Diferentes municipios salmantinos se convierten hoy en escenarios de la Pasión de Cristo, cada uno con sus particularidades y costumbres propias
La provincia de Salamanca acoge cada Viernes Santo una serie de actos religiosos y representaciones populares que destacan por su autenticidad, su carga simbólica y su profundo arraigo en la tradición local. Diferentes municipios se convierten en escenarios de la Pasión de Cristo, cada uno con sus particularidades y costumbres propias.
En Serradilla del Arroyo todo el pueblo se involucra en la representación de la Pasión Viviente. Este acto, que se extiende durante unas tres horas, se desarrolla el Viernes Santo y culmina con la escena de la crucifixión de Jesucristo. El realismo y la participación colectiva convierten esta escenificación en uno de los momentos más destacados de la Semana Santa en la provincia.

Béjar cuenta con una Semana Santa de gran tradición, celebrada desde hace más de seis siglos. El acto central del Viernes Santo es la Procesión General del Santo Entierro, en la que desfilan seis tronos que representan diversas escenas de la Pasión, desde el Huerto de los Olivos hasta el Sepulcro.
Además, durante la mañana del Viernes Santo se representa La Sentencia, un acto emotivo en el que más de un centenar de figurantes recrean las últimas horas de Cristo en su Pasión y Muerte. Todo el pueblo vibra con esta tradición para la que se involucran muchos bejaranos.

Candelario acoge también una representación viviente de la Pasión de Cristo el Viernes Santo. Esta tiene lugar en la empinada Cuesta de la Romana, donde se escenifican momentos como las caídas de Jesucristo o su crucifixión, ejecutada con gran realismo. El papel de Nazareno es especialmente significativo y muy codiciado entre los vecinos, ya que implica asumir un gran esfuerzo físico y soportar el clima, a menudo frío.
La representación comienza con la salida de Jesús desde el Consistorio, donde es entregado a Pilatos y, posteriormente, lanzado al inicio del Vía Crucis. Se trata de una tradición iniciada por las hermanas Vallejera, en cuya memoria se mantiene viva la participación vecinal, atrayendo cada año a numerosos visitantes.

Uno de los actos más singulares del Viernes Santo en la provincia es el Descendimiento de Cristo de la Cruz en Lumbrales. Esta representación, junto con la de la capital salmantina, es única por su uso de una imagen articulada de Jesucristo. Gracias a esta particularidad, al ser desclavado, los brazos de la figura se mueven, aportando un realismo notable al acto. Esta ceremonia destaca por su carácter simbólico y su impacto visual.

La localidad de Alba de Tormes vive la Semana Santa con gran sobriedad, en línea con la tradición castellana. El Viernes Santo destaca especialmente por la Procesión del Santo Entierro, que se celebra por la tarde. Además, durante toda la semana se programan actos culturales como conciertos, representaciones teatrales y audiciones musicales, lo que enriquece el ambiente religioso con propuestas artísticas.

En Vitigudino, el Viernes Santo se desarrolla con una marcada solemnidad. Por la mañana se celebra el Vía Crucis con el Cristo de los Faroles, seguido por la Adoración de la Cruz por la tarde. Posteriormente, tiene lugar la Procesión del Santo Entierro, en la que todos los pasos acompañan a la Urna. Ya por la noche, el silencio se apodera de las calles durante la Procesión de la Soledad, uno de los momentos más sobrecogedores del día.

.