El escritor peruano destacó en su investidura que la literatura "nos hace muchísimo más libres"
Juan Manuel Corchado, rector de la Universidad de Salamanca, ha expresado su pesar en nombre de toda la comunidad universitaria por la muerte del escritor Mario Vargas Llosa, quien fuera distinguido como doctor honoris causa por esta institución. El rector ha transmitido sus condolencias a los familiares del Premio Nobel de Literatura.
El reconocido autor peruano-español se incorporó al Claustro de Doctores del Estudio salmantino en una ceremonia celebrada en el Paraninfo universitario en septiembre de 2015. Durante aquel acto académico, Carmen Ruiz Barrionuevo, catedrática de Literatura Española e Hispanoamericana y madrina del homenajeado, destacó la importancia de la obra completa de Vargas Llosa.
Según Ruiz Barrionuevo, tanto la ficción como los ensayos del autor se caracterizan por "un uso esmerado de la lengua española que difunde y enriquece con especial sabiduría por todos los países hispanohablantes". La catedrática subrayó también su compromiso con "la defensa de los derechos humanos y los valores de la democracia y la libertad".
Durante su discurso de investidura, Vargas Llosa realizó una encendida defensa del valor de la literatura como elemento transformador de la sociedad. El autor de obras fundamentales como "La ciudad y los perros" y "Conversación en la Catedral" afirmó que las obras literarias son "una fuente de insatisfacción permanente" que "crea ciudadanos descontentos, inconformes".
"Nos hace a veces más infelices, pero también nos hace muchísimo más libres", señaló el Nobel durante su intervención en la Universidad de Salamanca, destacando el poder liberador de la literatura.
El escritor también reflexionó sobre el carácter perdurable de la experiencia literaria: "No hay nada más entretenido que un poema o una gran novela, pero ese entretenimiento no es efímero. Deja una marca secreta y profunda en la sensibilidad y en la imaginación".
Con el fallecimiento de Mario Vargas Llosa, la Universidad de Salamanca pierde a uno de sus doctores honoris causa más ilustres, cuya obra y pensamiento han dejado una huella indeleble en la literatura universal y en la defensa de los valores democráticos.