Se trata de uno de los pocos tumores en los que es posible hacer una detección precoz, unas pruebas que consisten en la realización de pruebas diagnósticas a personas, en principio sanas
La prevención es fundamental para cualquier tipo de cáncer. El de cuello de útero, el cuarto más frecuente entre mujeres en Salamanca no es una excepción por eso desde la AECC recuerdan la importancia del diagnóstico precoz.
La prevención primaria del cáncer de cuello de útero se basa sobre todo en la vacunación preventiva de la población sana frente al VPH, de cara a prevenir la infección y por tanto evitar el desarrollo de lesiones preneoplásicas y el cáncer de cérvix. Recogemos las recomendaciones que explica la Asociación Española Contra el Cáncer.
Existen en la actualidad tres vacunas en función de los subtipos de VPH. Las vacunas no contienen el virus completo ni material genético del virus, de forma que no pueden producir la enfermedad. La vacuna tiene la capacidad de estimular la producción de defensas (anticuerpos) frente.
Como el VPH es factor de riesgo de otro tipo de cánceres y no exclusivamente del cáncer de cérvix, se recomienda la vacunación tanto de niñas y niños a partir de los 12 años. Es ideal que las niñas y los niños reciban la vacuna antes de que tengan contacto sexual, ya que una vez que alguien se infecta con el virus del papiloma humano, la vacuna podría no ser tan efectiva o podría no funcionar en absoluto.
El calendario de vacunación indica las pautas que deben seguirse para realizar la vacunación:
Otra medida de prevención primaria de VPH es el uso del preservativo, si bien solo lo evita en el 60-70 % de los casos, porque la trasmisión puede ocurrir también en zonas que el preservativo no cubre o previamente a su colocación.
Se trata de uno de los pocos tumores en los que es posible hacer una detección precoz, unas pruebas que consisten en la realización de pruebas diagnósticas a personas, en principio sanas, pero que se encuentran en un grupo de riesgo.
El programa de cribado de cáncer de cérvix se ha venido realizando en España mediante citología (prueba de Papanicolau) y con carácter oportunista desde hace 50 años. Esta prueba es capaz de detectar el ADN o material genético del virus en una muestra extraída del cérvix, permitiendo conocer su subtipo y por tanto determinar si se trata de un VPH de alto riesgo (potencialmente oncogénico) o no.
El desarrollo de la prueba es muy similar al de la prueba de Papanicolau, usándose un hisopo o un cepillo para extraer la muestra del cuello uterino, que posteriormente será analizada en el laboratorio con la finalidad de detectar el virus.
El nuevo programa de cribado de cáncer de cérvix va dirigido a todas las mujeres de entre 25 y 65 años que sean o hayan sido sexualmente activas y que no hayan sido sometidas a histerectomía (intervención quirúrgica destinada a la extirpación del cérvix) o lo hayan sido por cáncer de cérvix o por lesiones premaligna. El protocolo varía ligeramente entre las distintas franjas de edad comprendidas en ese rango:
Hay que destacar que, aunque este programa de cribado va dirigido a toda la población femenina de entre 25 y 65 años, en aquellos casos en los que se establezcan factores de riesgo individuales o familiares según el criterio médico, serán necesario aplicar protocolos específicos, siempre siguiendo el criterio médico especialista.
Para evitar el mayor número posible de errores en la realización de las pruebas de cribado del cáncer de útero es importante que la mujer siga una serie de recomendaciones antes de acudir al ginecólogo para realizar esta prueba:
*INFORMACIÓN AECC*