Alexander y Daniela trabajan, respectivamente, con Cristina y Virginia para ser lo más autónomos posibles en sus tareas cotidianas
Alexander y Daniela son dos niños de la Asociación de Enfermedades Raras de Castilla Y León (AERSCYL). En el Centro Esnia reciben sus sesiones de terapia gracias a la ayuda de las terapeutas ocupacionales que en su día a día les prestan toda la atención y el cariño posibles.
Cristina Gómez trabaja con Alexander, que padece atrofia muscular espinal: "Trabajamos todo el control motor, sobre todo del tronco. Hacemos que alcance objetos y también realizamos tareas de motricidad fina". "Con el columpio, que le encanta, trabajamos la sensación vestibular", explica Cristina, quien continúa: "También jugamos de pie un ratito para que el control postural sea en todas las posiciones, también manejamos las pinturas del cole, el punzón, la escritura... e incluso tareas cotidianas como subirse el pantalón, bajarse la pata, quitarse las zapatillas o coger la cuchara para comer el yogur. Todo para que sea lo más autónomo posible en su día a día".

La evolución de Alexander gracias a estas terapias ha sido fantástica, según indica la terapeuta ocupacional: "Alexander llegó que no se sentaba solo y no podía alcanzar objetos más lejos de su cuerpo. Ahora ya veis como se sujeta él solo y a través de juegos vamos alcanzando metas para que sea lo más funcional posible en el día de mañana".
Por su parte Daniela, que padece Síndrome de Chung-Jansen, realiza sus terapias con Virginia Hernández: "En estos momentos estamos insistiendo en que adquiera una buena funcionalidad para la vida diaria. Eso implica el correcto uso de cubiertos, que sea independiente a la hora de ir al baño, a la hora de vestirse, etc...". La metodología que sigue Virginia con Daniela es a través de un seguimiento de órdenes de instrucciones, organización y planificación de las actividades. Para todo ello, según explica, es fundamental el control corporal y a partir de ahí ir construyendo la parte cognitiva.

Fotos: David Sañudo