“A Lorenzo García Paco. In memoriam”
El domingo 30 de marzo, el municipio de Mieza -en las Arribes del Duero- se dispone a celebrar su XXVIII Ruta de Senderismo. El primer evento de este tipo, junto a la organizada por Vilvestre, celebrado multitudinariamente por una entidad local en la hermosa comarca de “Las Arribes del Duero”. Su primera edición tuvo lugar en 1996 y se han llegado a registrar más de 1000 caminantes paseando simultáneamente por los idílicos senderos de herradura, que simbolizan, como ningún otro, aquéllos versos de Machado que nos recuerdan que la vida es un viaje constante, un proceso de aprendizaje y transformación, porque no hay un camino predeterminado, dado que cada persona debe construir su propio “camino” a través de sus decisiones, de su peregrinar constante, de su origen y experiencias vitales:
“Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.”
Durante el itinerario, podremos observar, nítidamente, no sólo aquéllos preciosos enclaves que sirvieron de base económica y de sustento vital a nuestros antepasados, obteniendo los frutos del cultivo de la tierra: de los olivos, manzanos, perales, melocotoneros, naranjos, limoneros, almendros o cerezos (en lenguaje arribeño, siempre en femenino, en honor a la “madre”, olivas, manzaneras, peralas, melocotoneras, naranjeras, limoneras, almendreras o cereceras…), sino también podremos observar la huella indeleble de la emigración que nos ha asolado en los últimos 50 años, de los restos vitales de la conocida últimamente como “España vaciada”. Porque, además de tierras sin cultivar y árboles frutales asilvestrados, contemplaremos las ruinas de casetas de cabreros en las zonas más agrestes de los empinados peñascos y “almeces u hojaranzos”, que se tornan más visibles en la actualidad por la ausencia de cientos de cabras pastando, que impedían su crecimiento. Ya no hay cabras y los pocos mulos y burros que quedan en el pueblo desaparecerán, por desgracia, en poco tiempo. Los mulos y burros, son los únicos restos de un pasado antiguo y presente que algunos recordamos con emoción y melancolía, porque fueron los animales de referencia de nuestra tierna infancia, que van a desaparecer de la faz de nuestro pueblo. Como también han desaparecido aquéllos carros de dos ruedas grandes, con radios de madera y círculos de base metálica, movidos por tracción animal (burros, mulos o bueyes).
Estoy seguro que los caminantes que por allí transiten, disfrutarán, como en ningún otro lugar, de estas tierras próximas a Portugal, ya que la frontera natural con el vecino país es el mismo río Duero, con sus aguas embalsadas por las presas de Aldeadávila y Saucelle. La jornada se completará con una estupenda comida campestre realizada por los voluntarios que colaboran con el Ayuntamiento de Mieza y a base de productos de cerdo: asados de chorizo, panceta, costilla y de aceitunas y del buen queso de oveja, además de naranjas, buen vino, cafés, aguardientes y dulces; todos, productos de la zona. Y, por la tarde y antes de que los caminantes regresen a sus hogares, también el Ayuntamiento tiene prevista una actuación folklórica.
Pero, es en estos menesteres cuando el que estas líneas escribe, que fui alcalde de Mieza desde 1995 hasta 2007, recuerdo con especial emoción a quién fue mi Teniente de Alcalde durante 8 años y posteriormente Alcalde de Mieza otros 8 años, además de otros 4 años más que, con anterioridad (1991-1995), ocupó el cargo de concejal (en aquélla ocasión en la oposición), Lorenzo García Paco y que falleció el pasado 2 de enero del presente año.
Lorenzo siempre fue una persona entrañable, además de un gestor municipal muy trabajador, honesto y cabal y uno de los miembros del equipo de gobierno municipal que en 1996 inició la organización de las rutas de senderismo, que aún no han llegado a la trigésima edición porque no se pudieron celebrar durante dos años en plena pandemia de la Covid 19.
Lorenzo siempre fue el encargado directo de diseñar los itinerarios de la ruta de senderismo, además de reclutar personalmente a los voluntarios para la organización el evento (desbrozadores de senderos, guías, cocineros y servidores de comida y bebida), ya que era uno de los mejores conocedores de cada uno de los parajes, caminos y senderos del municipio. Y lo hizo siempre desinteresadamente, con una ilusión especial y una dedicación encomiable y que muchos en el pueblo parece que han ido olvidando con el paso de los años.
Por ello, quiero que en este humilde pergamino quede plasmado lo que significó el excelente trabajo que realizó Lorenzo por la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos de nuestro pueblo, Mieza y por la difusión y el conocimiento del mismo fuera de nuestra comarca e incluso fuera de nuestros enclaves provinciales y regionales. El diseño y ejecución de la reforma urbana de plazas, calles, jardines y miradores emblemáticos, como el de “La Code” o el de “El Colagón del tío Paco” llevarán siempre su firma y su sello.
Querido Lorenzo: estoy seguro que los regidores del Ayuntamiento de Mieza sabrán reconocer tu trayectoria vital y tu noble, honesta y sincera dedicación a la “res pública”. Siempre permanecerás en mi recuerdo y estoy seguro que también en el de los vecinos de Mieza. ¡Hasta siempre, compañero fiel y entrañable amigo!