Eduardo Olmedo es la tercera generación al frente de esta potente empresa salmantina que se dedica a la fabricación de transformadores
Transformadores Gedelsa se dedica a la fabricación de transformadores de distribución y potencia, trabajando para compañías eléctricas y también con clientes privados. Actualmente está dirigida por la tercera generación de una empresa familiar que fundó Rafael Olmedo hace más de 65 años. Su actividad se lleva a cabo en unas modernas instalaciones de más de 35.000 m2 en el Polígono Industrial El Montalvo I (Carbajosa de la Sagrada).
Desde su fundación en el año 1963 han fabricado más de 70.000 transformadores. Todas las materias primas con las que trabajan son de origen europeo, lo que les permite tener unos estándares de calidad, tanto a nivel de proceso como de producto, muy elevados. Además del mercado nacional, exportan a compañías eléctricas en Reino Unido, Portugal, Francia, Rumanía e Italia y han participado en proyectos en países como Marruecos, Chile, Angola o Nigeria.
En Gedelsa se trabaja con un sistema de gestión integrado de calidad y de medio ambiente, además de contar con un plan estratégico de sostenibilidad, políticas de compliance y un plan de igualdad, que buscan integrar prácticas responsables en áreas ambientales, sociales y económicas, con el objetivo de reducir impactos negativos, optimizar el uso de recursos y fomentar la equidad, contribuyendo así a un desarrollo sostenible.
El transformador es la pieza clave que permite el uso de la electricidad y está situado en puntos clave de la red eléctrica, de ahí que esté muy regulado y sometido a una normativa muy estricta. Para poder suministrar a las compañías eléctricas, todos los productos tienen que estar homologados y cumplir las normativas nacionales e internacionales (IEC, EN y UNE).
Además, en Gedelsa se están desarrollando nuevos productos acorde a las nuevas necesidades de la red. Uno de ellos es el transformador inteligente, que sin duda ayudará a acelerar la descarbonización y cumplir los objetivos marcados por la UE.
Este transformador inteligente es ya un elemento dinámico en la red eléctrica que permite una interacción con la misma, lo que facilita una mayor penetración de las energías renovables y del vehículo eléctrico. Además de poder realizar una mejor gestión de fluctuaciones de carga y tensión, como sobrecargas puntuales. Todo esto supone un salto y un avance tecnológico importantísimo.
Gedelsa, que desde sus inicios ha buscado la máxima excelencia en la distribución eléctrica se posiciona actualmente como un referente mundial en la fabricación de transformadores de distribución y potencia.
Ángel Emilio Olmedo es la segunda generación al frente de Gedelsa. Actualmente jubilado, no pasa un solo día sin que acuda a las naves para relacionarse con todo el personal que allí trabaja. Junto a su hijo Eduardo, actual responsable de la empresa, nos guía en la visita, afirmando: “Somos la empresa más antigua de todo este polígono desde que llegamos aquí en abril de 1973 procedentes de talleres ubicados en varias calles salmantinas. Ahora mismo tenemos aquí cinco naves”.
“Yo tomé las riendas en 1976 y la evolución ha sido muy grande”, explica Ángel Emilio, quien recuerda la evolución: “Al principio nuestros clientes eran fundamentalmente locales, pero después trabajamos para varias marcas importantes a nivel nacional. Desde 1981 trabajamos con Hidroeléctrica Española hasta su fusión con Iberduero para dar lugar después a Iberdrola. Actualmente trabajamos con todas las compañías eléctricas del mercado”.
Mientras paseamos por una de las naves, Ángel Emilio se emociona: “Mi empresa es como si fuera un hijo más, aunque ahora son ellos los que toman las decisiones en el día a día. Mi vida es mi familia, mis hijos, mi empresa y mis trabajadores. Me encantaría que mis nietos continuasen con la empresa en el futuro y seguir el legado familiar en una cuarta generación”.
Precisamente su hijo Eduardo sale al paso en este momento diciendo: “Agradezco a mi padre toda la energía que transmite, y por supuesto a los trabajadores, porque sin todos ellos sería imposible construir transformadores y seguir adelante”.
Gabriel, jefe de taller con 36 años trabajados en la empresa, ha visto como ha ido evolucionando el proceso de producción: “Hemos evolucionado de trabajar casi manual a un trabajo mecanizado. Antes era todo con fuerza humana y eso ya se ha acabado, por suerte”. Además, resalta el buen ambiente que existe en Gedelsa en el día a día: “Los jefes son como si fueran de la familia”.
Juan Manuel, también jefe de taller, fue alumno aventajado de Gabriel y ya lleva 18 años en la empresa. “Cuando yo entré éramos 20 o 30, pero actualmente somos unos 80”, manifiesta Juan Manuel, quien además destaca lo siguiente: “El desarrollo de uno mismo y poder evolucionar motiva a seguir trabajando al pie del cañón. Gedelsa me lo ha dado todo. Entré aquí siendo un niño y gracias al trabajo he conseguido comprarme mi casa, mi coche y estoy consiguiendo mis objetivos cada día".