El reconocido pediatra ofrecerá este viernes una conferencia sobre 'Autoridad y límites' en el Palacio de Congresos de Salamanca, donde abordará los retos de la crianza actual desde una perspectiva respetuosa
Carlos González, referente indiscutible de la crianza respetuosa en España, aterriza este viernes en Salamanca para compartir su visión sobre uno de los grandes desafíos de las familias contemporáneas: el ejercicio de la autoridad y el establecimiento de límites.
En una entrevista con SALAMANCARTV AL DÍA, el pediatra y fundador de la Asociación Catalana Pro Lactancia Materna (ACPAM) desgrana las claves de su pensamiento con la claridad y sentido común que le caracterizan. "Los padres siempre tenemos autoridad. Pero necesitamos ejercerla. Es decir, estar con nuestros hijos y prestarles atención", explica González sobre el tema para su conferencia. "Los niños de hoy pasan más horas que nunca separados de sus padres, y desde edades cada vez más tempranas", añade con preocupación.
Su trayectoria profesional, que abarca décadas de experiencia clínica y divulgativa, le ha permitido observar la evolución de los modelos de crianza. "Supongo que, como le ocurre a muchos, al pasar de padre a abuelo me he ido dando cuenta de que muchas de las cosas que antes me parecían 'problemas' en realidad no son más que 'anécdotas'", reflexiona con la serenidad que otorga la perspectiva.
Uno de los grandes dilemas para muchas familias es cómo mantener la firmeza sin caer en estilos autoritarios o, por el contrario, en la permisividad excesiva. González lo tiene claro: "Como se ha hecho siempre: insistiendo en lo realmente importante, y comprendiendo que no podemos salirnos siempre con la nuestra. Podemos decirle a nuestro hijo 'No pegues a tu hermano' y 'No corras por el pasillo'; pero no son cosas igual de importantes".
La repetición constante de instrucciones suele ser motivo de frustración para muchos padres. El pediatra establece un paralelismo esclarecedor: "Igual que los maestros de escuela enseñan la multiplicación o la ortografía una y otra vez, durante años. Los padres a veces decimos: 'le dije que no haga una cosa, y la vuelve a hacer', sin darnos cuenta de que nuestra queja es tan absurda como si un maestro dijese 'les enseñé a escribir la semana pasada, ¡y no escriben!'".
González defiende que los niños tienen derecho a expresar su desacuerdo, algo que a menudo se interpreta erróneamente como un desafío a la autoridad parental. "Bueno, toda protesta es un desafío a la autoridad, ¿no?", cuestiona. "A ver, 'protesta legítima' no significa 'tiene razón'. Como en el mundo real: es legítimo manifestarse, pero eso no significa que te tengan que dar lo que pides".
Y añade una reflexión que invita a la empatía: "Lo que no podemos pretender los padres es que nuestros hijos obedezcan felices y sonriendo: '¡Oh, qué alegría, tengo que hacer los deberes!', '¡Oh, gracias, papá, gracias por no dejarme ver tanto la tele!'. Si les prohibimos o les obligamos a hacer algo se quejarán, es lo normal, y no podemos encima reñirles por haber protestado".
En la era digital, el establecimiento de límites con las tecnologías supone un desafío adicional. González, sin embargo, pone el foco en el comportamiento adulto: "¿Somos los padres capaces de estar con nuestros hijos, sin mirar pantallas, sin apoltronarnos delante de la tele ni ver un vídeo tras otro en el móvil? No podemos seguir fingiendo que el único problema es si los niños ven o no ven pantallas, cuando muchos adultos miramos más a la pantalla que a nuestros hijos".
Sobre los errores más comunes en el establecimiento de límites, el pediatra desmitifica lo que considera una sobrecomplificación: "Algunos parecen creer que 'poner límites' es una actividad importante y misteriosa, que necesita estudio y dedicación. Pero mis padres ni siquiera usaban esa expresión. Es algo sencillo y automático. ¿Permite usted que su hijo pegue a otros niños, que queme la casa, que salte por la ventana, que beba lejía? Pues ya está, ya le ha puesto límites".
A pesar de los retos actuales, González observa una evolución positiva en los modelos de crianza en España: "Diría que la violencia presuntamente 'educativa', la 'bofetada a tiempo', está en franco retroceso".
Como mensaje final para las familias salmantinas que asistirán a su conferencia este viernes, el pediatra ofrece un consejo que resume su filosofía: "Que disfruten con sus hijos. Los niños crecen muy rápido. No pases esos años, los más felices de tu vida, enfadándote por tonterías sin importancia", concluye.