Tras realizar un curso de formación en Cáritas de Salamanca, ha comenzado a trabajar en el ámbito sociosanitario
Isabel es una salmantina a la que le cambió la vida a los 58 años. Estaba en búsqueda de empleo y desde el INEM le llamaron para un puesto de trabajo. "Me llamaron para trabajar en un centro para personas con discapacidad psíquica", explica a este medio de comunicación. Aunque su formación original era en magisterio, la oportunidad la sorprendió, ya que no tenía experiencia previa en el sector. A pesar de ello, decidió aceptarla. "Trabajé allí todo el verano y me encantó. Fue un trabajo totalmente nuevo para mí", relata.
Tras esta experiencia y con la idea de profundizar en el área sociosanitaria, Isabel decidió formarse en este campo. La edad y la falta de conocimientos previos en la materia la hacían dudar. "Pensé que, a mi edad, no sería fácil encontrar trabajo y más en este sector. Pero, al final, decidí intentarlo", recuerda. Buscó diversos cursos, muchos ya estaban en marcha y otros con plazas llenas. Eso ocurrió en Cáritas de Salamanca, ya no había plazas. "Sin embargo, me llamaron dos días después que una plaza quedó libre", y asíc omenzó su formación.
“Había hecho otros cursos online, pero no estaba acostumbrada a la intensidad de un curso presencial. Le dije a la profesora que no sabía si iba a poder con todo lo que pedían. El curso era muy intenso y llevaba tiempo sin estudiar de manera formal", confiesa.
El curso, que consistía en tres módulos —teoría, enfermería y más teoría— le llevaba entre cinco y seis horas de estudio diario. "Al principio fue difícil, pero poco a poco fui adaptándome", explica. El módulo de enfermería, aunque se quedó algo corto en su formación práctica, fue uno de los más exigentes. "Nos enseñaron mucho contenido, estaba muy completo. Aprobé y me sentí muy satisfecha", añade.
Una vez completada la formación, Isabel realizó las prácticas en el centro de Alzheimer. "Mi padre tuvo Alzheimer, así que decidí que era una buena oportunidad para conocer más sobre la enfermedad", relata. Durante sus 20 días de prácticas, Isabel demostró su dedicación y, al finalizar, recibió una oferta de trabajo. "Terminé las prácticas y me contrataron", dice con una sonrisa. “Y ahí sigo”, afirma.
Recuerda que era “la mami del grupo” porque había gente mucho más joven que yo, que acaba de salir del instituto o de la universidad. "Había compañeros más jóvenes que yo, algunos recién graduados, pero con el tiempo me fui integrando y perdiendo el miedo", asegura.
En su experiencia, la edad no debería ser una barrera para formarse y acceder a nuevas oportunidades laborales. "Hoy en día, un certificado de profesionalidad te abre muchas puertas. Las empresas están buscando gente cualificada, y si demuestras tus habilidades, te contratán", explica.
Por ello, anima a todas las personas, especialmente a quienes piensan que la edad es un obstáculo, a seguir formándose. "Los cursos de formación no solo te dan los conocimientos necesarios, sino que también te permiten acceder a un mercado laboral que cada vez valora más la cualificación profesional", concluye.
