Con motivo del Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia, hablamos con esta reconocida neurocientífica andaluza que vive y trabaja en Salamanca
En pleno siglo XXI, a pesar de los avances sociales, sigue siendo necesario reivindicar la igualdad de género, especialmente en ámbitos tan relevantes como la ciencia. Esta reflexión la comparte Conchi Lillo, investigadora de la Universidad de Salamanca, quien explica que, aunque las mujeres están cada vez más presentes en campos como la ciencia y la sanidad, aún persisten grandes desigualdades. "Tristemente, la representación de las mujeres en la ciencia no ha alcanzado una proporción equitativa. Aunque somos conscientes de que necesitamos tanto a hombres como a mujeres en todos los ámbitos, la realidad es que, aunque haya muchas mujeres trabajando en ciencia y otros sectores relacionados con la investigación y la docencia, la brecha sigue siendo evidente", comenta Lillo.
Uno de los aspectos más destacados por Conchi es la falta de mujeres en cargos de poder dentro de las instituciones científicas. A pesar de la presencia de profesoras titulares en las universidades, sigue siendo muy notoria la ausencia de mujeres en puestos de responsabilidad, como cátedras. "No se trata de una cuestión de falta de capacidad o valía, sino de los obstáculos que seguimos encontrando en nuestra sociedad. A menudo, las mujeres enfrentan una carga adicional: las responsabilidades del hogar y del cuidado de los hijos, padres u otros familiares. En un momento de gran productividad profesional, muchas mujeres se ven forzadas a priorizar esas tareas de cuidado, lo que impacta negativamente en sus carreras profesionales", explica.
Este aspecto sigue siendo fundamental en la realidad de muchas mujeres. Los roles de género tradicionales siguen limitando las oportunidades profesionales de las mujeres, sobre todo cuando estas llegan a un punto de sus vidas en el que deben tomar decisiones sobre cómo repartir su tiempo entre el trabajo y las responsabilidades familiares. "Todavía tenemos un camino por recorrer para eliminar estos roles de género y para conseguir que las tareas de cuidado se distribuyan de forma equitativa entre hombres y mujeres. Sólo así las mujeres podremos desarrollarnos profesionalmente de manera plena", subraya Lillo.
A pesar de estos desafíos, Conchi destaca los avances conseguidos en términos de visibilidad. "Cada vez hay más referentes femeninos en la ciencia, y las niñas tienen más modelos a seguir. Sin embargo, esta visibilidad sigue siendo limitada, especialmente en los materiales educativos. Si buscamos una científica mujer en un libro de texto de secundaria, es probable que nos cueste encontrarla. Esto sigue limitando la percepción de las niñas sobre las posibilidades que tienen de ser científicas. Aunque en el 11F, el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, se ha logrado un importante foco de atención sobre este tema, aún queda mucho por hacer", comenta Lillo.
A pesar de los avances en la visibilidad de las mujeres científicas, Conchi también hace una crítica sobre cómo se ha gestionado este tipo de reivindicación. "Lo que me preocupa es que, en muchas ocasiones, la visibilidad de la mujer científica se concentra solo durante eventos como el 11F, y luego se olvida el resto del año. Este día no debería ser la única fecha en la que nos centremos en las mujeres en la ciencia. El verdadero objetivo debería ser garantizar que las mujeres estén presentes en todas las actividades científicas a lo largo del año, en todos los campos y disciplinas. Si solo se visibiliza en días específicos, corremos el riesgo de caer en la trampa de pensar que ya hemos logrado la igualdad", señala Conchi. Ella subraya que es esencial que, más allá de las jornadas de visibilidad, las mujeres científicas sean reconocidas y valoradas a lo largo del año, por sus logros en cualquier área del conocimiento y no solo en la ciencia.
En cuanto a la investigación de Conchi Lillo, quien lidera un grupo de investigación sobre trastornos degenerativos de la vista, comparte los avances y desafíos a los que se enfrentan en su campo. "Actualmente, estamos trabajando en la degeneración macular asociada a la edad, una enfermedad visual que afecta principalmente a las personas mayores. Esta patología es particularmente grave porque causa la pérdida de visión central, lo que resulta en una gran incapacidad para las personas que la padecen", explica. Lillo y su equipo están trabajando con modelos celulares para poder estudiar y comprender mejor la patología antes de que se presenten los signos más evidentes. "Nos interesa identificar los factores celulares a nivel molecular que se producen en la retina antes de que la enfermedad se haga evidente. Este enfoque nos permite investigar nuevas formas de intervenir y frenar la progresión de la enfermedad antes de que cause un daño irreversible en la visión".
Aunque la investigación avanza, Conchi señala una preocupación significativa: la falta de financiación para los grupos pequeños de investigación. "A pesar de que existen diferentes bolsas de financiación, los grupos pequeños, como el nuestro, están enfrentando grandes dificultades para acceder a los recursos necesarios para llevar a cabo nuestras investigaciones. Esto es algo que afecta no solo a nuestro grupo en Salamanca, sino a muchos otros en toda España", comenta. Sin embargo, a pesar de estos retos financieros, el grupo de investigación continúa trabajando con el objetivo de mejorar el diagnóstico y tratamiento de enfermedades visuales degenerativas, que, en muchos casos, no tienen cura actualmente.
En resumen, Conchi Lillo resalta la importancia de continuar la lucha por la igualdad de género en la ciencia y en todos los ámbitos de la sociedad. Aunque se han logrado avances importantes, como el aumento de mujeres científicas visibles y referentes, aún queda un largo camino por recorrer, sobre todo en lo que respecta a la equidad en los roles de liderazgo y la distribución de las responsabilidades del hogar. La investigación científica también enfrenta obstáculos, como la escasez de financiación, pero la pasión por la ciencia y el compromiso con el progreso siguen siendo motores fundamentales en el trabajo de Lillo y su equipo.