Alba de Tormes cuenta con su propia Asociación de Amigos de la Capa, a través de la cual buscan dar a conocer y mantener viva esta tradición, que sigue despertando curiosidad y admiración a partes iguales
Ester Díaz es la actual presidenta de la Asociación de Amigos de la Capa en Alba de Tormes. Siempre ha sentido atracción por la elegancia de esta prenda de origen salmantino, cuyo origen y características conocemos en este reportaje. Hasta el año pasado no fue cuando nuestra protagonista se decidió a formar parte de la asociación: “Siempre me ha gustado mucho la capa, vi que había un grupo de gente formado y tras pensármelo un tiempo, me hice miembro de la Asociación de Amigos de la Capa en Alba de Tormes”.
El objetivo principal de este grupo de amantes de la capa charra es el de “dar a conocer la prenda a través de las reuniones que hacemos en diferentes lugares de la geografía española”, según explica Ester Díaz. “Este año nos hemos juntado entre 300 y 400 capistas en Plasencia para compartir costumbres, experiencias y disfrutar de la gastronomía”. La reunión, que hace diez años se realizó en Alba de Tormes, en 2025 tendrá lugar en Segovia.
“La gente que no conoce la capa nos mira raro y con extrañeza, aunque también gusta la singularidad de la misma”, manifiesta, “el otro día se acercó una persona que nos dijo que dónde podía conseguir la capa, o sea que también despierta expectación”. Ester incide en que en Salamanca todavía hay mucha gente que la utiliza, aunque a los jóvenes les cuesta: “Lo ven como algo antiguo, quizás, pero hay que intentar inculcarle la tradición. Yo tengo tres hijas y a ninguna de las tres le gusta”.
Esta salmantina reconoce que la capa “pesa pero abriga mucho”, y añade: “Es una prenda muy elegante porque estiliza. Cuando vamos con la capa puesta la gente se sorprende y dice que dónde vamos tan guapos y tan elegantes”.
Respecto a los usos que le dan a la capa, Ester explica: “No es una prenda para todos los días. La utilizamos en las principales celebraciones como el Viernes Santo, el día de Santa Teresa, en Navidad, el día de San Martín de Tours o cuando acudimos a las invitaciones que nos hacen de otros pueblos. También vamos a residencias a visitar a los ancianos y vamos vestidos con la capa. Les hace mucha ilusión porque alguno de ellos las vestían antiguamente. Además, en los funerales de miembros de las asociaciones, se suele acudir con la capa puesta en señal de respeto al fallecido”.