En el acto participaron Pedro Ojeda, Raúl Vacas, Gloria Rivas Muriel y Luis Marigómez.
Dice la poeta y profesora Gloria Rivas Muriel que este hermoso libro publicado por Castilla Ediciones no es una antología, sino una muestra “de los senderos por los que transitan en estos tiempos las formas y los contenidos de nuestra poesía”. Un ramo exquisito de poemas que Raúl Vacas, salmantino de versos y empeño absoluto de querer llevar la poesía a la escuela, presenta haciendo suyos los versos del poeta Ángel Guinda que nos animan a ver dentro de nosotros, a no iniciar el viaje. Porque para Vacas, estos poetas recopilados en el libro, son poetas de interior convocados por Rivas Muriel “en este mirador de doce voces diferentes y una vibración común que es la poesía”. Poetas que miran al interior, y al exterior y cuyas palabras entregan como el ramillete que adorna la exquisita portada del libro, obra de la maquetadora Patricia Rodríguez Rebollo.
Un libro que propuso el editor de la longeva Castilla Ediciones, José Antonio Rodríguez Lozano, a Gloria Rivas Muriel, a quien dijo el poeta Luis Alonso que no era una antología, sino una muestra de la poesía de doce autores que aceptaron con generosidad, cediendo sus inéditos. Una poesía que Rivas Muriel relee para encontrar siempre algo nuevo “porque la poesía es para releerse”. Y poesía es la que escribe y trabaja el profesor universitario e incansable gestor cultural en Valladolid y Béjar, Pedro Ojeda, quien nos recuerda la generosidad de una librería a la que se invade en horario comercial y el título de este libro Poéticas de interior, una mirada de autores “que trabajamos desde dentro, aunque miremos también lejos”. Espléndido crítico literario, Pedro Ojeda reconoce puntos de unión entre los doce poetas, voces de la diversidad en temas y formas de enfocar la vida. Una vida dedicada a la creación, como la de Luis Marigómez, que acaba de publicar libro de relatos, y afirma: “Desde fuera se ve cierta cualidad común en estas voces que tiene que ver con la tierra, la memoria de lo rural y lo urbano”, opinión que corrobora Pedro Ojeda recordando ese sabor de la tierra, esa forma de vida diferente, cercano a la naturaleza que marca a los autores.
Unos autores que, recuerda Ojeda, están dentro de un amplio espectro de edades y sensibilidades que el lector puede conocer leyendo la breve biografía de cada uno de ellos. Poetas, quizás marcados por la ausencia, como apunta Raúl Vacas, por la tierra y la edad, por el hecho de dedicarse casi todos a la docencia, como apunta en el prólogo Rivas Muriel quien afirma que a los autores les tiene afecto poético, admiración y mucha lectura. Una lectura que se hace íntima para el público que llena la Librería Víctor Jara y que nos deja el aroma de un ramillete de lo nuestro, de una flor de cercanía, familiar y siempre renovada. Como las palabras de nuestros poetas, ahora unidos por una mano cariñosa y sabia, una mano delicada de poeta también capaz de hacer un prólogo que sabe a álbum de flores prensadas, donde cada página es un hallazgo nuevo y evocador. Elogio de lo nuestro y encuentro de las voces que se trenzan.
Charo Alonso.