En uno de los encuentros el colegiado llegó a requerir la presencia policial
El fútbol base salmantino ha vivido otro fin de semana complicado, con incidentes en dos partidos que han requerido incluso la presencia policial. Los campos anexos al Reina Sofía han sido el escenario de dos encuentros marcados por la polémica, con expulsiones, insultos y altercados con el público.
El primero de los incidentes tuvo lugar el sábado, 15 de febrero, durante el partido de la 1ª División Provincial de Juveniles entre Unionistas de Salamanca C y el C.D. Carbajosa de la Sagrada. El encuentro, que finalizó con un marcador de 1-2, tuvo momentos de alta tensión.
En el minuto 36, el preparador físico de Unionistas fue expulsado por dirigirse al árbitro con un contundente "Vete a tomar por culo". Pero la cosa no quedó ahí. Según consta en el acta, el mismo preparador físico, ya expulsado, entró al terreno de juego para recriminar al colegiado: "esto es vergonzoso, ya sabemos cómo funciona esto".
La situación se complicó aún más al finalizar el partido. Se produjo una pelea en la zona de banquillos con invasión de campo de varios espectadores. El árbitro, ante la situación, solicitó la presencia de la Policía Local, recibiendo insultos y recriminaciones por parte de algunos de los presentes. La Policía Local finalmente se personó en las instalaciones, aunque los ánimos ya se habían calmado. Todo esto según el documento presentado por el árbitro.
El domingo, 16 de febrero, la 2ª División Provincial de Alevines también vivió su propio episodio de tensión. El partido entre Unionistas de Salamanca C.F. y el Salamanca C.F. UDS "B", que terminó con un 4-3, también tuvo su cuota de polémica.
Al finalizar el encuentro, un jugador del Salamanca UDS "B" fue expulsado por dirigirse al árbitro diciéndole "eres muy malo" en repetidas ocasiones.
Pero el incidente más grave se produjo cuando el árbitro se dirigía a los vestuarios. Varios aficionados del Salamanca UDS "B", identificados como tales, obstaculizaron su paso. Uno de ellos, con un bombo, comenzó a gritarle, mientras que otra aficionada realizó "un gesto amenazante con la mano levantada, alentando e incitando de manera violenta", según el acta arbitral.
Gracias a la intervención del delegado de campo (o la persona que actuaba como tal), el árbitro pudo acceder a su vestuario sin mayores incidentes.
Estos dos sucesos ponen de manifiesto la necesidad de fomentar el respeto y la deportividad en el fútbol base, donde la formación de los jóvenes jugadores debería ser la prioridad.