El Casino recuerda a Carmen Martín Gaite “Entre visillos” de la mano del fotógrafo Vicente Sierra Puparelli

No podía ser en otro lugar que no fuera el Casino de Salamanca, casi un personaje de la novela Entre visillos, que consagró a la escritora al ganar en 1957, el Premio Nadal. Y son las páginas de esa obra, y la vida de la autora, lo que desde la institución a la que pertenece Vicente Sierra Puparelli, miembro de la Comisión de Cultura del mismo, así como de la junta rectora del Centro de Estudios Salmantinos, lo que recrea la exposición que el insigne fotógrafo ha realizado con la ayuda de Chema García y la colaboración de numerosas personas que vivieron la época que narra la autora.

Porque Carmen Martín Gaite, que vivió tan cerca, en la Plaza de los Bandos, fue en esta novela también fotógrafa de Salamanca. Retrató como nadie una ciudad provinciana y dormida donde las mujeres tenían una vida “entre visillos” contra la que se rebela, tímidamente, la protagonista. Y son las imágenes elegidas por Sierra Puparelli, algunas de su fecundo archivo personal, las que nos muestran, junto con los textos que aluden a los espacios, esa ciudad de gentes que viven junto al Tormes. Un ejercicio literario y visual que merece una publicación y que hay que agradecer al Casino, porque se trata de una lectura retrospectiva de la obra más conocida de la autora salmantina.

Organiza la exposición Sierra Puparelli recreando la que seguramente fue casa de Natalia, la protagonista, o la de la misma Martín Gaite, frente a la de la María la Brava, en esa Plaza de los Bandos que no ha cambiado demasiado. La hija del notario vivió en Salamanca hasta la veintena, estudió en el espacio que le dejaron los jesuitas al único instituto femenino público de la época, y luego, en el hermoso Palacio de Anaya. Sus espacios fueron los de los salmantinos que iban a los bailes, conciertos y exposiciones del Casino, sus paseos recorrían las calles y bajaban al río… y esa vivencia salmantina, acabó en las páginas de la novela que recrea Sierra Puparelli con su búsqueda de imágenes de Gombau, Ansede y hasta las de una ciudad que empezó a retratar muy tempranamente.

El resultado es un paseo por la novela que, reiteramos, necesita calma y publicación, lectura detenida de imágenes y textos muy bien elegidos. La ciudad se despliega en las palabras de la autora y en las fotografías de la época: calles, hoteles –maravilloso el Gran Hotel del personaje Yoni, el hijo moderno del dueño- paseos, lavanderas, la estación del tren, las paradas de los autobuses, incluso el urbano que llamaban de forma popular… una ciudad de gentes de Casino y de lavanderas del Tormes, y de gitanillas que retrata magistralmente Chema García. Una ciudad que ahora, en la modernidad, ha querido ver Sierra Puparelli dedicada a su escritora. De ahí el retrato de su escultura frente a la que fuera su casa, la amplia avenida que se le ha dedicado y, sobre todo, la hermosa y moderna biblioteca municipal que lleva su nombre.

Con esta muestra, el Casino que tanto aparece en la novela de la autora y que tan vinculado ha estado con ella –recordemos el concurso de relatos, y hasta la primera exposición de mucho de su legado- homenajea a Carmen Martín Gaite con motivo del año en el que la celebramos todos. Y lo hace con un delicado y dedicado paseo por la Salamanca de su época de la mano de sus fotógrafos más ilustres. Nos la devuelve con su ciudad y con el recuerdo que ahora la ciudad tiene de ella. Y lo hace en su casa, en el Casino de Salamanca.