En primer lugar, les quiero desear a todos un feliz año y he pensado que para darle un agradable comienzo sería oportuno recordar una buena noticia que, sin lugar a duda, supuso un importante avance social.
El 28 de diciembre de 2004 se aprobó por unanimidad la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. Hace apenas una semana se cumplieron 20 años de su entrada en vigor y, aún queda mucho por hacer, marca un antes y un después en la lucha contra una injusticia social que ha perdurado demasiados siglos.
El primer punto de su Exposición de Motivos dice textualmente: La violencia de género no es un problema que afecte al ámbito privado. Al contrario, se manifiesta como el símbolo más brutal de la desigualdad existente en nuestra sociedad. Se trata de una violencia que se dirige sobre las mujeres por el hecho mismo de serlo, por ser consideradas, por sus agresores, carentes de los derechos mínimos de libertad, respeto y capacidad de decisión.
Los maltratos físicos y psicológicos que sufren las mujeres son producto de su obligada dependencia ancestral de los hombres tanto a nivel político, como social económico y cultural. Con esta importante Ley Orgánica toda esta situación injusta sale del ámbito privado de la familia en que estaba recluido, para asentarse delito en la esfera de lo público asumiéndose como un problema de todos y proporcionar un marco jurídico al que recurrir para castigar a los culpables.
Durante años se consideró que este tipo de actuaciones las llevaban a cabo un perfil determinado de hombres que ocasionalmente padecían ciertas psicopatías y se suponía que las sufrían cierto tipo de mujeres que vivían en contextos familiar y sociocultural concretos. Hoy sabemos que ni lo uno ni lo otro es cierto. La filosofa, socióloga y activista estadounidense Charlotte Perkins (1860-1935) que fue líder del movimiento sufragista en los Estados Unidos, ya defendía que No hay un pensamiento femenino. El cerebro no es un órgano sexual.
Por tanto, no es necesario que la mujer que sufre estes tipos de maltrato se encuentre en una situación económica de dependencia ni que tengan un bajo nivel educativo. Tampoco que se trate de mujeres pasiva o con baja autoestima esto, en todo caso, podría explicar en parte el que la víctima permanezca al lado de su agresor, el principal factor de las agresiones es el hecho de ser mujer.
Por esa razón la Ley Orgánica no trata de violencia machista, ya que esta se entiende como cualquier tipo de agresión realizada por un hombre o grupo de hombre contra una mujer y está incluida en el Código Penal como delitos tipificados y castigados. La Ley se refiere de forma expresa a la violencia de género, es decir a la violencia ejercida por un hombre sobre su esposa, exesposa, pareja o mujer con la tenga una relación análoga. Es decir, su objetivo es dinamitar el ámbito privado sacando a la luz pública este claro síntoma de desigualdad y poder tratar a los autores de maltrato por razón de género como delincuentes a todos los efectos.
Este y no otro es el motivo por el que la Secretaría de Estado de Servicios Sociales e Igualdad afirma que: La violencia de género ha sido y sigue siendo una de las manifestaciones más claras de la desigualdad, subordinación y de las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres. Este tipo de violencia se basa y se ejerce por la diferencia subjetiva entre los sexos. En pocas palabras, las mujeres sufren violencia por el mero hecho de ser mujeres, y las víctimas son mujeres de cualquier estrato social, nivel educativo, cultural o económico[1].
El machismo está sustentado en una larga y perniciosa tradición patriarcal y aún está presente en nuestra sociedad. Sólo a través de la educación de todos: hombre, mujeres, medios de comunican, instituciones de enseñanza a todos los nivel y organismos públicos; y también por supuesto a través de la denuncia de las propias víctimas, de sus familias y su entorno social o laboral, se podrá castigar a los maltratadores y llegar a erradicar esta lacra.
Es necesario hacer para que nadie pueda decir o cantar ese tango o copla andaluza (su origen no está nada claro) y para que el grupo Platero y tú que en ella se inspiró, retiré para siempre de su repertorio la canción que termina diciendo eso tan humillante de la maté porque la amaba, la mate porque era mía. Porque SI DUELE NO ES AMOR.
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