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El milagro ecológico escondido en Salamanca: de tierra seca a paraíso con más de 250 especies de aves
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humedal artificial creado en 1998

El milagro ecológico escondido en Salamanca: de tierra seca a paraíso con más de 250 especies de aves

Actualizado 12/04/2025 09:10

El ingeniero salmantino Evelio Teijón explica cómo una presa de regadío se convirtió en el mayor santuario de aves de la provincia

Una obra de ingeniería ha transformado no solo el paisaje agrícola sino también el ecosistema de toda una comarca. El Azud de Riolobos, construido originalmente como infraestructura de regadío, se ha convertido en un santuario ornitológico que rivaliza con espacios naturales de larga tradición como las lagunas de Villafáfila.

"Una obra civil efectuada para la toma de las aguas del río Tormes a la comarca de La Armuña se ha convertido en uno de los mejores lugares para observación de aves", explica el doctor ingeniero Evelio Teijón López-Zuazo, profesor del Área de Ingeniería de la Construcción de la Universidad de Salamanca, quien este sábado ofrecerá una conferencia en Villoria sobre este singular ejemplo de ingeniería para el desarrollo sostenible.

Una transformación espectacular

Lo que hace especial al Azud de Riolobos es precisamente su origen artificial. Finalizado en 1998 y puesto en servicio para regadío en la temporada pasada, este embalse de 14 hectómetros cúbicos de capacidad y una presa de 19 metros de altura ha generado un humedal donde antes solo había tierras de secano. El resultado ha sido espectacular desde el punto de vista medioambiental.

"Estamos hablando de 254 especies detectadas por los ornitólogos, con poblaciones del orden de 10.000 aves, unas 37 por hectárea", detalla Teijón López-Zuazo. Para dimensionar la magnitud de este logro, el ingeniero establece una comparación reveladora: "Villafáfila, que es un ejemplo de ecosistemas maduros, de lagunas ya muy desarrolladas, presenta unas 275 especies. Pero nosotros estamos hablando de un azud que se acabó de construir en 1998".

Este milagro ecológico, surgido como efecto secundario de una infraestructura de regadío, ha captado la atención de investigadores y especialistas. El propio Teijón López-Zuazo ha colaborado con ornitólogos como Miguel Rouco, Nicolás y Guillermo Rodríguez, quienes participarán también en la jornada del sábado con una visita ornitológica tras la conferencia.

Un ejemplo de sinergia positiva

El caso del Azud de Riolobos representa un ejemplo paradigmático de cómo la ingeniería puede generar impactos ambientales positivos. "Las obras de ingeniería van siempre dotadas de un fuerte análisis ambiental, de muchas medidas correctoras para minimizar los impactos que tenemos, y este es un gran ejemplo de cómo la ingeniería puede contribuir al desarrollo sostenible", afirma el profesor.

El embalse, que abastece a una zona regable de unas 8.500 hectáreas, se llena de forma artificial mediante bombeo, tomando agua del río Tormes que llega a través de un canal. Esta transformación de secano a regadío ha supuesto un cambio social y económico para la comarca, demostrando que "la ingeniería hidráulica es una herramienta necesaria" para el desarrollo rural.

Ubicado entre los términos municipales de Villar de Gallimazo, donde se encuentra la mayor parte del espejo de agua, y El Campo de Peñaranda, donde se sitúa la presa, el azud recibe el agua a través de un canal que pasa por Villoria. Los tres municipios están involucrados en el proyecto de potenciación de este espacio natural.

Un proyecto ambicioso para el futuro

La conferencia de este sábado no solo abordará el valor ecológico actual del azud, sino también las propuestas para aprovechar las sinergias y oportunidades que genera su valor ornitológico. Entre los proyectos más destacados figura la restauración de la iglesia de Riolobos, un templo del siglo XII actualmente en ruinas.

"Como parte del proyecto, proponemos hacer la restauración como un aula de interpretación de la naturaleza y un auténtico museo de la ingeniería sostenible", explica Teijón López-Zuazo. La iniciativa contempla además el establecimiento de sendas verdes y un carril-bici con áreas de descanso sostenibles.

El objetivo es dotar de infraestructura turística a la zona, siguiendo ejemplos de éxito como el de Villafáfila, donde el turismo ornitológico ha impulsado la economía local. "De un restaurante que tenían allí, han pasado a tener cuatro", señala el ingeniero como muestra del impacto económico positivo que puede generar este tipo de turismo especializado.

Según informaba hace unos días el alcalde de Villoria, Alejandro González, el Ayuntamiento de El Campo de Peñaranda va a tramitar esta iniciativa a la Junta de Castilla y León y, por supuesto, cuenta con el respaldo de los otros dos municipios implicados: Villoria y Villar de Gallimazo.

Además, desde la Universidad de Salamanca, Teijón López-Zuazo y su equipo pueden solicitar créditos de investigación y establecer colaboraciones para potenciar la iniciativa. "Por el gran valor que tiene como una de las principales zonas de reserva de aves en el sur de Europa, espero que sea un caso de éxito como ha sido en otras zonas", afirma con optimismo.

La conferencia tendrá lugar este sábado a las seis de la tarde en el Salón de Actos de Villoria, y tras ella se realizará una visita ornitológica guiada por especialistas. Una oportunidad única para conocer este ejemplo de cómo la intervención humana, cuando se realiza con criterios adecuados, puede enriquecer la biodiversidad y generar nuevas oportunidades de desarrollo sostenible.

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