En la actualidad el Hospital de Salamanca tiene en la UCI neonatal 7 pacientes ingresados aunque al año pueden pasar en torno a 350 bebés por el servicio
El nacimiento prematuro, definido como el parto antes de completar las 37 semanas de embarazo, sigue siendo uno de los grandes retos de la medicina neonatal. Cada vez son más los niños que logran sobrevivir, incluso con complicaciones graves derivadas de su inmadurez, gracias a los avances en la investigación y tecnología. El Hospital de Salamanca es un referente en la atención a estos pequeños, no solo en la región, sino también para provincias vecinas como Ávila, Zamora y el Bierzo.
La Dra. Laura San Feliciano, experta en Neonatología, nos explica que los niños prematuros no son todos iguales. “Se dividen en categorías según las semanas de gestación y las complicaciones asociadas a su nacimiento. Están los Prematuros tardíos (nacen entre las 34 y 36 semanas). Sus problemas son principalmente respiratorios o metabólicos, y suelen ser menos complejos. Los Prematuros moderados (28 y 33 semanas). Presentan un riesgo mayor debido a la inmadurez de sus órganos. Y los Prematuros extremos (antes de las 28 semanas) y enfrentan problemas respiratorios severos, así como posibles complicaciones en otros sistemas orgánicos debido a su inmadurez".
En la actualidad el Hospital de Salamanca tiene en la UCI neonatal 7 pacientes ingresados. “Disponemos de 10 incubadoras de cuidados intensivos neonatales y somos la unidad de referencia para niños de Ávila y Zamora e incluso del Bierzo, cuando es necesario”, explica la doctora. Además de la UCI neonatal, cuentan con una unidad de cuidados neonatales intermedios con 12 cunas y una zona para aislamiento de infecciones con 8 puestos. “La Unidad de neonatología en el nuevo hospital ha ganado en espacios, y en tecnología, comparado con el antiguo hospital. Al año pasan por neonatología alrededor de 350 bebés”.
En el área de Neonatología se trabaja en equipo ya que la coordinación para el cuidado de los recién nacidos es fundamental y una prioridad para los profesionales. “La coordinación con el equipo de ginecología y paritorio es esencial ante un parto prematuro, y requiere una formación específica, ya que la atención a los niños muy prematuros tras el parto es muchas veces complicada y requiere de mucho trabajo y coordinación por parte de los médicos y el personal de enfermería y auxiliar, hasta que el niño se estabiliza”.
El equipo de la Unidad de neonatología está formado por médicos pediatras, enfermeras, residentes de pediatría y enfermería y TCAEs. “Todo el personal que trabaja con los niños prematuros tan delicados y complejos, debería poseer una formación específica, pero conseguir esto, es difícil en el momento actual, ya que las acreditaciones y especialización en neonatología no están implantadas en nuestro país y ya se está trabajando en ello. Además, en los concursos de traslados tampoco se valora esta subespecialización de profesionales sanitarios”, reclama.
"El hospital tiene un enfoque integral. Hemos pasado de un modelo de espacio reducido a una unidad mucho más espaciosa y equipada, lo que permite que los bebés prematuros tengan más espacio y mejor atención. El equipo humano y la infraestructura son esenciales para el bienestar de nuestros pacientes", afirma la Dra. San Feliciano.
Hoy en día, la supervivencia de los niños prematuros ha mejorado considerablemente gracias a los avances en la medicina y la tecnología. "En países como Japón, Suecia y Estados Unidos, se están registrando casos sorprendentes de supervivencia de bebés nacidos a las 22 semanas de gestación y con menos de 400 gramos de peso", explica la doctora.
En el Hospital de Salamanca, el caso más extremo de prematuridad que se ha logrado salvar fue el de una niña nacida a las 23 semanas con un peso de solo 500 gramos. Sin embargo, la Dra. San Feliciano es clara al señalar que, “aunque las probabilidades de supervivencia son altas para los prematuros tardíos, la mortalidad es aún alta cuando el bebé nace antes de las 25 semanas, y las secuelas neurológicas son comunes entre los más prematuros”.
El proceso de recuperación de un bebé prematuro no solo depende de los avances médicos, sino también del apoyo emocional de la familia. "Sabemos que el nacimiento de un niño prematuro genera mucha angustia en los padres. De hecho, muchos de ellos no están preparados para vivir esta experiencia, lo que puede generar una gran carga emocional", comenta la Dra. San Feliciano.
En este sentido, el Hospital de Salamanca ha incorporado sillones mecedoras junto a las incubadoras. En el nuevo hospital se han incorporado sillones tipo mecedoras junto a las incubadoras para que los padres estén cómodos y puedan hacer el método canguro. Practicar el método canguro y la lactancia materna es algo básico que los padres pueden hacer por sus hijos mientras están ingresados porque tienen muchos beneficios demostrados a corto y largo plazo.
Tras pasar meses ingresado en la UCI neonatal, el momento del alta es un hito importante tanto para los bebés como para sus familias. "A veces, los bebés pasan entre 2 y 3 meses en nuestra unidad. Cuando finalmente pueden irse a casa, es una alegría, pero también un momento de gran incertidumbre para los padres, especialmente si el bebé necesita cuidados especiales como oxigenoterapia o monitorización", relata la Dra. San Feliciano.
"El alta es un momento emotivo para todos, tanto para las familias como para nosotros, el personal. Nos llena de satisfacción ver cómo nuestros pacientes crecen y se desarrollan, y a menudo recibimos visitas de las familias para ver cómo van evolucionando sus hijos después de su alta", concluye la Dra. San Feliciano.