El cáncer de cérvix y de útero es el cuarto más frecuente entre las mujeres salmantinas. Se diagnosticaron 72 nuevos casos el pasado año
El cáncer de cérvix y de útero ocupa un lugar destacado en los diagnósticos de cáncer en mujeres en Salamanca en el año 2024. Según los últimos datos proporcionados por el Observatorio del Cáncer, estos tipos de cáncer se posicionan como el cuarto en incidencia entre la población femenina salmantina. En este enlace, se explica como se puede hacer un diagnóstico precoz.
Durante el pasado año, se han registrado un total de 72 casos nuevos: 15 correspondientes a cáncer de cérvix y 57 a cáncer de útero. La distribución por edades muestra una notable prevalencia entre las mujeres mayores, con 21 casos en el grupo de mayores de 75 años, seguido por 10 casos en mujeres de entre 60 y 64 años
En cuanto a la prevalencia a tres años, el cáncer de útero se sitúa como el tercer tipo más común en la región. Pilar Carreto, psicóloga de la AECC en Salamanca, explica que “acompañamos a las personas en cualquier momento de su enfermedad, independientemente de la fase en la que se encuentren”, aunque el diagnóstico es un momento complicado. “En general, la noticia de un diagnóstico de cáncer es muy difícil de afrontar. Las personas que vienen a la terapia a menudo se encuentran en una situación de incredulidad y rechazo, ya que se trata de una realidad que nadie desea enfrentar”, señala.
Carreto explica que la forma en que cada paciente recibe y maneja la noticia depende en gran medida de factores como la edad y la situación familiar. “Las mujeres en la mediana edad, que tienen familia e hijos, enfrentan la difícil tarea de reorganizar sus vidas. Los tratamientos, que suelen ser largos, requieren un tiempo considerable y alteran aspectos de su vida cotidiana, como el cuidado de la familia o el manejo del hogar”, comenta.
El apoyo emocional es crucial para los pacientes y para sus familias. “Desde la AECC ofrecemos tanto terapia individual como terapia grupal. Esta última ha ganado popularidad, y cada vez tenemos más grupos de apoyo”, explica Carreto. “El trabajo con los familiares es tan importante como el trabajo con los pacientes. Un entorno familiar que comprende y apoya al paciente mejora su bienestar emocional, lo que, a su vez, favorece la recuperación”.
El voluntariado también juega un papel fundamental en el apoyo emocional. “Contamos con voluntarios que nos ayudan a que las situaciones sean más llevaderas. Cada paciente es único, por lo que tratamos de personalizar el acompañamiento lo más posible”, afirma Carreto.
“Muchas personas llegan al principio del tratamiento, pero no siempre. De hecho, es más común que los pacientes acudan a terapia un poco más tarde”, explica. El proceso no termina con el tratamiento. Muchas personas que han finalizado la quimioterapia o la radioterapia continúan con tratamientos hormonales durante un largo periodo de tiempo, lo que les puede generar incertidumbre. Carreto subraya que muchas veces las mujeres se enfocan tanto en cuidar de su familia y de su entorno durante el tratamiento que olvidan cuidar de ellas mismas. “Cuando finaliza el tratamiento, es común que las pacientes se den cuenta de que no han dedicado tiempo suficiente a su autocuidado. Ahí es cuando muchas buscan apoyo psicológico, ya que se sienten vacías emocionalmente. Aunque han superado la fase más crítica de la enfermedad, el impacto psicológico sigue presente”, señala.
El regreso a la normalidad tras superar un cáncer también representa un desafío. “La reincorporación al trabajo, por ejemplo, puede ser muy difícil. Los tratamientos suelen dejar secuelas, y la adaptación a la vida laboral después de una enfermedad tan prolongada es un proceso complicado. Por eso, ofrecemos apoyo a las personas que atraviesan esta fase de su recuperación”, explica Pilar Carreto.
“Nos gusta hablar de un proceso de acompañamiento psicológico, ya que las emociones de los pacientes cambian a lo largo de todo el proceso. Además, hay muchas visitas médicas, pruebas y esperas de resultados, lo que genera una carga emocional constante. Es fundamental que los pacientes sepan que siempre pueden contar con nosotros, en cualquier momento de su tratamiento o recuperación”, concluye.