Pizarrales: el barrio que surgió del trabajo, la solidaridad y la lucha de sus vecinos (FOTOS)

Obrero, solidario y reivindicativo. Tres adjetivos que definen a Pizarrales, el barrio de Salamanca que se hizo a base del trabajo y la lucha vecinal.

Nació a principios de 1900 con el éxodo rural. “Se empezaba a mover la gente de los pueblos a la capital; era gente trabajadora del campo que venía a la ciudad a buscarse un poco el pan”, explica Isidora Herrero, presidenta de la asociación de vecinos Munibar. Se empezó con pequeñas construcciones, pequeñas casas o chabolas, que iban aumentando, pero fue a partir de 1940 cuando empezó a extenderse. “La gente venía y hacía las casas como podía” con pizarra que encontraban el suelo -de ahí el nombre del barrio- sin un plan definido y apropiándose de un terreno que no era suyo.

Pero “al comenzar a haber más casas, el Ayuntamiento se dio cuenta y se las tiraban”. Entonces “había una ley que decía, a groso modo, que si tenías el tejado construido, ya no te podían tirar la casa” y lo que hicieron "fue hacer el tejado por la noche, de forma que cuando venía la Policía por la mañana, ya no les podían tirar la casa porque tenían el tejado. Los vecinos que ya habían construido su tejado ayudaban a los que aún no lo tenían. Se hizo de aquella manera y fue creciendo”. Un barrio desde sus inicios que dependió de la solidaridad de todos los vecinos.

Fue creciendo, pero en los años 60 “no había agua corriente ni servicios ni nada”. De nuevo, cuenta Herrero, "los vecinos dijeron 'hay que hacer algo' y todos pusieron una cantidad de dinero y fueron picando desde allí hasta el teso de la Chinchibarra, atravesando las carreteras que había entonces, la de Zamora y la de Valladolid, hasta que trajeron el agua, todos a pico y pala todos”. Explica que lo picaban los domingos normalmente, porque el resto de días trabajaban. "Si no podía el padre, iba el hijo o el yerno, como mi padre, que también le tocó. Mi abuelo era más mayor, pusieron dinero, pero luego fue mi padre el que el domingo picaba". Y así "un poco se metió el agua corriente".

Pizarrales es un barrio que hicieron sus gentes. También, añade, "el cura de la parroquía hizo muchas cosas y el médico ayudó mucho".

Y a la solidaridad y unión de sus vecinos se une otra característica, la reivindicación. “Eran trabajadores pero también eran muy reivindicativos, porque había muchas necesidades. Había que pedir y a base de pedir los vecinos, de salir, se fueron haciendo cosas: el agua, el asfaltado decalles; desde la parroquia se creó Alcohólicos Rehabilitados, se formó la cooperativa de viviendas también, etc.”.

“Todo ha sido a base de los vecinos, de trabajar, de las reivindicaciones, también desde las asociaciones”. De hecho, Pizarrales tuvo la primera asociación vecinal de España, que está registrada como Cabezas de Familia; posteriormente ya fue asociación de vecinos”. Después el barrio ya fue creciendo más, pero “todo ha sido a base de esfuerzo, de pedir, de salir a la calle a reivindicar”.

Aunque en la actualidad hay más diversidad, siempre ha sido un barrio obrero. “Lo normal era gente humilde, la mayoría obreros, con mucha familia, pero lo bueno que ha tenido siempre es que ha sido un barrio muy solidario, porque los vecinos se ayudaban unos a otros, no había problemas, las puertas siempre estaban abiertas; todas las familias, muchas eran numerosas, se ayudaban unas a otras”, subraya Herrero.

El barrio ha cambiado mucho, pero mantiene todavía ese espíritu reivindicativo. Pero sobre todo “si le tocas un poco el bolsillo”, afirma la presidenta de Munibar. "Ha sido un barrio que se caracteriza porque siempre ha sido muy reivindicativo, siempre ha salido a la calle, siempre ha ayudado a pedir cosas y a todos", añade. La última gran reivindicación que hicieron fue para el autobús urbano llegara a Hospitales, "al final lo conseguimos después de salir a la calle".

Pizarrales ya no es lo mismo que antes. Se va avanzando, y ha cambiado, "como todos los barrios, hay más edificios, más pisos, la gente ya no se conoce tanto, muchas veces los vecinos del mismo edificio ni se conocen”. Y antes, "en las puertas de las casas bajas, se salía al fresco en verano, te veías siempre,... era otra cosa. Ahora no es igual, pero pasa en todos los sitios".

Y si hablamos de Pizarrales, hablamos también de El Carmen, zona que surgió por los años 60, pero, como afirma Herrero, “es el mismo barrio”, y añade, “lo que era el cine Vitoria para arriba todo es Pizarrales, el teso de Buenavista, incluso lo nuevo del cementerio, toda la prolongación de la avenida de Portugal, el parque Villar y Macías… todo es Pizarrales”.

Si hay un lugar emblemático del barrio, ese es la Iglesia Vieja. “En la plazuelita antes estaban los caños y los lavaderos, se iba a lavar y a buscar agua. Es un sitio emblemático de lo que era Pizarrales". Antes iglesia de culto, ahora es una sala para exposiciones y otras actividades.

El barrio aún conserva muchas de esas casas bajas, “en el margen izquierdo si se va en dirección a Villamayor. Es el Pizarrales antiguo, lo primero que se empezó a hacer de esa parte. El Pizarrales profundo. Es Pizarrales, Pizarrales, el origen”.

Todavía hay bastantes casas bajas por esa zona y “ahí falta mucho que hacer. La accesibilidad es nula, en algunos sitios no hay aceras, en otros son pequeñas y no se puede pasar... Está asfaltado y hay todos los servicios, pero en algunos sitios de accesibilidad nada”.

Respecto al problema de la droga, afirma que es “el estigma que nos han puesto ahí en la frente siempre. Existir existe, pero igual que en todas las zonas. Antes se veía mucho, era el ir y venir, ahora lo llevarán de otra manera, porque también hay, pero no se ve el movimiento de antes. No es un problema del barrio, es general de todos los sitios. Aquí, los que vivimos de hace años sabemos dónde es, pero si alguien viene nuevo, igual no lo sabe”.

En cuanto a los problemas y reivindicaciones actuales, una vez arreglada la carretera de Ledesma, que “necesitaba un cambio, aparte de tuberías”, los vecinos no han quedado totalmente conformes. Ahora “quita aparcamientos, la han dejado más estrecha, aunque digan ellos que no, las aceras son muy anchas y la carretera se estrecha”, afirma, y añade que provoca en algunas zonas “si se cruzan dos autobuses, uno tiene que parar para pasar el otro. La rotonda que han hecho donde los Salesianos, pues ahí como venga un autobús y otro quiera entrar, tiene que parar uno u otro, porque no da”. Es una vía por la que “bajan bastantes autobuses, vienen de Ledesma, de Villamayor, etc., a la estación. Por la calle Linares bajan muchos y tienen dar marcha atrás porque no pasan”. El arreglo en sí, señala, "está bien, pero no tenía que haber dejado las aceras tan anchas y sí más anchas las carreteras”.

Otro de los problemas es el de los solares. Algunos "están sucios, ponen bancos y árboles, pero no los mantiene; cuando llega el verano, la hierba está hasta arriba y algunos la prenden… hasta que los limpian porque ya no les queda otro remedio; hasta que no llega el verano, no los arreglan”. En algunos solares “hemos conseguido que hagan aparcamientos y está muy bien, porque luego ya no se vuelven a gastar el dinero. Se lo gastan en adecentarlos y luego ya no más”.

También está el problema reventones, ya que hay en muchos sitios donde las tuberías siguen siendo de fibrocemento, como en muchas zonas de la ciudad. "Arreglan la avería, pero el resto de la tubería sigue igual. Hemos tenido dos o tres seguidos, porque las tuberías están hechas polvo”. Además de arreglar tuberías, "hay que seguir asfaltando calles, porque en algunos sitios se ha levantado o hay baches”, concluye Isidora Herrero.

Isidora Herrero es la presidenta de Munibar, la asociación de vecinos de Pizarrales-El Carmen

FOTOS: DAVID SAÑUDO