En Salamanca es reconocido el conjuntos urbano, así como el yacimiento de arte rupestre paleolítico de Siega Verde
Es de sobra conocido el extenso legado patrimonial de Castilla y León. Monumentos, iglesias, yacimientos o conjuntos urbanos que, además de dejar patente nuestra historia, han sido en buena parte reconocidos como Bienes Declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO. Porque son huellas de un pasado florido. Un legado natural y cultural que pertenece a toda la humanidad y que es símbolo, también, de la toma de conciencia de los propios pueblos acerca del valor de esos bienes y de la importancia de la transmisión de ese acervo a las generaciones futuras. Pasado, presente y futuro.
Actualmente nuestra extensa comunidad cuenta con hasta 12 Bienes Declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO, 12 joyas repartidas entre nuestras provincias y que refrendan el majestuoso legado de tantos siglos de historia. Son, concretamente, los conjuntos urbanos de las ciudades de Ávila, Salamanca y Segovia, el yacimiento arqueológico de la sierra de Atapuerca, el entorno paisajístico de Las Médulas, en el Bierzo leonés, el yacimiento de arte rupestre paleolítico de Siega Verde, en la provincia de Salamanca, el Camino de Santiago Francés, la catedral de Burgos y la producción de vidrio artesanal en la Real Fábrica de Cristales de la Granja. A esta lista de 9 citas imprescindibles para cualquier persona que visite nuestra tierra se añaden bienes igualmente reconocidos por la UNESCO pero compartidos con otras comunidades, como son los hayedos de Cuesta Fría, los de Canal de Asotín en León y el hayedo de Riofrío en Segovia, además de la cetrería y la dieta mediterránea.
Aunque no haría falta tener que mostrar las cartas de presentación de tres ciudades como son Ávila, Salamanca y Segovia, no está de más recordar, en el caso de Ávila, que dentro su recinto amurallado (de 2,5 kilómetros de extensión) se encuentra la catedral más antigua del gótico español, datos que engrandecen la historia de una ciudad en la que llegaron a producirse en torno a dos mil batallas. En el caso de Salamanca, su nombre va estrechamente vinculado al Siglo de Oro de las letras españolas, incluidos Fray Luis de León, Cervantes, Unamuno o ‘La celestina’ de Fernando de Rojas. Se trata de una joya de la arquitectura que no olvidan los miles de universitarios que cumplen el sueño de estudiar entre sus calles y plazas majestuosas.
Y respecto a Segovia, los 15 kilómetros de su milenario acueducto tampoco han pasado desapercibidos para los miembros de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Sin duda una de las más extraordinarias obras de ingeniería civil romana en España, realizada para conducir hasta la ciudad el agua de la sierra de Guadarrama.
El entorno paisajístico de Las Médulas, en el Bierzo leonés, además de los hayedos de Cuesta Fría, los de Canal de Asotín en León y el de Riofrío en Segovia, son esos paisajes en los que cualquier persona puede disfrutar de la naturaleza en su mayor extensión. Tres joyas que demuestran que nuestra comunidad se labró piedra a piedra pero sobre un fondo verde.
Casi 550 años se tardaron en construir la catedral de Burgos, un arduo trabajo que fue recompensado en 1984 por la UNESCO (única seo de España con semejante distinción). Y es que sigue tratándose de un monumento único, reflejo del momento artístico, religioso, social y económico de cada época en la que fue construida. Respecto al Camino de Santiago Francés, la entidad mundial seguramente se quedó prendada de una ruta que atraviesa horizontalmente Castilla y León e inundada de monumentos e historia, con excelentes ejemplos artísticos de diferentes épocas y en multitud de puntos como Redecilla, Castrojeriz, Frómista, Sahagún, el Hospital del Rey, el monasterio de San Zoilo de Carrión de los Condes, la Catedral de Astorga, el Hospital de San Marcos, la basílica de Nuestra Señora de la Encina o la colegiata de Santa María de Villafranca del Bierzo.
Por último, también es obligatorio reseñar los reconocimientos obtenidos por el yacimiento arqueológico de la sierra de Atapuerca y el del arte rupestre paleolítico de Siega Verde, que también han cosechado el mismo reconocimiento por parte de las Naciones Unidas junto a la producción de vidrio artesanal en la Real Fábrica de Cristales de la Granja, la cetrería y la dieta mediterránea.
En definitiva, 12 ejemplos (que podrían y deberían ser muchos más) del inabarcable patrimonio de una tierra que organizaciones de gran reputación como es la UNESCO no dejan de valorar y reconocer como se merece.