La procrastinación (del latín procrastinare: pro, 'adelante', y crastinus, 'mañana'),? es la acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables por miedo a afrontarlas o pereza a realizarlas.
Por lo tanto, somos bastante procrastinadores, ahí es nada. Hemos desarrollado una cierta habilidad para ir retrasando o posponiendo situaciones o problemas importantes que requieren una pausa, una reflexión y una posterior decisión. “El tiempo lo cura todo”, es un dicho que no nos ayuda a afrontar las situaciones. A veces por miedo, otras por pereza o dejadez, vamos dejando para mañana lo que ya tendríamos que hacer hoy. ¿Y cuál es la consecuencia? Una acumulación de asuntos importantes, con el consiguiente agobio y aturulle mental al ver la cantidad de cosas que todavía me quedan por hacer.
Ciertamente, nos gusta hacer de inmediato aquellas cosas que conllevan cierto placer o satisfacción, dejando postergadas otras. Ya lo haré mañana es una buena frase para autoengañarnos, cuando sabemos que mañana tampoco lo haré. Es verdad que hay niveles de asuntos que postergamos, como por ejemplo arreglar algo en la casa, ir a descambiar un objeto a una tienda o escribir un email o un guasap a alguien como respuesta a otro que hemos recibido.
Pero hay situaciones, que nuestra dejadez no hace sino agravarlas, o simplemente olvidarlas. ¿Cuántas situaciones tenemos pendientes como hablar algo importante con aquel amigo o amiga, con mi pareja, con alguien de mi familia? ¿Cuántas veces dejamos pasar el tiempo, que poco o nada cura, pensando que con distancia hemos aminorado una situación? Y al final, suele ocurrir que la distancia con esas personas se va agrandando hasta casi disolver la relación, dejando que el silencio o la indiferencia guíen nuestras relaciones humanas.
Hay estudios que hablan de las cosas que una persona en su lecho de muerte, se arrepiente de no haber hecho o no haber dicho, como por ejemplo, haber demostrado con más hechos y palabras que me importaba o que quería a alguien. ¿A qué estamos esperando para decirle a alguien que la queremos? Ah, y el perdón, ¡ay el perdón! ¿A qué estamos esperando para pedir perdón por aquello que dije o hice hace años, sabiendo que pude herir a alguien y que voy dejando pasar? ¿Y cuándo voy a ser capaz de perdonar aquella ofensa que mi hirió a mí, a aquel amigo o amiga, o familiar que me hirió tanto? ¿Cuánto tiempo voy a dejar que ese rencor y ese odio me sigan quitando la paz y me coman la energía?
Un buen antídoto contra la procrastinación es la agenda y la programación, pero otra es la determinación ante una decisión. Sí, y para eso, tenemos que tomar decisiones. No tomarlas es procrastinar, aunque no tomar decisiones demuestra casi siempre un miedo atraz a tomarlas, porque me puedo equivocar, porque puedo fallar, porque qué van a decir otras personas….
Hay procrastinadores casi profesionales, que no resuelven casi nada casi nunca, que dejan siempre en otras personas y en otros momentos lo que ellos no quieren o no pueden hacer. Otros, de los de algunas veces, con más peso de la pereza que otra cosa. Pero cuidado, no vayamos a dejar para mañana algo que requería el hoy, y mañana sea ya demasiado tarde.
El móvil y las redes y todo ese mundo de satisfacción casi inmediata son catalizadores de la procrastinación porque se nos cuelan continuamente distrayéndonos, atontándonos e hipnotizándonos. Yo de hecho, pensaba dejar para mañana escribir este artículo, pero me he dado cuenta que tengo que enviarlo hoy, así que en este caso, la procrastinación tiene fecha límite de la cual no debería pasarme. A ver si para la siguiente ando procrastinando menos y es que, ¡se las trae la palabrita!
La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.
Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.
La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.
En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.