Muchas de las obras que se pueden ver en la ciudad son fruto del trabajo de estos reconocidos artistas
Abel Ferreras o Caín Ferreras, como es conocido artísticamente, lleva en el mundo del arte urbano desde hace más de tres décadas. “Entré en todo esto por el grafiti. Empecé a pintar en el 93, el grafiti me atrajo mucho y ya se fue encadenando todo hasta ahora”, afirma.
Extremeño de nacimiento, pero afincado en Salamanca desde hace más de 30 años, recuerda que cuando llegó a la capital el parque Würzburg era uno de los sitios en los que más pintaba. “Yo conocí la parte del dibujo pintando grafitis, sin pretensión ninguna, además grafiti de letras; eran ratos de pasarlo bien con los amigos y vas practicando casi sin darte cuenta”.
Ahora se encuentra entre los muralistas de más renombre en Salamanca, con obras impactantes como ‘Quien no tiene memoria necesita cicatrices’ en la Avenida de los Cipreses, ‘Las cigüeñas vuelven a Salamanca’, en el Paseo de la Estación, ‘La mirada donde pueda ver más lejos’ en el túnel de la Televisión o ‘Mujer I’ y ‘Mujer II’ en la Calle de Wellington, entre otras. Pero su arte se extiende por distintas localidades de la provincia y diversos puntos de España y de Portugal.
Caín Ferreras es además tatuador; una "técnica más", porque "lo que me gusta es la pintura; al final son técnicas, formatos diferentes, sitios diferentes, pero todo está relacionado: la pintura, el diseño, el muralismo, la obra de estudio, el tatuaje,... todo es dibujar las cosas que quieres en diferentes sitios".
Bastante poco defensor del talento, pues "simplemente cuando algo te gusta, pues lo practicas más y el hecho de practicarlo más, pues te hace mejor y si ya lo conviertes encima en tu profesión, que no tienes otra opción que estarlo repitiendo una y otra vez, pues al final se te da bien, pero soy poco defensor del talento. Yo creo que todo está bien, obviamente el talento tiene su influencia, pero para mí el trabajo es lo importante".
Caín Ferreras considera que hay “un poco de boom, de moda de poner murales en todas las partes”. Añade que “hay de todo”, pero “hay veces que me llaman por una obra mía y otras simplemente por completar un espacio. Como llevo bastante tiempo pintando, al final tengo la suerte de que cada vez me llaman más pidiendo una obra mía, pero hace no muchos años era simplemente por rellenar el espacio. Todo va cambiando, pero el hecho de que haya habido tanta moda en los últimos años provoca que muchos ayuntamientos simplemente quieran su mural sin ver el tipo de trabajo que hace la persona a la que están contratando”.
“Tanta intención de meter murales en todos sitios, llega a un punto que me satura; muchos sitios, muchas paredes, muchos pueblos, ciudades, cosas… no necesitan un mural y se ha hecho; aunque laboralmente me venga bien, me satura”, subraya.
Roberto Becerro, o Rober Bece, como es conocido artísticamente, lleva alrededor de 5 años dedicándose profesionalmente al mundo del arte urbano. No dio sus primeros pasos en el mundo del grafiti; “no salí a la calle a pintar como tal, siempre he sido más de pintar en casa; pero un día me puse en un muro de un conocido y hasta hoy”, explica.
Artista con espectaculares murales en Salamanca, como los del apeadero ferroviario, y en diversos municipios, entre ellos Santa Marta de Tormes, como ‘Respira’, un mural que logró clasificarse como segundo mejor mural del mundo del mes de enero y optar a mejor mural del año 2023 en la plataforma internacional de arte callejero ‘Streets Art Cities’.
Rober Bece considera que el arte urbano “se valora como lo que es, un museo en la calle, la gente lo aprecia y lo valora mucho”. Reconoce que está “un poco de moda, pero realmente se valora, ha venido para quedarse. Lo que se está haciendo en todas las ciudades es sacar el arte a la calle, que no solo esté en los museos, por eso se está trabajando tanto en los murales en el exterior”.
Nacido en Santa Marta de Tormes, quiere destacar la galería urbana que se viene desarrollando en la localidad. “El Ayuntamiento, sobre todo el concejal Norberto Flores, está haciendo un trabajo excepcional con los murales”, que, además, “es una forma de atraer gente a la ciudad”.
Estudió diseño gráfico y “todo esto comenzó como hobby. No he estudiado nada de arte, pero si te gusta esto, es trabajar, trabajar y trabajar, aunque, también tiene que haber algo de talento”.
Sobre el arte urbano en Salamanca destaca su potenciación, el valor que se le da y que “se está dando más espacio”, destacando, por ejemplo, el Barrio del Oeste, que “va creciendo en cada edición y se ha convertido en una galería de arte”.