Se trata de un proyecto liderado por María Victoria Mateos, hematóloga del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca y coordinadora del área de investigación de Cáncer del IBSAL
La colaboración del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca (CAUSA), a través del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL) y del Hospital Virgen del Rocío, mediante el Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBiS), ha hecho posible la puesta en marcha de un ensayo clínico pionero para tratar con una nueva CAR-T académica y mejorada a pacientes con mieloma múltiple en recaída.
El denominado CARTemis-1, desarrollado y validado en modelos preclínicos por el IBiS Sevilla, no solo está diseñado específicamente para atacar de manera más eficiente una proteína clave en las células de mieloma múltiple, conocida como BCMA, sino que además tiene capacidad para expresar EGFR, facilitando así su monitorización antes y después de la infusión, y permitiendo su eliminación completa en caso de toxicidad, mediante el uso de un anticuerpo monoclonal.
Gracias a esta innovadora herramienta y la reconocida experiencia mundial en mieloma múltiple de la investigadora principal del ensayo, María Victoria Mateos, hematóloga del CAUSA y coordinadora del área de Cáncer del IBSAL, se ha obtenido la financiación del Instituto de Salud Carlos III en la convocatoria Proyectos de Investigación Clínica Independiente, lo que permitirá su traslado efectivo a los pacientes, cuyo reclutamiento se iniciará a finales de año en siete hospitales repartidos por toda la geografía española.
“En España hemos sido pioneros en la investigación de la terapia celular, y la relevancia de este proyecto está, precisamente, en poder investigar con un CAR-T académico y hacerlo, además, gracias a la colaboración entre diferentes centros”, asegura María Victoria Mateos. Sobre el tratamiento, que “no sólo ha demostrado ser más eficaz en modelos preclínicos, sino que nos permite neutralizarlo si observáramos alguna toxicidad relevante”, se ensayará inicialmente en pacientes en fases avanzadas de la enfermedad y posteriormente en recaídas más precoces, una vez se haya definido la dosis óptima y se haya evaluado la seguridad.
El mieloma múltiple representa aproximadamente el 10% de las neoplasias malignas hematológicas, con una incidencia de 3 a 5 casos por 100.000 personas en Europa occidental y una edad promedio en el momento del diagnóstico de 65 años. Aunque el pronóstico de este cáncer en la sangre ha mejorado significativamente en los últimos años con el uso de agentes inmunomoduladores (IMiD), inhibidores del proteasoma (IP) y anticuerpos monoclonales anti-CD38 (MoAb), la enfermedad sigue siendo incurable y se producen recaídas, por lo que es fundamental seguir avanzando en el desarrollo de terapias innovadoras para dar respuesta a estos pacientes.
En este escenario, el uso de la terapia CAR-T, que se basa en la modificación genética de las células T del propio paciente para que estas puedan reconocer y destruir células tumorales, se ha mostrado efectiva en pacientes con mieloma refractario. Sin embargo, se detectan algunas limitaciones por lo que el desarrollo de nuevas versiones optimizadas de CAR-T es crucial para mejorar los resultados. El CARTemis-1 incorpora un diseño más flexible, lo que mejora su capacidad para acceder a las células de mieloma y destruirlas de manera más eficiente, y además, permite un seguimiento más preciso y es más seguro frente a la posible toxicidad, ya que puede ser inactivado en cualquier momento con el anticuerpo monoclonal anti-EGFR Cetuximab, minimizando así el riesgo de eventos adversos graves.