"En Cáritas Salamanca entendemos el cuidado como forma de abrazo, y el respeto como valor innegociable"
Recuerdo mi infancia; fui muy feliz. Sin embargo, como todos los niños con una infancia sin problemas, pequé en ocasiones de no tener en cuenta a las demás personas que iban conmigo al colegio, unas veces riéndome si alguien se burlaba de ellos, o simplemente criticando algo de su aspecto o manera de ser. A pesar de ello, siempre me consideré una niña justa que, como también tenía mis inseguridades, que no eran pocas, sentía empatía por aquellos que sufrían burlas de otros compañeros. Es por ello que, desde muy pequeña, sentí que debía acercarme a los que estaban solos, a los que llegaban nuevos a una clase donde no conocían a nadie, y a los que se apartaban porque sus miedos no les permitían enfrentarse a los que decidían acosarles hasta hacerlos llorar.
Entendía que el colegio es un espacio de paz, donde ser tú mismo y aprender a desarrollarte como persona, y a mí me enseñaron acogiendo siempre a las personas con miedo, porque igual, detrás de un escudo que camufla los sentimientos, se escondía lo que hoy en día podía ser mi mejor amigo.
Un derecho que en ocasiones damos por sentado, es el que recae en la infancia. El acoso escolar es algo muy común, pero a lo que no se presta demasiada atención. En muchos centros educativos, los docentes no están preparados para hacer frente a situaciones en las que hay acoso a un menor, y esto pasa factura en muchas familias que, en ocasiones, ni se enteran de lo que su hijo sufre en el colegio. Y hay veces en las que un abrazo no es suficiente, pero se necesita.
Desde Cáritas Diocesana de Salamanca, queremos transformar el acoso en un buen trato en las relaciones, entendiendo el cuidado como forma de abrazo, y el respeto como valor innegociable. Nos comprometemos a que las familias nos sientan cerca en situaciones de este calibre, y queremos servir de ayuda cuando no tengan otro hombro en el que apoyarse.
Porque observando las cifras de que 1 de cada 4 menores sufre acoso infantil, nos hacemos conscientes de que nos necesitan. De este modo, no dejamos de trabajar con otras entidades para que los centros e instituciones educativas apacigüen cada situación de violencia hasta minimizarlas, y luchamos por una infancia feliz para para todos los niños; incluyendo los que han sufrido acoso infantil durante la misma etapa.
El próximo jueves 30 de enero tendrá lugar a las 20:00 en puerta Zamora nuestro círculo del silencio mensual, con el foco puesto en el acoso escolar; promoviendo que los menores cuenten con espacios seguros en los que expresarse libremente, sin miedos, y en los que sientan confianza.
Por una infancia justa y definida.
Clara Ravelo, estudiante de periodismo y voluntaria de Cáritas Salamanca
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