Miércoles, 11 de diciembre de 2024
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Despertar a la poesía con Paco Ibáñez
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Acaba de cumplir 90 años

Despertar a la poesía con Paco Ibáñez

Actualizado 26/11/2024 09:48
Toño Blázquez

Un tipo que con sólo una guitarra y su voz, cautivó en el Olimpia de París y luego en mil escenarios de Europa

Visto así, pasados los sesenta años con generosidad, caigo en la cuenta que Paco Ibáñez fue para mí un lúcido atisbo de libertad de criterio, de solvencia en la búsqueda, o mejor en el descubrimiento, de buena parte de nuestros grandes genios literarios y, sobretodo, poéticos. Aquella gente, dueña de las más increíbles palabras, de las más bellas metáforas y de los mayores gritos de libertad en una España bruñida por un ensordecedor silencio a la ventana abierta de otras opiniones y pensamientos a lo establecido, aquellos poetas que escribían rabiosas fórmulas de compromiso social y caminaban por el filo de la espada carcelaria, que tenían esencial fe en una España democrática, lésase Antonio Machado, Miguel Hernández, García Lorca, José Agustín Goytisolo, Gabriel Celaya, Rafael Alberti… Y más atrás, muchos más atrás, Góngora, Quevedo

Ese fue el cemento con el que Paco Ibáñez armó su catedral artística durante una pila grande de años. Un tipo que con sólo una guitarra y su voz, cautivó en el Olimpia de París y luego en mil escenarios de Europa.

En aquellos 80 por Salamanca recalaba una pléyade de artistas que nos hacían vibrar a los jóvenes (ahora mi hijo de treinta años flipa con Rove, Extramoduro…). Ya saben, las sensibilidades cambian. Él no se emocionó con Paco Ibáñez cuando cantaba 'Palabras para Julia', o aquellos versos terribles de Blas de Otero, “te llamarán, nos llamarán a todos, tú y tú y yo nos tornaremos en tornos de cristal ante la muerte, y te expondrán, nos expondremos todos a ser trizados, ¡tras!, por una bala…Hay que convenir que son otras emociones. Todas valen, yo me quedo con aquellas: Mocedades, Calchakis. Carlos Cano, Jarcha, Aute, Moustaki y tantos y tantos que nos hicieron encender, llegado el momento, aquellos mecheros, tal que si izáramos una triunfal bandera de conquista.

Resumiendo: este tío que siempre sale de negro al escenario, con una guitarra y una silla (y a veces un chelo) me descubrió siendo muy joven poetas y poesía. Cosa seria en mi vida. Acaba de cumplir 90 años, aún canta, muy malamente eso sí, pero de alguna manera….me salvó la vida. Asunto éste muy de agradecer. De ahí estas humildes líneas.