Formó parte de la expedición de voluntarios que viajaron en autobús desde Salamanca hasta la zona de la catástrofe para prestar su ayuda a los vecinos damnificados
A las doce de la madrugada del viernes al sábado partió desde Gabriel y Galán un autobús con casi cuarenta voluntarios salmantinos dispuestos a ayudar a los damnificados por la catástrofe en Valencia. Entre ellos, Javi, que relata a SALAMANCArtv AL DÍA cómo ha sido el fin de semana en la zona cero de las inundaciones.
"Llegamos a las siete y media a Valencia, nos cambiamos y nos pusimos manos a la obra. Un grupo de 12 o 13 personas se separó y estuvo ayudando a una asociación a repartir material puerta a puerta por las casas. El otro grupo, de unas 25 personas, nos dedicamos a ayudar a limpiar y vaciar garajes y trasteros en Masanasa. Había lodo hasta media pierna y la verdad que lo dejamos limpio por completo. Por la tarde estuvimos en Cataroja ayudando a limpiar otro garaje más grande y que estaba peor. Estuvimos toda la tarde del sábado y el domingo por la mañana", explica.
Javi detalla cómo es la situación a pie de calle: "Las calles están transitables y bastante despejadas, pero la situación de la gente de a pie es lamentable. Los vecinos sienten una sensación de abandono impresionante porque la ayuda que llega de las administraciones se centra en despejar las calles y que se pueda retomar la circulación. A los vecinos solo les ayudan los voluntarios que estamos yendo desde varios puntos del país. Ese es el único apoyo que tienen".
Pese a que se ha avanzado mucho, todavía queda mucho trabajo por hacer, tal y como explica este salmantino: "Todavía hay sótanos inundados por completo y a los que no se puede acceder. Hay miedo de que el agua y el lodo puedan afectar a las estructuras de los edificios, además de que pueden producirse infecciones. Llevan más de veinte días así". Tras llegar de Valencia 'destrozado', Javi se emociona y se le entrecorta la voz al recordar: "Dejas un trocito de ti allí. Me emociono porque vienes con muy buenas sensaciones. Vienes con el corazón roto pero con el alma llena. Cada vez que vas sientes la necesidad de volver porque empatizas con ellos de una manera increíble. Es una situación de desesperación total la que viven... y a ti en su caso te gustaría que te ayudasen también".
Este voluntario salmantino relata el sentimiento de agradecimiento de los vecinos afectados: "Nos decían que le hemos devuelto la esperanza y que gracias a nosotros han recobrado las fuerzas, porque están abandonados". El trasiego de voluntarios ha disminuido con el paso de los días desde que sucedió la catástrofe: "La ayuda va a menos, aunque los fines de semana hay más gente que entre semana, lógicamente. Aprovecho para decir que no es verdad lo que se está diciendo de que no hacen falta voluntarios o que no se les da de comer. Hay puntos de comida caliente en cualquier esquina y, por supuesto, seguirá haciendo falta muchísima ayuda durante mucho tiempo en las casas y en los garajes de los vecinos. Me parece surrealista que estén así después de veinte días. Siguen abandonados a día de hoy".
Por último, y de cara a un futuro inmediato, Javi manifiesta que todos los voluntarios se están planteando volver a Valencia: "Algunos bajarán en breve por su cuenta, pero estamos moviendo ya todo lo necesario para llenar otro autobús. Hasta que veamos que la situación se normalice, seguiremos ayudando y seguiremos moviéndonos para que esa gente no pierda la esperanza".