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La urna de plata de Santa Teresa, protagonista de un nuevo sello filatélico
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ALBA DE TORMES

La urna de plata de Santa Teresa, protagonista de un nuevo sello filatélico

Actualizado 07/03/2025 18:50

Inmortaliza la última apertura del sepulcro teresiano

La Orden del Carmelitas Descalzos y el Ayuntamiento de Alba de Tormes han presentado el sello conmemorativo de la apertura del sepulcro de santa Teresa de Jesús. Una publicación filatélica de gran interés en franqueo nacional y europeo. El sello se podrá adquirir el domingo día 9 de marzo a las 13,30 horas en la Basílica del Sepulcro de Santa Teresa de Jesús y a partir del lunes día 10 de marzo en el Museo Carmus y en la tienda de recuerdos del convento de san Juan de la Cruz.

El prior de los Carmelitas Descalzos de Alba de Tormes y de Salamanca Miguel Ángel González ha agradecido a la alcaldesa Concepción Miguélez la colaboración del ayuntamiento de la Villa Ducal en todas las efemérides teresianas. Esta publicación quedará para la posteridad como recuerdo del acontecimiento de la última apertura del sepulcro de la Santa fundadora de la Reforma del Carmelo Descalzo y patrona de Alba de Tormes.

El diseño del sello contiene la urna de plata que custodia el cuerpo de santa Teresa de Jesús desde 1760, magnífica pieza de orfebrería que en estos días está siendo sometida a una limpieza profesional en Toledo por parte del padre carmelita descalzo Ricardo Plaza, restaurador y conservador artístico, con el fin de que recupere toda su belleza. Así mismo, el profesor de la Universidad de Salamanca, Manuel Pérez Hernández, especialista en orfebrería, está realizando el estudio académico de esta gran obra, que se espera presentar en Alba de Tormes a finales del mes de marzo.

La urna de plata que se encuentra en el sello conmemorativo, ha sido fotografiada por el fotógrafo albense profesional Francisco Cañizal Tello; en ella destaca el anagrama central con las iniciales STJ (Santa Teresa de Jesús) entrelazadas, en un relieve de gran belleza artística. La obra fue encargada por los monarcas de España Fernando VI de Borbón y Saboya y Bárbara de Braganza y Habsburgo para custodiar el cuerpo de la Santa y es obra de “Jacques Marquet Architecte. Invenit et Delineavit. 1760. Jerome Loir. Parisiensis. Excudit”, dicen dos inscripciones en el frontal de la urna quién diseñó la urna de plata y quién fue el artista platero que la realizó. Dentro de ella, en una caja “de plata, ricamente adornada de realce de la misma materia, forrada toda por dentro en terciopelo carmesí, hecha en Orleáns, yace su cuerpo”, según documento de archivo. El sepulcro está entre dos rejas, una de plata hacia la iglesia y otra de hierro hacia el camarín.

Una presentación con acto público

Dicha urna, una vez acondicionada adecuadamente, será presentada en un acto público en Alba de Tormes, por parte del conservador artístico y del especialista en orfebrería que han intervenido en la conservación y estudio de la misma respectivamente.

La urna tiene cuatro cerraduras en sus ángulos superiores. Tres de las cuatro llaves se custodian una en el convento de las Madres Carmelitas Descalzas de Alba de Tormes, otra en el palacio de Monterrey en Salamanca, otra en la casa general de los Padres Carmelitas Descalzos en Roma; la cuarta lleve es la Llave Real, llave principal del sepulcro de santa Teresa de Jesús que representa a la Monarquía Española.

La urna de plata, desde 1760 ha permanecido oculta dentro del sepulcro de mármol negro jaspeado “de San Pablo de los Montes (Toledo) con sus adornos de bronce dorados, de oro molido, que se halla embutida en un arco del mismo mármol en dicho altar con toda magnificencia y dos ángeles en la superficie de dicha urna de la misma materia” como se puede leer en las actas notariales del monasterio de la Anunciación de Alba de Tormes.

Cabe recordar que el sepulcro de santa Teresa de Jesús, permaneció cerrado con el cuerpo incorrupto de la Santa en su urna de plata dentro del sepulcro de mármol desde 1760 hasta 1914, siendo sus últimas aperturas el 28 de agosto de 2024 y el 18 de febrero de 2025, con el fin del reconocimiento canónico que se está llevando adelante con la autorización del Papa Francisco.

Dada la belleza de esta pieza artística, se prevé poder contemplarla de manera habitual desde el camarín alto del sepulcro teresiano a través de una vidriera transparente, una vez colocado de nuevo el cuerpo de la Santa en su lugar permanente. Estratégicamente, el sepulcro de santa Teresa de Jesús ocupa no sólo el centro de atención de toda la Basílica en el punto más alto del retablo mayor, sino que además es el centro del camarín alto.

Después de haber ocupado el sepulcro teresiano varios lugares en la pared lateral izquierda del antiguo presbiterio bajo la bóveda gótica de la primera iglesia, cada vez en posición más levantada, se trasladó a este emplazamiento que ya estaba configurado como una hornacina abierta por ambos lados a modo de transparente.

En la segunda mitad del siglo XVIII se quiso dignificar más la hornacina del retablo mayor y el mismo sarcófago. Cambió a mejor. Las paredes de la hornacina fueron recubiertas de mármol blanco, se diseño un nuevo sepulcro a imitación de sarcófago romano y marmóreo, apoyado sobre dos descansillos con terminación de cabeza animal.

Mármol negro y adornos de bronce y de oro

La nueva urna sepulcral se fabricó con mármol negro ribeteado o jaspeado, procedente de las canteras de San Pablo de los Montes (Toledo), compuesto de un ensamblaje o máquina de varias piezas que forman un único cuerpo fijo e inamovible, del cual sólo una parte por el lado interior del camarín alto se puede mover o abrir para acceder a su interior. Las junturas y los adornos son de bronce dorado y de oro molido.

Esta disposición exterior y la urna marmórea son obra del arquitecto francés Jacques Marquet, al servicio de los Duques de Alba, autor del Palacio ducal de Piedrahita, de la Casa de correos (Puerta del sol) de Madrid y otras obras. Así se puede leer en una inscripción latina en la plancha de bronce del sepulcro en su margen izquierdo: “J. Marquet delineavit, anno 1759, et invenit” (Jacques Marquet proyectó este sepulcro y lo ejecutó en el año 1759). El mismo arquitecto realizaría al año siguiente el diseño de la urna de plata.

La parte extraíble se levanta mediante un sistema de poleas que se enganchan al techo de la hornacina en un gancho de hierro. La losa marmórea lleva incrustados dos aros de hierro forjado para sujetar las maromas y cadenas. Por la parte interna del camarín, una plancha de bronce en la misma forma geométrica de toda la urna de mármol, contine las tres cerraduras para las tres llaves, una al centro y dos a los extremos. La culminación o losa marmórea exterior, en forma abultada, está coronada por dos ángeles que parecen estar en actitud de eterno diálogo, teniendo cada uno en sus manos los signos del dardo de la transverberación y la corona de la virginidad.

Dentro del sarcófago de mármol, la urna de plata ha contenido el cuerpo incorrupto de Santa Teresa de Jesús y seguirá custodiándolo. La colocación del escudo de armas de la casa ducal de Alba encima del arco interior del sepulcro, además de la intervención del arquitecto preferido por la casa Ducal, está indicando la colaboración de los Duques de Alba en la obra nueva que se realizó. Es el único lugar del edificio donde figura el escudo ducal, lo cual es muy significativo por ser la parte más elevada del mismo.

La urna de plata de Santa Teresa, protagonista de un nuevo sello filatélico | Imagen 1

Como sistema de protección y de adorno, la hornacina abierta del sepulcro está preservada por dos rejas, una de plata hacia la iglesia, otra de hierro con el signo del corazón transverberado hacia dentro del camarín. La doble reja ya estaba colocada en el siglo XVII a modo de protección, asegurando que no puede ser abierto sin juntar las distintas llaves.

En el año 1760, se inauguró el nuevo y definitivo sepulcro y se colocó el cuerpo de la Santa en la nueva urna de plata en presencia de muchas personalidades. En ese momento, el cuerpo fue expuesto en la reja del coro bajo por espacio de unas 7 horas el día trece de octubre; posteriormente se encerró el arca de plata en el nuevo sepulcro de mármol.

En 1914 se abrió el sepulcro teresiano en dos ocasiones. El 16 de agosto de 1914 quedó expuesto el cuerpo en el camarín alto, de manera privada, hasta el 23 del mismo mes en que fue encerrado de nuevo en el sepulcro de mármol. El 28 de agosto del mismo año se abrió con carácter de veneración popular, volviéndolo a cerrar en el mismo día. Hubo algún intento de volverlo a abrirlo en el año 1981 -1982 con motivo del IV centenario de la muerte de Santa Teresa, pero la intención no llegó a surtir efecto.

Con motivo del reconocimiento canónico autorizado por el Papa Francisco se ha abierto también en dos ocasiones; el 28 de agosto de 2024, cerrándose el 31 del mismo mes y el 18 de febrero de 2025, colocándose el cuerpo de la santa en una urna provisional en la clausura del monasterio con el fin de asegurar así su conservación a la espera de las fechas de veneración pública del mismo.