Reconocimiento a una vida dedicada a la fe y al servicio a la comunidad en varios pueblos de la comarca de Alba
Fotografías: Javi Angulo
La parroquias y Ayuntamientos de Pelayos, Galisancho, Santa Inés, Santa Teresa y Galinduste se unieron ayer para rendir homenaje ayer al sacerdote Ángel Alsina y a sus grandes apoyos en las tareas pastorales, Visitación Cabezas y Carmen Arroyo.
El acto, que tuvo lugar en la iglesia de Galinduste, contó con la presencia de José Luis Retana, obispo de Salamanca y de José Lucas, Jaime Aveleira y José Luis Arévalo, alcaldes de Galinduste, Santa Teresa y Pelayos respectivamente.
En la celebración el obispo estuvo acompañado de Emilio Vicente, párroco de Alba de Tormes, Francisco Delgado, secretario Personal del Obispo, el sacerdote Francisco Buitrago, José María Gallego, sacerdote y amigo personal de Angel Alsina, el misionero de Mariannhill P. Tomás Camissone Guetsame y Jean Rodríguez, párroco de Galisancho, Santa Teresa, Santa Inés, Galinduste, Pelayos, Portillo y Éjeme.
Al finalizar la eucaristía, Angel Álsina, Carmen Arroyo y Visitación Cabezas escucharon palabras de cariño y sentimiento de parte de sus vecinos y también recibieron regalos de los alcaldes de Galinduste, Galisancho y Pelayos.
El homenaje se trasladó posteriormente al Pabellón Municipal, que era la sede de una exposición de fotografías dedicada a la vida de los tres homenajeados. A este homenaje no solamente acudieron vecinos de los pueblos, donde Ángel, Carmen y Natividad han dedicado gran parte de su vida, sino también personas llegadas desde Alba de Tormes, Encinas de Arriba, Garcihernández, Revalvos y muchas más.
Nacido en Vilobí de Oñar, Girona, el 3 de julio de 1938, encontró en Salamanca su hogar espiritual. Su camino hacia el sacerdocio estuvo marcado por encuentros providenciales con figuras como Alfredo Rubio de Castarlenas y Miguel Matías Moríñigo, quienes lo guiaron en su formación.
Desde su ordenación el 26 de septiembre de 1971 en Alba de Tormes, su ministerio ha estado caracterizado por la entrega, la enseñanza, la formación de vocaciones tardías y su compromiso inquebrantable con la Iglesia y con sus feligreses.
El día 15 de octubre del año 1976, el obispo de Salamanca, D. Mauro Rubio Repullés, le nombró párroco de Portillo, Éjeme, Galisancho y Santa Inés. Al año siguiente, en el mes de agosto de 1977, empieza a atender también las parroquias de Galinduste y Pelayos.
Con la muerte del párroco de Santa Teresa, Don Ángel Marcos en el año 1993, se le asignó también el pueblo de Santa Teresa, con lo cual ya eran siete las parroquias a atender. Ante esta dificultad, el profesor de religión del Instituto de Enseñanza Media de Alba de Tormes D. Francisco Delgado, acepó atender los pueblos de Portillo y Éjeme.
Si Don Ángel ha sido el guía espiritual de la parroquia, Visitación Cabezas y Carmen Arroyo han sido las manos y el corazón que han sostenido muchas de sus labores. Visitación desde 1977 y juntas desde 1983, su compromiso con la Iglesia ha sido ejemplar, asumiendo con alegría y humildad responsabilidades que han permitido mantener viva la comunidad parroquial.
Con una entrega generosa y constante, han apoyado a Don Ángel en todas las tareas pastorales, asegurando que las celebraciones, la catequesis y la vida litúrgica de la parroquia se desarrollen con armonía. Su ejemplo de servicio desinteresado es un testimonio de fe y amor por los demás.