Los turistas apuran sus últimas horas en la ciudad para disfrutar de la belleza del casco histórico pese a la adversa climatología
Salamanca ha vivido un animado Sábado Santo a pesar del frío y el viento que han marcado la jornada. El casco histórico de la ciudad ha estado repleto de turistas que, desafiando la climatología adversa, han aprovechado sus últimas horas para recorrer sus calles, disfrutar del patrimonio y empaparse del ambiente festivo.
Cafeterías, terrazas y comercios del centro de la ciudad han mantenido el pulso de una ciudad que, incluso en los días más grises, no pierde su encanto ni su vitalidad.