Viernes, 05 de diciembre de 2025
Volver Salamanca RTV al Día
“No hay mano de obra”: la construcción en Salamanca se enfrenta a su ‘problema capital’
X

MANUEL PRIETO, PRESIDENTE DE AESCON

“No hay mano de obra”: la construcción en Salamanca se enfrenta a su ‘problema capital’

Actualizado 09/04/2025 09:39

“El sector está muy envejecido, la media es de unos 49-50 años, se está jubilando bastante gente y no está entrando esa vía nueva”, alertan desde AESCON

El sector de la construcción en Salamanca atraviesa un momento crítico marcado por múltiples desafíos que frenan su desarrollo. Manuel Prieto, presidente de la Asociación de Empresarios Salmantinos de la Construcción (AESCON), en una entrevista a SALAMANCArtv AL DÍA, dibuja un panorama complejo donde los altos costes de materiales, la escasez de mano de obra cualificada y un mercado inmobiliario contenido configuran una situación que requiere soluciones estructurales urgentes.

AESCON - CNC SALAMANCA representa un pilar fundamental para las empresas constructoras salmantinas, ofreciendo un amplio abanico de servicios. “Ofrecemos representación institucional para todos los miembros, defensa de intereses jurídicos, asesor fiscal, y tenemos convenios con muchas entidades para seguros, combustible y telefonía”, detalla Prieto.

La formación de trabajadores constituye otro de los ejes fundamentales de la actividad de AESCON, especialmente relevante en un contexto donde la cualificación profesional se ha convertido en un bien escaso y altamente demandado. Además, la asociación proporciona servicios específicos relacionados con los libros de subcontratación y los planes de seguridad, elementos esenciales para el correcto funcionamiento del sector.

Un mercado inmobiliario con ritmo propio

El mercado inmobiliario salmantino presenta particularidades que lo diferencian de las grandes urbes. Según Prieto, tanto las crisis como las recuperaciones llegan con retraso a provincias como Salamanca: “La crisis empezó en 2008 y aquí la empezamos a notar en 2010”. Esta característica explica parcialmente por qué, mientras Madrid experimenta un boom inmobiliario, la capital charra mantiene un ritmo más pausado en nuevas promociones.

“En Salamanca no se están ejecutando muchas promociones. Hay promociones de chalets individuales prácticamente pequeñitas en los pueblos del alfoz, y hay alguna promoción, no muchas, en la ciudad. Todo ello debido a que los altos costes de la construcción dificultarían la venta porque habría que venderlos a precios que el mercado a lo mejor no absorbería”, señala.

El incremento en los precios de los materiales ha generado un efecto dominó. “Las viviendas de protección oficial prácticamente no se pueden construir porque el módulo al que hay que vender no lo absorbe el precio”, señala el presidente de AESCON. Esta realidad ha provocado que las pocas promociones que se desarrollan deban venderse a precios elevados, limitando significativamente el mercado potencial.

“No puedes vender una vivienda, por ejemplo, en la zona del cementerio o La Platina por 350.000 euros porque no hay nadie que la compre”, ejemplifica, ilustrando los límites que el mercado salmantino impone naturalmente. Sin embargo, destaca que “como hay pocas promociones, la venta en esas promociones se está realizando, porque hay mucha demanda contenida, mucha gente que no ha comprado durante estos años”.

La incertidumbre económica global y la subida de los tipos de interés han añadido capas adicionales de complejidad al panorama. “La vivienda es muy miedosa”, afirma Prieto con una metáfora que resume perfectamente la sensibilidad del sector ante cualquier variable externa. “Es la decisión más importante que el 90% de la gente toma en su vida”, añade, explicando por qué factores como un incremento en las cuotas hipotecarias de 150 o 200 euros pueden frenar decisiones de compra.

El contraste con grandes capitales como Madrid resulta evidente. “En otros sitios donde hay un crecimiento de población como en Madrid de 50, 60, 70.000 habitantes todos los años, pues claro que se vende vivienda”, explica Prieto, mientras que en Salamanca, con un crecimiento poblacional mucho más moderado, el mercado tiene sus propios límites naturales.

La escasez de mano de obra: el gran desafío estructural

Pero si hay un problema que Prieto identifica como “capital” para los próximos años, ese es la escasez de mano de obra cualificada. “La lucha por encontrar trabajadores” se ha convertido en el principal desafío del sector. “Ya no te estoy diciendo de oficios especializados, pero ya hasta encontrar un oficial de segunda es muy difícil, y especialistas no se encuentran”, lamenta.

El envejecimiento del sector, con una media de edad que ronda los 49-50 años, junto con la falta de relevo generacional, ha creado una tormenta perfecta. “Se está jubilando bastante gente y no está entrando esa vía nueva”, explica Prieto, quien ve en la formación y en la inmigración cualificada posibles soluciones: “Como no se forme gente, que se está formando, pero no la suficiente, como no entre mano de obra extranjera, inmigrantes formados en origen, con países como Perú o Chile con los que hay acuerdo...”.

Las consecuencias de esta escasez ya son visibles en el día a día del sector. “Hay obras que sacan las administraciones públicas que no las licita nadie porque no nos atrevemos en ese momento a licitar más obras”, revela Prieto. El motivo es claro: “No sabemos si vamos a encontrar subcontratas, si vamos a encontrar mano de obra. En definitiva, porque no sabemos si la vamos a poder ejecutar”.

Este problema estructural, que según Prieto “no hemos sido capaces de resolver estos años”, amenaza con agravarse precisamente cuando el sector podría estar experimentando un repunte. “Ahora hay trabajo en el sentido de que se están ejecutando, que se podrían ejecutar más obras”, señala con cierta frustración.

El futuro del sector en Salamanca parece estar condicionado por esta paradoja: existe demanda contenida y potencial para nuevas promociones, pero los altos costes, la incertidumbre económica y, sobre todo, la falta de mano de obra cualificada actúan como frenos para un despegue definitivo.