La librería Letras Corsarias celebra su décimo aniversario con un concierto del grupo punk Estrogenuinas

Al otro lado de la hermosa cristalera con su pluma, la librería tiene un aire especial de reunión de amigos, de fiesta de cumpleaños “Somos la tarta y las velas” dice Ángela del grupo “Estrogenuinas”. No todos los días se celebran los diez años de una librería, un aniversario corsario donde felicitarse no solo por tanto bueno, sino por los Premios Nacionales, los encuentros que se suceden, los recuerdos y las ganas de compartir la libresca alegría.

Recuerdo la apertura de esta librería que ahora es una referencia en toda España como una fiesta atrevida con sabor a oporto. Meses antes, a la puerta del colegio al que íbamos a buscar a nuestros respectivos churumbeles, Rafael Arias me hablaba de su proyecto de abrir una librería. Avezado letraherido, su convicción y su fuerza me parecían una utopía feliz que pronto se hizo realidad en uno de los locales más hermosos de esta ciudad. ¿Se llamaba “Burbujas” aquella profunda tienda de ropa que daba a una calle que cosía tan hermosamente la Plaza de los Bandos con la del Liceo? ¿Qué se abría también a otro remanso perdido en el esgrafiado de la memoria y en la iglesita románica de la Marquesa de Almansa? Pronto y con conspiraciones de pólvora y paredes llenas, la librería “de Rafa” se hizo un lugar imprescindible.

Y en ese espacio empezó a gestarse algo más que un comercio de libros y lectores que encontrábamos entre sus paredes un refugio necesario, sabio y lleno de ecos. Los encuentros con los autores se convirtieron en una actividad cultural que fue más allá de la página y del cuentacuentos… de repente el cómic empezó a llenar los huecos que dejaban los libros, y el atrevimiento teatral, musical, artístico y sociológico, por poner varios ejemplos, se hizo cotidiano.

Diez años después, que no son nada, nuestra librería, la nuestra, la de los corsarios, la de Rafa, Miguel, Guillermo, María, nuestra Mercedes siempre al quite de lo que tan complejo es como la literatura infantil y juvenil y mi querido, mi admirado, mi sabio

Antonio Marcos, sigue viento en popa a toda vela y a toda Newsletter. Su programación no es solo una muestra de lo que se publica en este país ¿Por qué será que todos los grandes escritores quieren presentar en Letras Corsarias? También atiende a la página nuestra, a la de la tierra, a la cercana, y no se queda solo en el encuentro con el autor. El factor Letras es la oportunidad perfecta para el rato compartido, la discusión fecunda, el aprendizaje, el dibujo que se traza más allá del título consabido. Y ahí estamos, dándole a lo difícil, a lo que nos alimenta, a ese fondo inabarcable que nuestros libreros saben navegar también, duchos en el arte de conocer nuestras necesidades y de descubrirnos nuevas rutas.

Nos sentimos absolutamente corsarios. Y grumetes siempre a punto para iniciar el viaje cuando entramos en la librería, que por suerte, ha crecido con nosotros. Tiene este aniversario además, historia, porque las “Estrogenuinas” son cultas y leídas, dicen que tiran más las Letras que dos carretas, y de tan charrabums, y tan culturetas, les salen los versos de Santa Teresa de Jesús a lo social y reivindicativo, como lo es la nave corsaria. De ahí que les toque a las chicas del punk celebrar el aniversario de un espacio necesario de nuestra cultura que camina a lo suyo, creando escuela sin hacerlo, marcando el paso sin ganas de militarismo. Ácratas felices de la letra, como ellas lo son del rastro de los Ramones y de la gracia de sus canciones… y nos hacen reír mientras pelean con sus guitarras por la cultura, por la justicia social “que muero porque no hay dinero” y remedan a la Santa de Ávila que si hubiera tenido oportunidad, también hubiera hecho un concierto en acústico.

Qué buenas son las “Estrogenuinas”, salidas de Garrido, de ese Mateo Hernández que tan reivindicativo fue siempre como instituto, y que conste que Rafa también fue Mateo. Y frente al público que llena la librería, fiesta de letras, les reímos la chapa porque somos de Sexto Piso o Anagrama, de tapa dura o tapa blanda pero siempre de libro. Letraheridos y musiqueros, de plaza soleada y de botellín de cerveza o de tequila en el Cambalache. De libro y de cómic, de cultura viva, de Salamanca residente y resistente. De piedra y de página. De la Plaza llena cuando hubo que salir del Covid a golpe de libro y de silla apretadita cuando viene un autor que mola. De nave corsaria y de agradecimiento. Porque a Letras Corsarias le debemos muchos buenos ratos y muchos que vendrán, velas al viento. Y va el capitán pirata, cantando alegre en la popa, Rector Lucena a un lado y otro San Boal… Salamanca plena en la fiesta de los libros, los libros

de la fiesta, corsarios al ataque de otros diez años… por lo menos. Y gracias, gracias y gracias, piratas nuestros.