Sábado, 19 de abril de 2025
Volver Salamanca RTV al Día
Memoria del olvido
X

Desde la Code. Profesor de Derecho Penal de la Usal

Memoria del olvido

Actualizado 15/03/2025 08:57

Durante este viernes he tenido la oportunidad de participar en una mesa de debate en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Salamanca sobre una excelente compilación de artículos, publicados con el título de “Memoria del olvido”, elaborados por historiadores y escritores, prologado por el prestigioso hispanista Paul Preston y coordinado, entre otros, por Emilio Silva, fundador y presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica. Los artículos fueron escritos hace más de 20 años y todos ellos, que siguen siendo muy actuales, “trataron de desbrozar el silencio impuesto por las élites del franquismo y de romper las ataduras anudadas durante cuarenta años de dictadura que fueron aceptadas por las élites parlamentarias de la transición”, según aparece, en resumen, en la contraportada de volumen publicado.

Cierto es que, a diferencia de lo que ocurrió con los totalitarismos que provocaron la Segunda Guerra Mundial y que causaron varios millones de muertos, no sólo en combate, sino también en los infames campos de exterminio y concentración nazis, el régimen franquista nunca fue condenado en ningún Tribunal Penal Internacional creado “ad hoc”, cuando tuvo una conexión evidente con el Tercer Reich y una prueba fehaciente de ello fue el destino que sufrieron los miles y miles de españoles que saliendo por la frontera francesa al exilio al terminar la Guerra Civil, fueron destinados a campos de refugiados en las playas del mediterráneo francés, próximos a nuestras fronteras por Cataluña y de allí, inmediatamente después de la ocupación nazi de Francia, cerca de 10 mil españoles fueron trasladados a campos de concentración, la mayoría a Mauthausen (Austria), y, como consecuencia de ello, perseguidos, señalados, vejados, torturados y muchos asesinados, al considerarlos enemigos políticos del nazismo alemán y del fascismo italiano. El principal artífice de ese “señalamiento” para que fueran tratados vilmente y eliminados fue el “cuñadísimo” Serrano Súñer, que también fue ministro del gobierno franquista y -además de cuñado- mano derecha del dictador Franco.

Por su parte, el franquismo no solo salió indemne de procesos penales como el conocido juicio del Tribunal de Nüremberg, sino que se creó en aquélla España “analfabeta, atrasada, dormida, sentada a la vera de los caminos de la historia” -como la definía Azaña a principios del pasado siglo- un “franquismo sociológico” que, por desgracia, y también a diferencia de países como Alemania o Italia que sufrieron las consecuencias de la barbarie y la intransigencia de sus déspotas líderes, sigue aún perviviendo en nuestra sociedad actual. Es lamentable que una gran parte de la derecha política, económica y mediática de nuestro país, siga considerando el franquismo como el “salvador de nuestra patria y de la civilización cristiana occidental” y como el régimen político que acabó con los socialistas, comunistas, separatistas y contrarios a los idearios del “sacrosanto nacionalcatolicismo”; es decir, con los “enemigos de la patria”, los apestados, los “rojos”, que para el psiquiatra Vallejo-Nágera, eran “seres inferiores”, más proclives al salvajismo y a la delincuencia. Y, lo peor, es que dijo haber llegado a probar que ese “gen rojo” era inferior al gen de los adictos al Régimen, con su investigación eugenésica en su no menos famoso gabinete de investigaciones psicológicas. Vallejo Nágera, como se sabe, fue considerado “el Mengele español”.

Fruto de este “franquismo sociológico” que aún pervive, nuestra transición política de la dictadura a la democracia no fue todo lo modélica que nos la pintaron desde las instituciones, porque los vencidos de la contienda, la izquierda política y social –con muchos de sus miembros en el exilio, no sólo exterior, sino también interior y en las cárceles- tuvieron que comulgar con un sistema democrático diseñado precisamente por los mismos líderes políticos provenientes del franquismo. Lo expresa muy bien Emilio Silva en la presentación del libro, cuando manifiesta que nuestra democracia no tiene la misma calidad que el resto de las democracias occidentales porque “una astilla del franquismo sigue clavada en el cuello de nuestra democracia”.

¿Por qué, si no, se oponen tanto la ultraderecha de Vox y la cuasi ultraderecha de Ayuso y Feijóo a todo lo que les suena a “Memoria histórica y democrática”? ¿Por qué quieren que las nuevas generaciones de españoles desconozcan la verdad de lo que sucedió en la Guerra Civil –provocada por el golpe de Estado de Franco, Mola, Sanjurjo y otros generales fascistas al régimen democrático y constitucional republicano- y en la larguísima dictadura franquista?

Las víctimas de la barbarie franquista tienen derecho a ser dignificadas y homenajeadas como se merecen. Los ideales de la Segunda República Española, sistema político que tanto demandaban los intelectuales en el primer tercio del pasado siglo y que tanta ilusión colectiva generó entre la sociedad española –sobre todo la que siempre estuvo sometida a la aristocracia, la nobleza, los caciques y los poderes fácticos- no pueden seguir sepultados en el olvido más infame.

La última manifestación de esta ignominia brota del gobierno ultra de la Comunidad de Madrid, que se está oponiendo firmemente a que se instale, por parte de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, una placa que recuerde que la sede del gobierno de la Comunidad fue un lugar tétrico, la antigua sede de la Dirección General de Seguridad de la dictadura franquista, donde se torturó, se asesinó y se vejó a miles de ciudadanos españoles porque profesaban ideas políticas no compatibles con la dictadura, porque demandaban insistentemente la proclamación de los valores de libertad, igualdad, justicia, solidaridad, pluralismo y democracia, aquéllos que también garantizaba la Constitución de 9 de diciembre de 1931, de la Segunda República Española.

La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.

Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.

La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.

En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.