Firulais...

En las no democracias actuales ya no dimite nadie, en las dictaduras antiguas si dimitían. Nadie relacionado con el gobierno o con los que lo componen no dimiten. Simplemente hacen lo que les sale del fajín. Hubo un tiempo en que la gente regaló su vida para darnos una gran patria, otros regalan la patria para darse la gran vida. Vivimos como ciudadanos un tiempo de total indefensión en todos los aspectos. Nuestros derechos están siendo atacados diariamente con total impunidad y parece que a nadie le importa. Nadie va a mover un dedo en parte porque estamos también inmersos y rodeados de un nivel de ignorancia atroz. No es que queramos ser libres u honestos es que nadie sabe ni lo que es.

España estaba el 4 país del mundo mejor para las mujeres, ahora estamos en el 27 detrás de los Emiratos Árabes. Para esto han servido los 500 millones de nuestros impuestos para el ministerio de igualdad. Así con todo. Facundo Cabra afirmaba que son comunistas hasta que se enriquecen, feministas hasta que se casan y ateos hasta que el avión empieza a caer. Escupen al cielo pensando que no les va a caer encima.

La inflación acumulada con el gobierno actual es del 20,7 por ciento, pero en lo que toca al ciudadano es mucho más, quizás más del doble en un año. La cesta de la compra está imposible, al igual que la energía de todo tipo, la telefonía un verdadero robo para las familias, ya sólo queda resistir. Trabajaremos lo mismo por menos dinero y nos jubilaremos más tarde. Mentira tras mentira como el cuento del burro del gitano, que cuando lo enseñaron a no comer se murió.

Biden quizá haya sido el peor presidente de los EEUU desde que los vivos tenemos memoria. Una gran estafa peor de lo que lo fue Obama. Algunas veces mejor habría sido que hubieran puesto un muñeco de silicona que lo habría hecho mejor. Toca rezar por Trump para que lo dejen hacer y no intente de nuevo asesinarlo pues sería lo peor que le podría pasar a este planeta tan devastado por la filosofía woke. No hay demagogia que aguante el peso de la realidad. Nos han vendido un presidente doctor en economía, una consorte catedrática y un hermano virtuoso de la música además de una banda de trileros y estafadores, jetas y sinvergüenzas. Es curioso que la palabra firulais proviene del inglés free of lice que significa libre de pulgas, por eso llaman así a los perros.

Nos administran un delegado de clase de instituto y su pandilla. Ese es el nivel que nos toca aguantar. Los que tenemos memoria conocimos la tecnocracia que daba de comer. Con un sueldo se alimentaba una familia de cuatro hijos y daba para ahorrar para un piso en la playa. Ahora sólo da para un gato regalado. Saber envejecer sólo, se convertirá en un arte. Cuando llegue el último suspiro de lo único que nos arrepentiremos en nuestra vida, probablemente sea de haber tenido miedo y de no haberlo intentado.

Por un módico precio alguien podría quemar los cayucos en el país de origen, por decirlo de alguna manera. Antes de que arriesguen sus vidas y su dinero los que quieren emigrar. Pero el negocio no es ese. Cada día hay más gente que al oírla hablar parecen acémilas de dos patas. Hay gente que se tilda de progresista o de no se sabe qué, que son lo más parecido a un muñeco de madera que ni siente ni padece. Siempre dispuesto a justificar a su amado líder sin pensar en las consecuencias, ni el futuro ni el presente o pasado importa. La eterna huida hacia adelante. Alguien lo arreglará o pagará, o cambiará de opinión.

En un Estado el gobierno debería funcionar sin bloqueos internos e incidir en la vida social con iniciativas, estímulos y prestaciones. Un Estado así, que sepa reducir los excesos de poder interior y exterior, afirmar la justicia social, y asegurar la continuidad cultural de la sociedad que lo sostiene, es el Estado que deberíamos reclamar para España. Un Estado que sepa portar con orgullo su bandera, además de defenderla.

La realidad a día de hoy para los ciudadanos es que toca salir a trabajar, encorvados y con los mocos colgando por la total falta de asistencia médica tanto en primaria como en los hospitales. Además de que nadie receta medicamentos que verdaderamente sirvan para algo. Trump nos ampare.