La víctima ha vuelto a reafirmar que le "introdujo un dedo en la vagina" al terminar la segunda sesión del tratamiento
La Audiencia Provincial de Salamanca ha acogido la vista oral contra un hombre acusado de abusar sexualmente de una mujer en su puesto de trabajo. Los hechos se remontan a abril de 2022, cuando J.M.R. supuestamente abusó de una cliente durante la segunda sesión de un tratamiento, cuando se le acusa de retirar la braguita e introducirle un dedo en la zona íntima de la clienta por sorpresa durante un tratamiento.
"Es totalmente falso, es mentira", se ha defendido el acusado con rotundidad ante el tribunal tras preguntarle por los hechos. "Al terminar la sesión salí de la sala y al volver me dijo que había sido poco profesional. Entonces llamo a mi mujer (dueña de la clínica) y le digo que suba, que tenemos un problema". Asegura que en todo momento notó a la paciente "tranquila y fría" y asegura que todo esto cree que viene "por un interés económico".
Su mujer, propietaria de la clínica ha asegurado ante el tribunal que subió varias veces a revisar el tratameinto "y estaba todo bien". Dice que, más tarde, su marido la llamó y le dijo que había un problema. "Subí y él estaba desencajado", asegura y que se acercó hasta la paciente y otra compañera. "Le dije que me jugaba las manos a que eso no había podido ocurrir".
Los hechos los ha vuelto a afirmar la víctima en su declaración, quien también es esteticien. Asegurando que la primera sesión fue bien y la segunda también, hasta el momento final. "Cuando estaba terminando el tratamiento notaba que se acercaba a la zona más intíma. Entró la chica de recepción para avisar que ya estaba esperando el próximo paciente y cuando salió, introdujo el dedo en la vagina".
Asegura que le preguntó por lo que había hecho y que él solo contestaba que "se me habrá resbalado. Se puso super nervioso y salió de la sala". Tras esto, cuando llegaron la chica de recepción, el acusado y la dueña de clínica, asegura que esta "me increpó diciéndome que todo era mentira, que era efecto de mi imaginación. Me sentí intimidada", ha asegurado.
Tras los hechos, "emocionalmente estuve mucho tiempo en shock, me metía en la cama y se me venían las imágenes a la cabeza" y en la intimidad con su marido estaba "reacia".
Por último, ha asegurado que "no tengo porque inventarme nada de esto, yo no quiero fastidiar la vida a nadie".
Por estos hechos, la Fiscalía le acusa de un delito de abuso sexual con introducción de miembro corporal, y piden seis años de prisión e inhabilitación, además de libertad vigilada y 10.000 euros de indemnización.