Crearnos a nosotros mismos: de eso se trata. Siempre me gusta impulsar nuestras reflexiones (la que pretendo hacer con mis lectores/as cada jueves), arrancando junto al pensamiento de aquellas personas que, en diferentes circunstancias y posición social, así como responsabilidades que ejercían según fuera su época, fueron inspiradores y no en pocos casos, un poco revolucionarios. Lo que siempre me ha impresionado de estas personalidades de la historia, es cómo nos siguen inspirando en el tiempo actual.
Por ello, tomo hoy el pensamiento de George Bernard Shaw (1856-1950), que fue un dramaturgo, crítico y polemista irlandés cuya influencia en el teatro, la cultura y la política occidentales se extiende desde 1880 hasta nuestros días, que afirmaba que “la vida no se trata de encontrarte a ti mismo. La vida es sobre crearte a ti mismo”.
Cada historia personal nos enseña que tenemos que evitar repetir errores, más bien aprender de ellos. Respecto a los desaciertos, para no volver a cometerlos. En cuanto a los aciertos, para hacer un esfuerzo por contar con todos los recursos para que lo bueno que nos viene de atrás se proyecte mejor en el futuro. O sea, una clarísima mejora y aprendizaje que siempre van dando sentido a nuestra vida.
¿Cómo nos afecta psicológicamente reinventarnos una y otra vez?
Si no lo hacemos fracasamos porque el entorno no perdona. No solo es cruel, sino injusto y muy agresivo. Pero si por contrario sí nos reinventamos, ¿cómo podremos estar seguros de que vamos en la dirección correcta? Siempre nos aflorarán preguntas tales como ¿estaremos tomando la decisión adecuada?
La historia se repite en cada persona una y otra vez: la necesaria readaptación humana continua a nuevas circunstancias aceleradamente cambiantes, frente a un entorno rabioso, alimentado por el egoísmo y, el beneficio sin escrúpulos. Obviamente…el panorama no es fácil, más bien lo contrario.
Pero hagamos el esfuerzo de pasar de lo intelectual (la reflexión) a la realidad, o sea la capacidad que cada uno de vosotros/as tiene para iniciar hoy mismo ese proceso de reinvención. ¿Es posible? ¡Siempre lo es! Lo que no tienes es que temer por fracasar en el intento, porque el camino de la vida es una sucesión de muchos fracasos y algunos éxitos (en términos generales), pero no hay que dejar a la ley de probabilidades de nuestra vida sin capacidad aleatoria (sin números). Los necesitamos, porque nuestra apuesta por la vida es seguir jugando sin darnos por vencidos. La recreación y la reinvención son procesos humanos, por tanto, inteligentes, con dosis de riesgo y expuestos al entorno.
Nuestra capacidad intelectual y nuestra gestión de las emociones pueden hacernos más o menos vulnerables a los cambios que se produzcan como consecuencia de estas recreaciones. ¡Pero qué vida sería si no tuviésemos que hacer nunca un cambio sustancial para enfrentar el futuro! No hablamos de aburrimiento, sino de dignidad. Esta es la diferencia que marca el carácter de una persona.
Lao Tse (siglo IV a.C.) considerado uno de los filósofos más relevantes de la civilización china, decía “cuando dejo ir lo que soy, me convierto en lo que podría ser”. Traducido a nuestra cotidianeidad, significa que debes dejar salir ese yo que con frecuencia te traiciona, por las envidias y los egos que todos poseemos, auténticas usinas del malestar y de la ansiedad.
Al abrirles la puerta inicias la andadura de un camino en el cual puedes empezar a reflejarte nuevamente en el espejo de lo que quieres ser…como dice Lao Tse “lo que podrías ser”.
Es en esos momentos en los que observas tu vida desde otro ángulo de miras. Vas a darte nuevas oportunidades, porque cambiando el punto de visión, ampliando tu horizonte de expectativas, estarás creándote alternativas. Esto implica recrearte a ti mismo/a, volver a tener la sensación de sentirte útil, que se te reconozca por lo que eres y por lo que haces.
Pero de nada vale un reconocimiento externo (de los demás), sea en el plano laboral o en el personal, si no eres tú mismo/a la que te reconoces como que estás siendo actor principal de tu cambio, de reinventarte, lo que significa que has puesto los mimbres para una nueva creación, da igual la edad que tengas en ese momento… ¡siempre es posible! ¡Siempre serás digno/a por la decisión de esta transformación!
Además…debes partir de la premisa que cada día que sale el sol, volvemos a nacer, o sea, que por la propia naturaleza de lo que es nuestra existencia, no debe ni sorprenderte ni abrumarte la necesidad que en algún momento percibas que ese día, que puede ser hoy, sientes por fin el impulso de recrearte.
Si lo piensas como evolución natural de tu persona, lo único que ha cambiado es que eres consciente de llevar a cabo esa nueva creación de tu personalidad, que tendrá una característica única. ¡Pero cuidado! Seguirá siendo un día más de tu vida en la cual por la mañana habrás nacido. Si lo ves así de natural te ayudará a dar el paso…a no angustiarte más…a elegir el cambio porque este te lo mereces… ¡porque es poner sobre la mesa tu dignidad!
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