, 22 de diciembre de 2024
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Ismael Martín, tras su inolvidable viaje a Ecuador: “He vivido cosas que en mi vida había imaginado, como ver desde la cabina el aterrizaje del avión”
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REPORTAJE

Ismael Martín, tras su inolvidable viaje a Ecuador: “He vivido cosas que en mi vida había imaginado, como ver desde la cabina el aterrizaje del avión”

Actualizado 27/11/2024 08:16
Toni Sánchez

El torero salmantino viajó al lado de El Fandi y Manuel Escribano para vivir en primera persona una de las ferias taurinas más importantes en el país sudamericano

Ismael Martín viajó la semana pasada a Ecuador acompañando a David Fandila “El Fandi” y Manuel Escribano, ambos anunciados en la Feria de Latacunga, una de las más importantes del país. La experiencia ha sido inolvidable para el torero salmantino, según explica a SALAMANCArtv AL DÍA: Estoy muy contento. El vivir un viaje así ha sido una experiencia inolvidable y me he sentido como un auténtico afortunado y un privilegiado por haberla vivido al lado del maestro Fandi y haber ido al lado suyo todo el tiempo”.

Lo que más ha llamado la atención a Ismael Martín es la diferencia cultural y el modo de vida en un país como Ecuador: “Este viaje me hace ver y valorar mucho más lo que tenemos aquí en España. Ya no solo por la tauromaquia, sino también todo lo que es la vida en las ciudades. Hemos estado en Quito y Latacunga y hemos visto claramente el reflejo de la calidad de vida que tenemos aquí y la que hay allí. Me he dado cuenta de muchas cosas y me ha servido para eso, para ver que ellos con poco se conforman, y que lo poco nuestro es lo muchísimo de allí”.

Respecto a la fiesta de los toros, Ismael Martín vuelve a España impactado por lo vivido: “Simplemente el hecho de cómo admiran a los toreros y los arropan desde que llegan a la plaza. Gritan el nombre de los toreros, lo viven y no se callan. Allí no tienen vergüenza a callarse nada y es lo bonito, que salga esa naturalidad del ser humano. En Ecuador me he dado cuenta de que es precioso cómo viven los toros”. Algunos de esos aficionados ya reconocen al torero salmantino pese a que solo lleva seis corridas de toros a sus espaldas: “El haber podido recibir ese cariño de la gente que me ha conocido me ha llenado de orgullo y de motivación para decir, joder, que en Ecuador que no he hecho nada, hay gente que me conoce”.

Ese hecho ha despertado en Ismael Martín una motivación muy grande, la de hacer su debut como matador de toros en América: “Antes de ir tenía ganas, pero ahora tengo muchísimas ganas. Ojalá sea pronto”. En esta estancia en Ecuador, el salmantino ha podido comprobar de primera mano las sensaciones de torear a gran altitud: “Toreamos en la ganadería de don Mario Solano, en Quito, y ha sido una experiencia única. Hay mucha diferencia de torear en Salamanca o en cualquier otro lugar de España a hacerlo a miles de metros de altura, donde cambia la respiración y se ve realmente quién está bien de pulmones para poder torear”.

Ismael Martín, tras su inolvidable viaje a Ecuador: “He vivido cosas que en mi vida había imaginado, como ver desde la cabina el aterrizaje del avión” | Imagen 1 En todo este viaje su relación con El Fandi se ha consolidado de tal forma que el granadino ya es considerado casi como parte de su familia: “Ha sido el mayor descubrimiento de mi vida. Solo con decirnos dos cosas ya nos entendemos. Es una persona maravillosa y hay una compenetración muy bonita aunque cuando nos ponemos el traje de luces somos rivales y queremos competir el uno con el otro”. Ismael Martín no dudó en saltar al ruedo el otro día en Latacunga cuando el torero granadino fue alcanzado por un toro mientras ponía banderillas: “Ni me lo pensé porque él haría lo mismo por mi”. En ese episodio del viaje, hubo una anécdota: “Estaba grabándole vídeos para pasárselos a su fotógrafa que estaba en España y cuando salté al ruedo, el móvil se quedó grabando y se me ve como salgo corriendo hacia el toro”.

Antes de finalizar la charla, Ismael Martín describe otra de las experiencias que no olvidará nunca: “En el vuelo de vuelta uno de los pilotos nos conoció y nos metió a la cabina. Ahí pudimos ver el aterrizaje. En mi vida había imaginado que podía vivir una cosa así, ver aterrizar un avión desde dentro de la cabina. Fue una pasada…”.