cantidad de exposiciones que hará aquí y fuera de aquí si ella quiere, porque ella es así".
Entre las obras expuestas destacan tres piezas principales: un paisaje campestre, un torero sentado en actitud contemplativa y una vibrante escena taurina, todas ellas reflejando la pasión de la artista por el mundo del toro y del caballo.
La muestra "El mundo del toro y del caballo" permanecerá abierta al público en la sala de exposiciones del Casino de Salamanca hasta el 11 de mayo de 2025, ofreciendo a los salmantinos la oportunidad de descubrir el talento de esta artista que ha encontrado en la pintura una forma de expresar su visión personal de dos mundos que la apasionan.
Fotos de David Domínguez