Miércoles, 15 de enero de 2025
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Cómo los amortiguadores mejoran la conducción en todos los entornos
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Seguridad en la conducción

Cómo los amortiguadores mejoran la conducción en todos los entornos

Actualizado 15/01/2025 10:34

La importancia de los amortiguadores de un coche se entiende mejor debido a las capacidades que alcanzan en función de las condiciones de la conducción.

Los amortiguadores son componentes esenciales en el sistema de suspensión de un vehículo, y desempeñan un papel clave en la seguridad activa del automóvil. Su función principal es reducir los movimientos bruscos, las vibraciones intensas y mitigar su impacto tanto en los ocupantes como en los objetos transportados. Los ejemplos de coches más antiguos, como los amortiguadores Seat Leon Mk1, ayudan a mostrar cómo la evolución de estas piezas han mejorado la seguridad y la estabilidad.

Estos dispositivos ayudan a controlar el desplazamiento excesivo de la carrocería y las ruedas, de manera que minimizan el rebote, la inclinación y el balanceo del vehículo. También reducen el impacto de la caída al frenar y del descenso al acelerar. Los amortiguadores influyen directamente en la estabilidad y el comportamiento del coche en situaciones críticas, y estas se pueden producir en cualquier circunstancia.

Investigaciones han demostrado que un vehículo con amortiguadores desgastados al 50% puede necesitar hasta 5,8 metros adicionales para detenerse completamente a 50 km/h, lo que aumenta el riesgo de accidentes y posibles vuelcos. Por este motivo, es imprescindible mantener los amortiguadores en un estado óptimo, lo que requiere de realizar las revisiones periódicas correspondientes. Es recomendable realizar una sustitución de la pieza entre los 65.000 y 90.000 kilómetros, según el modelo y el nivel de desgaste. Además, la vida útil de un amortiguador no suele superar los cinco años, por lo que éste debe ser reemplazado si se alcanza dicho periodo, aunque el kilometraje sea bajo.

Ciudad, rural y montaña

La importancia de los amortiguadores de un coche se entiende mejor debido a las capacidades que alcanzan en función de las condiciones de la conducción. En la ciudad, por ejemplo, es común que los peatones crucen un paso de cebra aunque el semáforo esté en rojo o que un vehículo realice un cambio de carril inesperado. Esta situaciones son tan imprevistas como críticas; y es fundamental que el vehículo responda adecuadamente. Aquí entran en juego los amortiguadores, tanto traseros como delanteros, para garantizar un adecuado control del coche tras ofrecer una respuesta inmediata del sistema de suspensión.

Durante la conducción en ciudad se producen otras situaciones que no llegan por sorpresa, sino que forman parte de lo cotidiano, y que exigen de un buen estado de los amortiguadores. Las acciones de frenado son numerosas cuando se conduce en zona urbana, incluso en ocasiones se producen de forma brusca; así que el papel de estas piezas es muy importante para garantizar la estabilidad.

En carreteras rurales también hay situaciones que requieren de una óptima respuesta por parte del coche. Cuando un animal cruza la carretera o se produce un adelantamiento fallido, el conductor debe frenar inmediatamente. En este momento, el amortiguador trasero es clave para conseguir estabilidad en la frenada. Impide así que el conductor pierda el control de su vehículo. En las zonas de montaña, las carreteras suelen presentar muchas curvas y la conducción puede convertirse en monótona y compleja. En cada giro, el amortiguador delantero estabiliza la dirección, y evita así que el coche pueda desviarse y sufrir un accidente.