La plaga afecta principalmente a las comarcas de Peñaranda, Salamanca y Alba de Tormes,
Asaja ha mostrado este martes su "profunda preocupación" por la "persistente y creciente" presencia del topillo campesino en diversas localidades de la provincia de Salamanca y ha explicado que, a pesar de estar en otoño, las poblaciones de este roedor "no solo no han disminuido, sino que en algunas zonas han aumentado, generando inquietud respecto a la próxima campaña agrícola".
La organización agraria ha informado de que agricultores de municipios como Villoria, Cantalapiedra, Poveda y Fresno han reportado "daños significativos" en diversos cultivos, entre ellos colza y remolacha, una situación que se mantiene desde el verano.
Los productores han asegurado que los daños que producen los topillos en los cultivos son cada vez más evidentes "y, en muchos casos, irreparables" por lo que Asaja ha exigido a las administraciones competentes una "respuesta inmediata y efectiva" para evitar que la situación se agrave en 2025.
La OPA ve esencial intervenir en las vías de dispersión del topillo como cunetas, regatos, desagües y linderos herbáceos durante los meses actuales, una labor que recae en los gestores de superficies no cultivables en territorio agrícola, como ayuntamientos, Diputación provincial, Confederación Hidrográfica y otras entidades o administraciones propietarias o gestoras de terrenos.
Asaja ha precisado que la plaga afecta principalmente a las comarcas de Peñaranda, Salamanca y Alba de Tormes, aunque también se ha extendido a otras zonas por las lluvias y las temperaturas suaves del otoño y por "las normas de condicionalidad que impone la normativa PAC, así como los ecorregímenes y otros requisitos que imponen, principalmente la prohibición de quemar rastrojos".
Asaja asegura que la Administración es consciente de que muchos de estos requisitos han influido en la proliferación de este tipo de plaga, por lo que ha flexibilizado estos requisitos en cuanto a permitir ciertas labores en determinadas comarcas, aunque la OPA ha pedido ir "más allá" en las flexibilizaciones y permitir realizar quemas controladas para evitar los excesos de maleza en las parcelas y en los límites de estas, así como en los ríos, arroyos y caminos, que son las zonas donde el topillo se resguarda en otoño.
Y de no adoptarse "medidas contundentes", la Asociación ha apuntado que los efectos negativos sobre la producción agrícola de la provincia en los próximos años podrían ser considerables.
Finalmente, Asaja ha instado a las autoridades a actuar con diligencia y eficacia "para impedir que el topillo campesino continúe causando estragos entre los agricultores de la provincia, quienes ya enfrentan desafíos significativos debido a condiciones climáticas adversas y problemas estructurales del sector".