, 30 de marzo de 2025
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El agua, vida y muerte
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TANTOS LIBROS POR LEER

El agua, vida y muerte

Actualizado 04/02/2025 08:03

El libro de esta semana es una novela de lectura arrebatadora y absorbente que les recomiendo con entusiasmo. El pacto del agua, escrita por Abraham Verghese, es su segunda obra publicada en España. La anterior, también formidable, es Hijos del ancho mundo y desde aquí les invito igualmente a sumergirse en sus páginas. Ambos libros se han convertido en best-sellers mundiales, con millones de ejemplares vendidos en más de veinte lenguas.

Verghese, nacido en Adís Abeba en 1955, de padres indios, estudió Medicina en la India y Estados Unidos, país este último en donde vive actualmente, ejerciendo como médico y como profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford. Esa condición de doctor -que se ha plasmado en obras centradas específicamente en ese dominio- es muy notoria en sus novelas, repletas de referencias, pasajes y hasta subtramas relacionadas con la medicina.

La historia que nos cuenta El pacto del agua no resulta de síntesis fácil (se trata de un libro de casi ochocientas páginas). Corre el año 1900. Estamos en Travancore, un pequeño pueblo en el suroeste de la India. Una niña de doce años, hija de un predicador católico, abandona su hogar, a su querida madre y al resto de su familia, en un trayecto de casi un día, circulando en barco por un laberinto de canales, remansos, riachuelos y lagunas (el agua como elemento principal del libro, ya desde su título) que fluyen entre vegetación exuberante, para viajar a la finca Parambil y allí casarse -en un matrimonio concertado- con un hombre mayor, de cuarenta años, analfabeto, viudo y con un pequeño de su anterior matrimonio. La pareja tendrá dos hijos, y durante casi ocho décadas -la historia llega a 1977- veremos cómo los hijos crecen y se casan y tienen, a su vez, hijos, y la joven novia acabará por convertirse en Gran Ammachi (Ammachi es “madre”; el nombre de la protagonista se nos oculta hasta el último tercio de la novela), la matriarca de Parambil, siendo el núcleo central, la columna vertebral de aquella tierra y su comunidad; en una construcción literaria espléndida, cuya fuerza, cuya vitalidad, cuyo ánimo, cuyo espíritu, cuya fortaleza, cuya generosidad y cuyo magnetismo irradian sobre todos los suyos y enamoran al lector.

En este primer eje -el principal- del libro, conocemos la vida, llena de cambios, vicisitudes, anécdotas y acontecimientos, incidentes y sucesos, alegrías y triunfos, pérdidas y dificultades, amores, nacimientos y muertes, desgracias, huidas y separaciones, logros y fracasos, de tres generaciones de la familia, marcada por una maldición atávica, la “Condición”, al parecer hereditaria: en cada nueva generación un miembro de la progenie perecerá ahogado, un hecho, indefectible, irremediable, que nadie puede evitar y cuyas causas resultan inexplicables, siendo el propósito de su desvelamiento por parte de Gran Ammachi uno de los múltiples hilos argumentales de la novela.

Entre los muchos aspectos de interés de El pacto del agua quiero destacar la singular comparecencia en el libro de la India, Madrás en particular, escenario muy relevante -aunque no el principal- tanto en éste como en su anterior obra. La ambientación es soberbia, abundante en detalles, minuciosa en la descripción de la vida cotidiana, en paisajes, costumbres, vestimentas, gastronomía, capaz de transportar al lector a aquellos parajes exóticos. También la estructura de saga familiar, con tramas que se extienden a lo largo de décadas siguiendo la genealogía de los protagonistas; e igualmente la constante confrontación entre las peripecias personales, íntimas, de cada uno de ellos y los principales acontecimientos sociales, colectivos, “objetivos”, de la Historia en distintas épocas.

La India aflora también de un modo muy apreciable en la atmósfera de “realismo mágico” que envuelve las peripecias de los personajes, con abundancia de referencias a las tradiciones ancestrales de los lugares en que se sitúa la acción, conjuros, misterios, supersticiones, encantamientos, divinidades exóticas, creencias irracionales, hechizos, leyendas, promesas, maldiciones, rituales seculares, sueños, visiones, en un “clima” cercano a lo místico, lo fantástico, lo irracional, lo simbólico.

Relevante es, también, el ya mencionado “peso” de la medicina, omnipresente en la aparición constante de doctores, enfermeros, hospitales, clínicas, cirujanos, quirófanos, instrumental médico, en la exposición pormenorizada de operaciones, intervenciones, tratamientos, terapias y medicaciones, y en la incorporación a la historia de largos pasajes en los que se exponen síntomas patológicos, diagnósticos médicos, técnicas quirúrgicas, causas y efectos de las enfermedades.

Igualmente singular, y notable, resulta el tono general de bondad y altruismo, de abnegación y compromiso, de intensa humanidad, que se hace presente en la caracterización de la mayor parte de los personajes, casi todos magnánimos, afables, cordiales, compasivos, y en la creación de subtramas referidas a tareas de beneficencia, de auxilio caritativo, de entregada dedicación al prójimo, de sacrificada preocupación por los desvalidos, los enfermos, los leprosos, los dejados de la mano de Dios; En el mismo sentido, debe subrayarse el planteamiento religioso -en esencia cristiano, en consonancia con este mensaje de desinteresada y generosa consagración a los pobres y desamparados- que subyace a ambas novelas.

Hay, igualmente, una obvia dimensión que podríamos llamar filosófica y que se plasma en el tratamiento de los grandes temas universales, lo que permite la lectura entusiasta y el disfrute apasionado por gentes del mundo entero: la identidad, las raíces, el amor, el sentido de la vida, la muerte, los recuerdos, la familia, la búsqueda de nuestro propio lugar en el mundo, el paso del tiempo, el conflicto entre tradición y modernidad; entre otros muchos aspectos menores.

Y, por encima de todo ello -más exactamente: dando coherencia a todo el conjunto-, seduce el poderoso talento narrativo de Verghese, capaz de urdir un arrebatador caudal de historias que abarcan tres generaciones, dos continentes y varias ciudades y pueblos, y que se entrecruzan con la saga familiar, en infinidad de ricos afluentes que se incorporan al incontenible río principal, contribuyendo a un torrente casi inagotable y a la postre desbordante de relatos brillantes, poderosos, apasionantes, adictivos y magnéticos, emocionantes y líricos, deliciosos, bellísimos.

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Abraham Verghese. El pacto del agua. Editorial Salamandra. Barcelona, 2023. Traducción de Eduardo Adrián Hojman Altieri. 784 páginas. 24 euros

Alberto San Segundo - YouTube

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