El pasado 27 de enero, hace unos días, se celebraba el octogésimo aniversario de la liberación del campo de exterminio nazi de Auschwitz en la Polonia ocupada. Asistían a tal acontecimiento, allí mismo, in situ, varios dirigentes mundiales, así como algunos de los pocos supervivientes que aún quedan de aquella barbarie, uno de los descensos más monstruosos, en nuestra contemporaneidad, del ser humano a los infiernos de la crueldad y del horror.
Hitler había desarrollado en el campo de exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau, así como en otros del estilo, una monstruosa maquinaria de muerte, con más de un millón de víctimas, judíos la mayoría, pero también minorías de varios tipos y condiciones.
El gran poeta judeo-rumano, que creara toda su obra en alemán, Paul Celan, publicaría en 1947 un poema, escrito entre 1944 y principios de 1945, titulado “Fuga de la muerte” (“Todesfuge”), uno de los textos más importantes que conmemoran a las víctimas del Holocausto, incluido en su libro Amapola y memoria (1952)
Este pasado y tan reciente 27 de enero, en la conmemoración que indicamos, los supervivientes de Auschwitz clamaban contra el antisemitismo y la ultraderecha. Volvió a resonar el mensaje de “nunca más”.
Leon Weintraub, casi centenario y uno de los supervivientes, dijo que: “La conmemoración del aniversario de la liberación de Auschwitz sirve como recordatorio sobre el trato inhumano a las personas y como advertencia contra los movimientos cada vez más ruidosos de la derecha radical y antidemocrática”.
Y habló, además, del dolor que produce ver desfilar “abiertamente uniformes y eslóganes de estilo nazi en marchas por toda Europa”; al tiempo que denunciaba cómo los “autoproclamados nacionalistas defienden la misma ideología de odio que los nazis alemanes”; una ideología que ensalza “el racismo, el antisemitismo y la homofobia como virtudes”.
Auschwitz, sí, debe ser hoy un recordatorio para que seamos consecuentes y evitemos la vuelta de una barbarie que ya sabemos, por la historia, dónde conduce; una barbarie alimentada y atizada por los discursos de odio; por unas políticas marcadas por el matonismo y la contravención de los principios que rigen las sociedades democráticas, que se saltan a la torera; por el crecimiento de partidos y prácticas antidemocráticas; por actitudes racistas, homófobas, de ataques contra todo tipo de minorías; de actitudes violentas y belicistas… Y así podríamos seguir con una enumeración que recogiera los males que nos asedian, y que encajarían en ese significativo título faulkneriano de “el ruido y la furia”.
Hemos de favorecer, de impulsar, de practicar, como ciudadanos, que es como podemos hacerlo, prácticas de entendimiento, de aceptación de los otros, de tolerancia, de diálogo, a través de actitudes pacíficas y serenas.
Es lo que podemos hacer contra los matonismos, los discursos de odio, las estrategias de polarización de nuestras sociedades, en definitiva, ese ruido y esa furia televisados, ay, de continuo, y que –las imágenes hablan por sí solas– suponen una nueva crucifixión del ser humano en esa cruz de la barbarie que algunos quieren que vuelva.
Seamos consecuentes. Auschwitz no se puede banalizar. Es un recordatorio en carne viva de los caminos a que condujo y puede conducir, si no ponemos líneas rojas, la barbarie.
La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.
Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.
La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.
En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.