La participación femenina en las cofradías salmantinas ha aumentado, con mujeres que cargan los pasos en una tradición cada vez más inclusiva
En plena cuenta atrás para el inicio de la Semana Santa, las mujeres se consolidan como figuras clave en los desfiles procesionales, un fenómeno que, con el paso de los años, ha cobrado una importancia creciente. Según los datos de las cofradías locales, el número de mujeres cofrades ha aumentado considerablemente en los últimos años, reflejando una evolución de la tradición religiosa hacia una mayor inclusión.
Este cambio no solo se observa en su incorporación como cofrades, sino también en su papel activo al cargar los pasos. Salamanca, pionera en este ámbito, marcó un hito histórico en 1972 cuando la Cofradía del Amor y Paz aceptó a las mujeres como cofrades de pleno derecho, un gesto significativo en una España aún bajo el régimen franquista.
Hoy en día, ya no es extraño ver a mujeres portando los pasos durante las procesiones. En varias de las salidas, los equipos mixtos han reemplazado a los tradicionales solo masculinos. Sin embargo, en Salamanca se destacan varios pasos que son cargados exclusivamente por mujeres, como el Paso de María Nuestra Madre, portada por más de 100 hermanas cada Jueves Santo, perteneciente a la Hermandad del Cristo del Amor y la Paz, el Paso de Nuestra Señora de las Lágrimas, portada a hombros por las hermanas de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Flagelado, y el Paso de la Virgen de la Amargura, de la Vera Cruz.
Este fenómeno refleja no solo la evolución en la participación de las mujeres dentro de las cofradías, sino también el compromiso de muchas de ellas con la tradición y la devoción religiosa, demostrando que el papel femenino en la Semana Santa está más presente que nunca.