Según la Organización Mundial de la Salud, una de cada tres mujeres en el mundo ha sido víctima de violencia física y/o sexual en algún momento de su vida, siendo el agresor en la mayoría de los casos la pareja (27 %). España no escapa a esta cruda realidad. De acuerdo con Amnistía Internacional, una de cada dos mujeres mayores de dieciséis años en el país ha sufrido violencia a lo largo de sus vidas, simplemente por ser mujeres. Además, más de 2,8 millones de niñas y mujeres en España ha sufrido violencia sexual.
Ana Paula de Arruda Ribeiro Rios
Lucía Almendros Zaragozá
Defensoras de los derechos humanos
Las cifras actuales de la violencia de género perpetrada en España evidencian que los derechos humanos de las mujeres son seriamente violados y que las autoridades no cumplen con sus compromisos de protegerlas. El año de 2024 terminó con el aterrorizante balance de 48 mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas y 9 niños y niñas víctimas de violencia vicaria. Sin contar que también persisten otras formas de violencia de género como el atentado contra la dignidad física, sexual o mental de la mujer. La lacra machista, que ya ha causado 1.292 víctimas mortales desde 2003, sigue, desgraciadamente, siendo una realidad en España. La Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género ha presentado la ficha estadística de 2024 donde se destacan datos importantes para el análisis y el estudio comparado de la violencia de género en España. Aunque se ha observado una leve mejora en algunos aspectos, como la reducción de 9 víctimas mortales con respecto al año pasado, el número de denuncias ha aumentado un 4,79 % según el último informe del Observatorio de Violencia Doméstica y de Género. Las cifras siguen siendo inaceptables. La violencia de género no se erradicará hasta que no se reduzca a cero. Para entender más a fondo la situación de la inseguridad de las mujeres, se estima que en el último año la mayoría de las víctimas tenían entre 31 y 50 años (56,3 % del total). En 2024, 14 de las 48 asesinadas tenían entre 51 y 84 años y una de las víctimas era menor de edad, de hecho tenía menos de 15 años. Otra circunstancia relevante recopilada en la ficha es el país de nacimiento de las víctimas; en 2024, el 50 % de las mujeres víctimas de feminicidio eran españolas y la otra mitad era de nacionalidad extranjera, mientras que en los últimos 10 años el número de las españolas asesinadas era mayor que el de las extranjeras.
La distribución de las víctimas mortales entre las Comunidades Autónomas también es desigual en el territorio español. La CCAA con mayor número de asesinadas es Cataluña, con un 25 % de víctimas, es decir, 12 mujeres asesinadas. Seguida de Andalucía, con casi el 21 % de la cifra, contabilizando 10 mujeres asesinadas; luego iría la Comunidad Valenciana, con 14,6 % y Galicia, con 10,4 %. Mientras que hay comunidades con una alta concentración de víctimas de violencia de género, también hay comunidades en las que no ocurrió ninguna agresión vital en los últimos 12 meses, como es el caso de Asturias, Islas Canarias, Cantabria, Extremadura y Navarra, así como en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
Otra referencia de especial trascendencia es la situación en la cual la mujer se encontraba con su agresor. La ficha revela que 29 víctimas (60,4 %) estaban en una relación amorosa con su agresor. Las otras 19 fueron víctimas de sus exparejas o sus parejas en fase de ruptura. Estos datos demuestran la pavorosa situación de convivir con sus agresores, que es una realidad para muchas mujeres en España. Además, varias de ellas ya habían denunciado previamente a su agresor; se estima que 34 de las 48 víctimas, casi un 74 %, interpusieron una denuncia, pero no obtuvieron medidas legales de protección… La justicia abandonó a esas mujeres.
Elisa, Larisa, Ayax, Yago, María, Hiba, Adam, Norma y Cristian, estos nombres son los de los 9 niños y niñas que perdieron sus vidas a manos de unos agresores que pretendían así herir a las madres, y son considerados como víctimas directas de violencia de género. Tampoco se pueden olvidar los 36 menores dejados huérfanos, que perdieron a sus madres por la violencia de género.
Sin embargo, es fundamental especificar que, por mucho que el asesinato de mujeres sea la agresión más visible, la violencia de género también se manifiesta y esconde detrás de maltratos psicológicos, acoso, degradación moral, intimidaciones, coacciones, persecuciones, amenazas…. Justamente por eso, los gobiernos de las Comunidades Autónomas tienen la obligación de crear y poner a disposición los Centros de Atención de Emergencia para mujeres víctimas de violencia sexual. Esas oficinas deberían mantenerse abiertas las 24 horas del día, los 356 días del año y disponer de asistencia médica, psicológica, social y legal para proteger a la mujer y prestar asistencia integral, tanto para la víctima como para sus hijos, y que puedan así vivir seguros. Pero los datos demuestran que muchos de esos centros todavía no cumplen su función legal.
Además, Interior ha identificado 75.090 agresores machistas persistentes, responsables de maltratar a más de una mujer, algunos de ellos cuentan hasta 13 víctimas. Estos maltratadores reincidentes representan el 11 % del total registrado en el sistema VioGén. A pesar de los esfuerzos por alertar a las víctimas sobre el riesgo que representan estos agresores (han sido advertidas 16.000 mujeres), muchos de estos hombres siguen libres, sin cumplir condena, lo que pone en peligro a muchas más víctimas.
A pesar de estos datos tan preocupantes, hay que celebrar que, en las primeras semanas de 2025, todavía no se ha registrado ninguna mujer asesinada por su pareja o expareja. No obstante, la violencia de género, que no se reduce sólo al feminicidio, sigue siendo una de las mayores violaciones de los derechos humanos en España, y conlleva aún muchos desafíos que requieren una acción decidida por parte de las autoridades y la sociedad en su conjunto.
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