Entre los escritores fallecidos en 2024, uno de mis favoritos era Paul Auster, al que yo llevo leyendo con devoción desde su primera aparición en nuestro mercado editorial hace casi cuatro décadas y que nos dejó el pasado abril. Como homenaje al prolífico escritor, autor de novelas, relatos, ensayos, poesía, obras de no ficción y responsable, igualmente, de algunas notables incursiones en el universo cinematográfico como actor, guionista o incluso director, hoy quiero recomendarles Baumgartner, su espléndida última novela, publicada en nuestro país apenas un mes antes de su fallecimiento.
Baumgartner constituye un ejemplo paradigmático del formidable talento de Auster como narrador, de su capacidad de generar en cada libro un torrente de historias que se van enlazando de manera sutil, que se enredan y entretejen, que brotan con naturalidad y se engarzan con fluidez una tras otra, con una ilación tenue, casi imperceptible.
El libro narra una de estas historias, la de ST Baumgartner, un profesor septuagenario, a punto de jubilarse de Princeton, que aún mantiene muy vivos los recuerdos de su mujer, Anna, fallecida hace casi una década y cuya “presencia” impregna todavía su vida. La novela se abre partiendo de una serie de incidentes atropellados, más o menos azarosos e imprevistos, que encadenan llamadas telefónicas, timbrazos en la puerta, la llegada de una repartidora postal, la visita de un inspector de la luz, un cacillo que se quema en la cocina y una caída por las escaleras del sótano. Baumgartner, atormentado por el punzante dolor en los codos y la desmedida hinchazón de una de sus rodillas, fruto del golpe, y el ardor de su mano, quemada al retirar el cazo del fuego, se entrega, agotado, a unos minutos de descanso y somnolencia.
Y es entonces, a partir de este comienzo arrebatador, cuando el protagonista, acomodado en el jardín de su casa, aislado en una cierta bruma mental, progresivamente desgajado de su entorno, solo levemente consciente de su realidad -la tarde declinante, las nubes que ensombrecen el sol que se apaga, la silla incómoda que daña su espalda, la postura que entumece su piernas-, dejará que su pensamiento se disperse, vague, errabundo, por las profundidades de sus recuerdos, mientras se pregunta, algo perplejo, adónde lo llevará ahora la memoria.
La novela que leemos seguirá esa corriente de pensamiento del profesor, marcado por la muerte de Anna, que ha dejado un vacío insondable en su vida. La trama avanza a través de las evocaciones que Baumgartner hace de la vida pasada con su mujer desaparecida (sus primeros encuentros juveniles, su fascinación mutua, su matrimonio feliz, los momentos de alegría y las inevitables dificultades que acompañan a cualquier relación de larga duración, la carrera profesional de ella como traductora y también escritora). Estos recuerdos (también los de la universidad y de su trayectoria como profesor de filosofía de Princeton, los de las infancias y los antecedentes familiares de ambos, entre otros) van y vienen imbricándose en el presente, en el relato de la cotidianidad de la vida del profesor, sus rutinas simultáneamente conmovedoras y patéticas, en una existencia marcada por la ausencia, el aislamiento y una creciente desconexión de la realidad.
La novela nos muestra el miedo de un personaje emocionalmente enfermo, enfrentado a la irresistible soledad, al deterioro, la vejez y la muerte (en un trasunto obvio de la situación terminal del propio Auster en los meses de su escritura). Pero la narración se abre a infinidad de excursos e incisos que se precipitan en cascada, que se entrecruzan y desvían del hilo principal, que se despliegan en infinidad de relatos, en una avalancha digresiva de historias que brotan siguiendo ese flujo divagatorio, perpetuamente interrumpido, del protagonista: el intento de recuperación de su relación con Judith, una vieja amiga de la que cree estar enamorado; la súbita irrupción de una joven estudiante que se pone en contacto con él para trasladarle su interés en hacer su tesis sobre la obra de Anna; las peripecias de su contacto con Molly, la repartidora de UPS; las circunstancias familiares de la señora Flores, la mujer que le asiste en su casa; la aparición del solícito inspector de la luz, el señor Papadopoulos; entre otros.
Llevado de sutiles conexiones que van aflorando a la vez que la memoria de Baumgartner se sumerge en su incesante oleada de remembranzas y reflexiones, surgen historias entreveradas. Se trasladan así al lector algunos escritos de Anna; las propias disquisiciones filosóficas del profesor en un texto en el que ha estado enfrascado los últimos años; las trayectorias de las familias de él y de Anna, en una narración que se retrotrae a los inicios del siglo XX; el recuerdo de un viaje a Ucrania visitando la ciudad donde había nacido su abuelo paterno; una suerte de fábula ambientada en la Segunda Guerra Mundial; una escena protagonizada por una madre y una niña con las que coincide en un tren…
Lo metatextual, las derivaciones constantes, las estructuras narrativas fragmentadas y circulares, en tramas organizadas al modo de las muñecas matrioshka, en un perpetuo juego de relatos dentro de otros relatos, la ficción autorreferencial, los sutiles artificios lingüísticos, las citas literarias, las narraciones laberínticas en las que se enredan y desentrañan misterios, se presentan y desdibujan identidades y el azar y el destino se cruzan, un cierto tono melancólico, el sutil sentido del humor, son algunos de los elementos estilísticos habituales en la literatura de Auster, que aquí comparecen junto a bastantes de sus temas favoritos: la muerte y el duelo, la identidad, la pérdida, los encuentros fortuitos, el enfoque filosófico o metafísico, el paso del tiempo, el reflejo de la realidad norteamericana de su tiempo, la mención, siquiera circunstancial, a la cultura judía.
En fin, una espléndida novela crepuscular, aunque muy llena de vida, que opera como una suerte de testamento confesional de Paul Auster, cuya obra entera les recomiendo.
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Paul Auster. Baumgartner. Traducción Benito Gómez Ibáñez. Editorial Seix Barral. Barcelona, 2024. 264 páginas. 20.90 euros
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