A lo largo de los años, ha construido una red de apoyo que va más allá de los tratamientos médicos, ofreciendo un acompañamiento psicológico, social y emocional para los pacientes y sus familias
ALCER Salamanca es una asociación que ha crecido para convertirse en un referente en la atención a personas con enfermedad renal. A lo largo de los años, ha construido una red de apoyo que va más allá de los tratamientos médicos, ofreciendo un acompañamiento psicológico, social y emocional para los pacientes y sus familias. Como cuenta Juan Carlos Sánchez, trasplantado y presidente de la entidad, "lo que más ayuda es saber que no estás solo, que hay gente que ha pasado por lo mismo y te entiende". Una de sus miembros es Soledad, García, una salmantina que explica su experiencia en esta entrevista.
En el Hospital Universitario de Salamanca se realizaron en 2024 más de100 procedimientos de trasplante renal, páncreas-riñón y páncreas aislado. “Este logro nos ha permitido reducir significativamente la lista de espera y, en particular, disminuir el tiempo de espera”, ha expresado Fraile.
Aunque se ha avanzado, la lista de espera no es cero. “Siempre existe una variabilidad, ya que continuamente se incluyen nuevos pacientes en la lista”. A finales de febrero había 23 personas en espera de un trasplante renal.
Uno de los principales servicios que ofrece ALCER Salamanca es el servicio social, especialmente dirigido a los pacientes recién diagnosticados. Cuentan con una trabajadora social, que se convierte en un pilar fundamental en este proceso. "Te ayuda a gestionar todo lo administrativo, como los trámites para la discapacidad, pero también te busca lugares para hacerte la diálisis cuando te vas de vacaciones", explica uno de los pacientes. La idea es acompañar al paciente y su familia en cada paso.
También ofrecen apoyo psicológico. La psicóloga de ALCER Salamanca ha trabajado durante muchos años con los pacientes, pero ha visto cómo la demanda de apoyo emocional se extiende también a los familiares. "A veces, los familiares sufren más que los propios pacientes", comenta la psicóloga. Esta realidad es compartida por muchos pacientes que, como Juan Carlos, han experimentado el impacto emocional en sus seres queridos: "Mi mujer, mi madre, incluso mis hijos... ellos sufren mucho más de lo que uno piensa". La psicología es una parte esencial del tratamiento, ayudando tanto a pacientes como a familiares a gestionar el estrés y las emociones derivadas de la enfermedad.
La nutrición es otro de los servicios fundamentales en ALCER Salamanca. Los pacientes reciben formación sobre cómo llevar una dieta adecuada antes y durante la diálisis, así como tras un trasplante renal. Como explica uno de los pacientes, "cuando te trasplantas, puedes comer casi de todo, pero antes tienes que ser muy cuidadoso con lo que comes". El equipo de nutrición asesora a los pacientes para garantizar que sigan una alimentación que favorezca su salud renal, algo crucial para su bienestar.
Uno de los programas más innovadores de ALCER Salamanca es el servicio de paciente mentor, que conecta a personas que han vivido la experiencia de la enfermedad renal con aquellos que recién comienzan a enfrentarse a ella. "Es más fácil hablar con alguien que ya ha pasado por todo eso. Sabes que te entiende", comenta María, paciente y mentor. El programa ha sido tan exitoso que algunos de los pacientes mentores ahora participan en las actividades del hospital, acompañando a los pacientes en su proceso de adaptación a la diálisis. Como Juan Carlos explica, "la empatía entre pacientes es fundamental, porque uno sabe lo que siente el otro".
Además de los servicios médicos y de apoyo psicológico, ALCER Salamanca organiza una serie de actividades recreativas que permiten a los pacientes desconectar de su enfermedad y disfrutar de la compañía de otras personas que viven situaciones similares. "Hacemos paseos saludables, tenemos un club de lectura, talleres de madera, y hasta excursiones. Es importante poder evadirte un poco, olvidarte de la enfermedad por un rato", comenta otro miembro de la asociación. Estas actividades, además de fomentar la interacción social, tienen un impacto positivo en la salud mental de los pacientes, creando un ambiente de apoyo y solidaridad.
Además de las actividades, ALCER Salamanca ha organizado en varias ocasiones vacaciones de respiro, una oportunidad para que los pacientes y sus familias disfruten de unos días de descanso. "Vamos a la playa, nos vamos de excursión. Es una forma de desconectar y disfrutar de la vida. Además, es genial poder hacerlo con otros que entienden lo que estás pasando", explica otro miembro de la asociación. Durante estos viajes, se ofrece apoyo para asegurar que los pacientes puedan continuar con su tratamiento sin problemas, lo que les permite disfrutar de su tiempo libre sin preocupaciones.
ALCER Salamanca también ofrece un servicio de alojamiento temporal para pacientes y sus familias que deben trasladarse a Salamanca desde otras provincias para recibir tratamiento, como trasplantes o consultas. "Vienen pacientes de Zamora, Ávila, Burgos, y por supuesto, de Salamanca. No tienen que preocuparse por dónde quedarse mientras están aquí", dice uno de los voluntarios. Este servicio asegura que los pacientes puedan centrarse en su tratamiento sin la preocupación de encontrar alojamiento.
ALCER Salamanca también desempeña un papel fundamental en la concienciación sobre la donación de órganos. "Es esencial que la gente sepa que la donación puede salvar muchas vidas. Sin donantes, muchos de nosotros no podríamos seguir adelante", expresa un paciente trasplantado. La asociación organiza charlas y campañas educativas para sensibilizar sobre la importancia de donar órganos y cuidar de la salud renal.
Otro de los avances importantes en ALCER Salamanca es la promoción de la diálisis domiciliaria. El objetivo es ofrecer a los pacientes la posibilidad de realizar el tratamiento en casa, ya sea por hemodiálisis o peritoneal. "Al principio puede dar miedo, pero con el tiempo te das cuenta de que no es tan complicado. Es una forma de recuperar un poco de tu independencia", comenta Juan Carlos, quien lleva años haciéndolo en su domicilio. Esta modalidad de tratamiento ha sido fundamental para reducir los desplazamientos al hospital y mejorar la calidad de vida de los pacientes.