Jesús Redondo, el maestro salmantino del kárate que empezó por un amigo y de ello ha hecho su vida: "Lo disfruto, es parte de mí"

Su nombre está directamente relacionado con el kárate y el aprendizaje de una manera tan didáctica como cercana, siendo estas dos de las señas de identidad más destacadas de la trayectoria personal y profesional de Jesús Redondo, el gran maestro de esta disciplina para varias generaciones de pequeños y jóvenes en Peñaranda y su comarca.

Hoy es el gran ‘Sensei’ del Club Kárate Cid, dedicando su buena parte de su vida diaria al aprendizaje de esta técnica milenaria, que cada año cuenta con multitud de adeptos y clases llenas en todos los niveles y edades, ya que su presencia y la especial esencia que ofrece en cada una de ellas se ha convertido en todo un símbolo conocido y reconocido más allá de la ciudad, ya que a nivel provincial y autonómico es toda una institución que cuenta con quereres aquí y allá.

Pero el origen de esta pasión viene de muy atrás en el tiempo ya que como recuerda Jesús, “surgió como quizás otras muchas cosas en la vida, sin esperarlo. Fue un amigo que empezaba en esto del kárate quien me lo comentaba y empezó a animarme para que me metiera en este mundo...y así empecé hace muchos años ya…Un día me llamaba Roberto Pérez, propietario del Centro Integral Deportivo de Peñaranda y me comentaba que estaba buscando un monitor de kárate para cubrir la baja de la persona que tenía al cargo de las clases y 18 años después ahí seguimos”.

Desde aquella llamada han pasado probablemente varios cientos de niños y jóvenes por su aula y sus experimentadas manos, algo que ha dejado diferentes huellas imborrables en Jesús. “Puedo decir que tengo guardados muchos y buenos recuerdos. Los momentos que compartes con los alumnos en los torneos son inolvidables también…al final llegas a hacer amigos de verdad con los que disfrutas de esta pasión y los entrenos. Pero si tuviera que destacar a una persona ese es mi entrenador de muchísimos años ahora también amigo Francisco Fungía Rodríguez, quién me animaba desde el primero momento para que empezara a dar clases en Peñaranda. El es como parte de mi familia ya”.

“Para mí el kárate es y será muy importante. Lleva más de 40 años formando parte de mi vida, con el disfruto y vivo” asegura Jesús, quién no puede evitar emocionarse al hablar de los suyos. “Una mención especial se merece mi familia, la que siempre está, en las buenas y en las malas…y es que esto también tiene momentos en los que reconozco que es difícil aguantar…pero ellos entienden y comprenden mi locura “explica.

Hoy, tras haber vivido una nueva edición del Open de Kárate peñarandino, que también lleva su sello personal, solo tiene palabras de agradecimiento para quienes han formado parte de su trayectoria.

“Quiero dar las gracias de verdad, de corazón a todas las personas que de una manera u otra han estado todos estos años formando parte de esta maravillosa familia que es el Club de Kárate. A todos los que estuvisteis y a los que espero que vengan, ya que esta pasión seguirá adelante todo el tiempo que las fuerzas me permitan”.