La lenteja de La Armuña, el garbanzo de Fuentesaúco o Pedrosillo y la alubia blanca son productos de la cocina charra
Salamanca, tierra de excelencia gastronómica, es hogar de algunas de las legumbres más reconocidas y apreciadas del país. La lenteja de la Armuña, el garbanzo de Fuentesaúco y Pedrosillo, y la alubia blanca de la Vega del Tormes no solo son fundamentales en la dieta local, sino que destacan por su calidad, versatilidad y sabor, convirtiéndose en protagonistas de numerosos platos tradicionales.
La lenteja de la Armuña es una de las variedades más emblemáticas. Cultivada en la comarca que lleva su nombre, esta legumbre es famosa por su textura firme y su piel fina, lo que la hace ideal para guisos y sopas, especialmente en recetas clásicas como las "lentejas con chorizo". Lo que realmente distingue a la lenteja de la Armuña es su capacidad de mantener su forma y consistencia incluso tras horas de cocción. Su sabor suave pero intenso le otorga un lugar destacado en la cocina salmantina, siendo uno de los ingredientes más valorados por chefs y consumidores.
Amparada por una Denominación de Origen Protegida (DOP), la lenteja de la Armuña no solo es un símbolo gastronómico de la región, sino también una garantía de calidad y autenticidad. Su color verde claro y su forma redondeada son indicativos de su excelente proceso de cultivo, que se lleva a cabo en un entorno privilegiado de la provincia.
No menos relevante es el garbanzo de Pedrosillo, otro tesoro de la provincia salmantina, que también cuenta con su propia DOP. Este garbanzo de tamaño medio y forma redondeada se cultiva en la localidad de Pedrosillo, reconocida por la calidad de su producción. Su piel fina y su sabor suave, con un toque ligeramente dulce, lo convierten en un ingrediente ideal para una gran variedad de platos, desde sopas y guisos hasta ensaladas.
El garbanzo de Pedrosillo es especialmente apreciado en la elaboración de platos tradicionales como el cocido madrileño y el potaje, ya que mantiene su forma y textura durante la cocción, resaltando los sabores de los demás ingredientes. Su capacidad para resistir largas horas en el fuego y seguir ofreciendo una textura firme lo convierte en un favorito en la cocina casera y en los menús más sofisticados.
Por último, la alubia blanca de la Vega del Tormes, otro de los productos autóctonos más destacados de Salamanca. Esta legumbre es conocida por su delicado sabor y su suavidad, convirtiéndola en un acompañamiento perfecto para platos de cuchara y guisos tradicionales.
Estas legumbres no solo son deliciosas, sino que aportan grandes beneficios a la salud, siendo una fuente rica en proteínas, fibra y nutrientes esenciales. Además de su calidad, la versatilidad de estas legumbres permite que se utilicen en una amplia variedad de recetas, adaptándose a diferentes tipos de cocina y ofreciendo siempre un sabor único.
Con Denominaciones de Origen Protegida que avalan su autenticidad y calidad, la lenteja de la Armuña, el garbanzo de Pedrosillo y la alubia blanca de la Vega del Tormes son, sin duda, los grandes protagonistas de la gastronomía de Salamanca y un verdadero símbolo de la riqueza agrícola de la región.