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La ciencia reconstruye en Australia el rostro de Santa Teresa: “Sereno y apacible”
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ALBA DE TORMES

La ciencia reconstruye en Australia el rostro de Santa Teresa: “Sereno y apacible”

Actualizado 21/02/2025 09:59

Se dispondrá de la imagen próximamente en versión digital y por medio de scanner tridimensional en imagen de bulto

El prestigioso y experimentado antropólogo italiano Luigi Capasso ha realizado cerca de cuarenta proyectos semejantes al reconocimiento canónico de santa Teresa de Jesús, en este caso con la colaboración de los también antropólogos italianos de la universidad “G. D´Annunzio” de Chieti – Pescara” el profesor Ruggero D´Anastasio y el doctor Iacopo Cilli.

Actualmente la reconstrucción facial de Santa Teresa se está llevando a cabo en el Victorian Institute of Forensic Medicine (Monash University, Victoria, Australia), aplicando una combinación de metodologías forenses actualmente en uso en Estados Unidos y Reino Unido y basándose en datos antropométricos e imágenes radiográficas.

La Orden del Carmelo Descalzo ha encargado estos trabajos que permitirán la reconstrucción del rostro de Santa Teresa de Jesús con sus mismas proporciones, teniendo en cuenta las pruebas obtenidas en Alba de Tormes y consistentes en fotografías, radiografías, proporciones y medidas, además de la redacción literaria realizada por la madre María de San José, carmelita descalza contemporánea de la Santa.

Se dispondrá de la imagen próximamente en versión digital y por medio de scanner tridimensional en imagen de bulto, que permitirá contemplar, con la mayor proximidad posible y con sus mismas proporciones, la fisonomía original de santa Teresa de Jesús.

Según el prestigioso profesor Luigi Capasso, que dirige el reconocimiento canónico en Alba de Tormes “se trata de un rostro sereno y apacible”. El perfil antropométrico de la Santa corresponde tanto a sus imágenes existentes como a las descripciones históricas y a la reconstrucción facial realizada con motivo de este reconocimiento.

Historia biológica de la santa

Según Capasso: “Con este trabajo se reconstruye la parte de la historia que guarda la biología de la persona de Santa Teresa de Jesús”. Se reconstruye la historia biológica de la persona de la Santa desde la ciencia de la antropología forense con la tecnología actual, no solo la reconstrucción física de la persona, también sus enfermedades e incluso algunas de sus costumbres. “En el caso de la Santa se trata de una historia absolutamente extraordinaria”, afirma Don Luiggi Capasso.

Como ejemplo, en los pies de la Santa se aprecian las señales de las cuerdas de esparto clásicas de las alpargatas teresianas al igual que la marca de la toca carmelitana en la frente de santa Teresa de Jesús.

A la espera de los resultados definitivos y teniendo en cuenta las novedades descubiertas sobre la santa andariega el pasado mes de agosto, se comprueba que, además de la cifosis vertebral, su cuerpo se fue inclinando ligeramente hacia el lado derecho con el paso del tiempo, probablemente como consecuencia de la postura prolongada en su labor de escritora.

La estatura de la santa superaba ligeramente un metro sesenta centímetros, siendo para la época del siglo XVI una estatura mediana.

Teresa de Jesús, según María de San José

“Era esta santa de mediana estatura, antes grande que pequeña; tuvo en su mocedad fama de muy hermosa y hasta su última edad mostraba serlo; era su rostro nonada común sino extraordinario, y de suerte que no se puede decir redondo ni aguileño; los tercios de él iguales, la frente ancha e igual y muy hermosa, las cejas de color rubio oscuro con poca semejanza de negro, anchas y algo arqueadas; los ojos negros, vivos y redondos, no muy grandes, mas muy bien puestos; la nariz redonda, y en derecho de los lagrimales para arriba, disminuida hasta igualar con las cejas, formando un apacible entrecejo, la punta redonda y un poco inclinada para abajo.

Mal se puede con pluma pintar la perfección que en todo tenía: la boca, de muy buen tamaño; el labio de arriba delgado y derecho, el de abajo grueso y un poco caído, de muy linda gracia y color; y así la tenía en el rostro, que con ser ya de edad y muchas enfermedades, daba gran contento mirarla y oírla porque era muy apacible y graciosa en todas sus palabras y acciones.

Era gruesa más que flaca y en todo bien proporcionada; tenía muy lindas manos, aunque pequeñas; en el rostro, al lado izquierdo, tenía tres lunares levantados como verrugas pequeñas, en derecho unos de otros, comenzando desde abajo de la boca el que mayor era, y el otro entre la boca y nariz, el último en la nariz, más cerca de abajo que de arriba. Era en todo perfecta”. María de San José.