Oliver, joven salmantino con VIH: “No somos una amenaza para nadie, solo queremos hablar de ello sin tener que sentir vergüenza”

Oliver Marcos en un salmantino de 31 años y fue diagnosticado con VIH hace seis años, cuando tenía 25. “El diagnóstico fue un gran shock para mí, ya que se presentó junto con una serie de problemas de salud relacionados con mi condición. Fue una situación difícil, porque además de la enfermedad en sí, mi sistema inmune estaba debilitado, lo que afectaba mi salud en general”, explica en esta entrevista a SALAMANCArtv AL DÍA.

A raíz de este diagnóstico, comenzó a enfrentar procesos de ansiedad y estrés, algo que se relaciona con las dificultades que surgen cuando se recibe un diagnóstico como este. “Durante ese tiempo, pasé por momentos complicados, pero también conté con el apoyo de muchas personas cercanas”, algo fundamental.

Oliver buscó ayuda e información en el Comité de Salamanca, del que conocemos su labor en este reportaje. Acudió a ellos porque en ese momento necesitaba apoyo psicológico, pero no podía costearlo de manera privada. “Me brindaron una gran ayuda al permitirme acceder a sesiones con una psicóloga. Con el tiempo, las cosas empezaron a mejorar”.

A partir de ahí, Oliver decidió involucrarse en actividades de voluntariado con la asociación, y justo un año después de su diagnóstico, se le presentó la oportunidad de dar una charla. “Propuse hablar en primera persona, compartiendo mi experiencia de forma directa, algo que podría ser diferente a las charlas convencionales que se dan sobre el VIH. Cuando lo comenté con la organización, me apoyaron en todo momento, siempre que me sintiera cómodo con la idea”.

Justo antes se visibilizó en redes sociales, contando su historia y proceso. “La charla fue un éxito, y me sentí muy bien al poder compartir mi experiencia”.

Tiene claro que “gracias al apoyo constante de la entidad y de mi entorno, me he sentido acompañado en todo momento. Aunque me he encontrado con algunas situaciones de discriminación, como comentarios desafortunados o actitudes que no tenían sentido, pero han sido casos mínimos. La mayoría de las reacciones que he recibido han sido de apoyo, e incluso algunas personas que no sabían sobre mi diagnóstico se han interesado por informarse mejor y aprender cómo cuidar su salud”, aclara.

A lo largo del tiempo, ha participado en campañas de divulgación, grabado videos, y contribuido en redes sociales. “Todo ello ha permitido que mi experiencia con el VIH sea positiva. Pasé de pedir ayuda en una asociación a acompañar a otras personas que reciben su diagnóstico, lo que ha sido un proceso muy enriquecedor y bonito”, asegura.

Si tuviera que enviar un mensaje a la sociedad le diría que “el VIH está más cerca de lo que creemos. En España, se estima que hay alrededor de 150.000 personas viviendo con VIH, lo que equivale a una de cada 300 personas. Muchas veces, la gente dice que no conoce a nadie con VIH, pero les recuerdo que si conocen a 300 personas, es probable que alguna de ellas esté viviendo con el virus, solo que no lo haya compartido por diversos motivos”, explica.

“El VIH puede estar presente en nuestra vida cotidiana, en nuestros centros de trabajo, estudios, en el barrio o en cualquier lugar. No es necesario tener miedo o tomar medidas especiales al interactuar con alguien con VIH. No somos una amenaza para nadie, solo deseamos vivir nuestra vida y hablar de ello sin tener que sentir vergüenza”, concluye.