Falta veracidad en la basura

Recientemente nos ha enviado a casa nuestro Popular alcalde una epístola explicando la soberbia subida de la cuota de basura a casi toda la ciudadanía por igual. En esencia decir una vez más que Pedro Sánchez es muy malo y nos roba hasta la cartera. Aunque ese dinero acabe en la caja municipal. Según expresa la culpa es de una ley promovida por el Gobierno, la 7/2022 de residuos y suelos contaminados para una economía circular, luego aprobada en el Parlamento español con la abstención del PP por cierto. Quizás por falta de espacio, a pesar de tener en blanco una de sus caras, o algún ignoto impedimento técnico olvidó contar de donde sale esa ley.

En la web de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), de la que forma parte nuestro Ayuntamiento, existe un documento aclaratorio resultado de un Grupo de Trabajo entre el Ministerio de Hacienda, el de Transición Ecológica y la propia FEMP. Dice “El punto de partida fue la Directiva 2008/98/CE que estableció unos objetivos ambiciosos para la reducción, reutilización y reciclaje de residuos municipales y obligó a los Estados miembros a tomar diferentes medidas, enumerando distintos instrumentos económicos, entre los que se encuentran las tasas y los sistemas de pago por generación de residuos”.

Desde hace 20 años el Partido Popular Europeo dirige la Comisión Europea y tiene el grupo mayoritario en el Europarlamento, cuando se elaboró la Directiva y al modificarse en 2018. Norma de obligado traslado a la legislación española, asumido al ingresar en 1986, tardando solo 14 años con un largo gobierno Popular entre medias. En 2020 nos llamaron la atención con varias recomendaciones como “establecimiento de tasas obligatorias sobre los residuos municipales para los hogares”, “y un sistema fiscal armonizado para la eliminación de los residuos (…) que sea operativo en todas las Comunidades”.

El documento indica más adelante “El literal del artículo 11.3 de la Ley 7/2022 establece que la Tasa/PPPNT “permita implantar sistemas de pago por generación”. Añade, “paulatinamente se incorporen estos sistemas, en consonancia con el principio de jerarquía de residuos y de quien contamina paga que preside dicha regulación”. Sigue “las entidades locales sí deberán incorporar gradualmente elementos que tengan en cuenta el comportamiento de los ciudadanos en la generación de residuos” con reducciones o incentivos, y tender con el tiempo a un sistema “Avanzado: Cuota básica y cuota variable individualizada en función del comportamiento del sujeto”.

En la página 99 del programa marco del Partido Popular de las últimas Elecciones Municipales pone “Los países más comprometidos con el crecimiento sostenible son los que están apostando por una gestión de los residuos basada en la neutralidad climática y la economía circular, reduciendo en origen, reciclando y valorizando los mismos. Seguiremos su ejemplo”. Se comprometen “a impulsar la prevención de residuos y la reducción del desperdicio alimentario de manera coordinada” con la ley y las entidades locales, e “Incorporaremos procesos de recogida selectiva moderna, inteligente, eficiente y de calidad, capaz de monitorizar los logros”.

La Brujas del 2002, co-capital europea de la cultura con Salamanca, incentivaba la reducción en la generación de residuos. Es perfectamente posible implementar medidas alentando eso y sancionando lo contrario. Como todos los servicios públicos, la recogida de residuos siempre tendrá un coste. La progresividad impositiva redistribuye la riqueza protegiendo a los más débiles, congelar impuestos eternamente será muy populista, pero poco solidario y alejado del espíritu Constitucional. Es preciso hacer los deberes, la indolencia acaba saliendo muy cara mientras nos desborda la basura no generada por todos por igual. El planeta tiene un límite, ¿de verdad queremos sobrepasarlo?.